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La idiosincrasia de los cavas de Requena (Parte II)

Tras el artículo publicado hace un tiempo, “La Idiosincrasia de los Cavas de Requena (I)”, donde contaba la experiencia vivida en este viaje a través de las visitas y degustación de los cavas de Coviñas, Torre Oria y Bodegas Hispano+Suizas, en esta segunda entrega abordamos la segunda parte de este recorrido a través de las experiencias generadas en las visitas a Unión Vinícola del Este, Dominio de la Vega, Pago de Tharsys y Chozas Carrascal.

Unión Vinícola del Este

Unión Vinícola del Este, que llegó a Requena en el año 2006 de la mano del grupo Freixenet, es la bodega que más producción de cavas realiza en la zona, con 4,5 millones de botellas para sus cuatro marcas propias, además de procesar más de 15 millones de kilos de uva, vendiendo los litros obtenidos en forma de vinos base y, también, cavas ya elaborados para otras bodegas y empresas (lo que se suele conocer como un “por para”). Lo más relevante de esta firma, muy probablemente, ha sido la fuerte apuesta desde su origen en la elaboración de sus cavas que contaran lo antes posible con la certificación ecológica.

La presentación de la bodega tuvo lugar en la Estación Enológica de Requena, a cargo de Begoña Peris, responsable enológica, y Nacho Ballestero, responsable del área comercial, con una cata de tres de sus cavas, dos de su marca principal, Vega Medien, y un tercero que es una nueva marca a punto de ser puesta en el mercado:

Vega Medien Rosé Brut. Se trata de un monovarietal de garnacha con 12 meses de crianza y 2 millones de botellas de producción.

Vega Medien Brut Nature. Elaborado con un 75% de macabeo y 25% de chardonnay, con una crianza media de 12-14 meses.

Marevia Reserva Brut 2019.  Un nuevo cava para el mercado, con añada, elaborado con un 50% chardonnay y 50% pinot noir y una crianza de uso 18 meses.

 

Dominio de la Vega

Hablar de Dominio de la Vega es hablar de la historia del cava de Requena. No en vano los actuales responsables de esta bodega fueron los que, en aquel momento en la dirección y gestión de la bodega Torre Oria, consiguieron el hito histórico a principios de los años 80 de que los vinos espumosos elaborados por el método tradicional en dicha bodega y, posteriormente para todo el municipio de Requena,  fueran adscritos a la DO Cava. Por tanto, la familia Expósito, tanto Emilio (actual Pte. De la Asociación de elaboradores de cava de Requena) como su hijo Daniel (hoy en día Director Técnico de Dominio de la Vega), brilla con una luz especial en el firmamento del cava de Requena.

La visita a la bodega arrancó en los jardines, junto a la entrada principal de la bodega, con una didáctica explicación de las diferentes zonas del territorio donde se ubican sus principales viñedos para hacer cavas, la Vega, Portillejo y Pinarejo, con una cata de varios mostos de chardonnay y pinot noir de dichas zonas. Inmediatamente descendimos a las cavas de la bodega, donde realizamos degüelles manuales de diferentes referencias de su portfolio, acompañados de las notables explicaciones de Daniel Expósito sobre el “saber hacer” de la bodega. También pudimos degustar el cava Expression Brut 2018, un cava que, como su nombre indica, expresa los aromas y sabores que mejor caracterizan a un monovarietal de macabeo.

La última fase de la visita fue ya en la planta baja de la bodega, con una magnífica comida a cargo de Yantar Restaurante y un menú donde se presentaron algunos de los platos típicos de Requena, con un toque personal y de modernidad que los realzaba. En cada plato pudimos hacer maridajes bien seleccionados con los cavas Reserva Especial 2016, Cuvée Prestige 2017, así como con el Reserva Especial Rosé y el Authentique, de añadas antiguas y muy interesantes.  

 

Pago de Tharsys

La tarde la destinamos a visitar otra bodega emblemática en el panorama del cava de la zona, Pago de Tharsys. Sus creadores e impulsotres, Vicente García y Ana Suria, son otros dos grandes personajes de la historia de los últimos treinta años del cava de Requena.

Como anfitrionas de la visita tuvimos a la propia Ana Suria y a Rebeca García, actual responsable del área de marketing y comunicación de la bodega. El inicio no pudo ser más prometedor, con una visita a los viñedos más próximos a la bodega y un divertido juego de cata de uvas basado en intentar identificar las diferentes variedades blancas y negras que dan lugar a sus cavas. Momento en el que también aprovechamos para catar el primer cava de l a visita, su Pago de Tharsys Rosé Brut Nature, monovarietal de garnacha que se muestra con todo el potencial de la fruta roja que tanto indentifica a esta variedad.

De vuelta a los jardines que rodean la bodega, pudimos degustar unos aperitivos muy típicos de la zona (ajoarriero,  escalibada,..) con el cava Pago de Tharsys Brut Nature Reserva mientras se iban creando las brasas para la carne y el embutido de la cena posterior. En ese momento se produjo una de las mayores sorpresas de las que disfruté durante este viaje, poder catar dos Grandes Reservas, el primero el Pago de Tharsys Gran Reserva 2012 en formato magnum y, el siguiente, el Pago de Tharsys 200, un cava que se elaboró en 2008 especialmente para celebrar los 200 años de Pago de Tharsys con el referente 1808-2008 en la etiqueta de la botella. Hablamos de dos cavas de muy largas crianzas que, además, en el caso del primero, ya tenían varios años de degüelle por lo que también pudimos percibir los efectos del paso del tiempo con un envejecimiento en botella ya degollada, no en rima. Los resultados de la cata fueron espectaculares, sin apenas signos de oxidación en ninguno de los dos cavas, con una grata evolución en la botella.

La experiencia continuó en el comedor de la bodega con una opípara cena de productos autóctonos y tradicionales, con los pinchos de carne y el famoso embutido de Requena a la brasa, durante la cual pudimos volver a degustar la mayor parte del portfolio de cavas y, también, de vinos tranquilos de la bodega.

 

Chozas Carrascal

El final de este viaje coincidió con la visita a la última de las bodegas de la Asociación de elaboradores de cava de Requena, Chozas Carrascal. Sin duda, esta bodega convertida en Pago es una de las más coquetas de la zona. A partir de una cuidada rehabilitación de una casa señorial típica de la zona, Julián López y María José Peidró han creado una bodega y un espacio de disfrute donde se mezclan diferentes ambientes y estilos, rodeado de unos cuidados viñedos que invitan al enoturismo. Un proyecto con un gran presente y un futuro prometedor, ya en manos de la segunda generación, María José y Julián López Peidro.

La visita a Chozas Carrascal se inició con un paseo por las cuidadas instalaciones de la bodega y los viñedos más próximos, donde pudimos catar el cava Roxanne. Posteriormente disfrutamos de un juego de armonías, combinando ostras con el cava Chozas Carrascal-Brut Nature Reserva. La visita finalizó con una comida elaborada por el restaurante Camí-Vell, de Alzira, donde se pudo degustar, además de los cavas de Chozas Carrascal, algunos de los vinos tranquilos de la bodega como es el caso de Anma Blanco 2019, Anma Tinto 2018 y Mudare 2018. Sin duda, un perfecto colofón a un maravilloso viaje de inmersión a los Cavas de Requena.


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