Raúl Pérez: menos es más
El lunes 25 de junio a las 17.00h, al igual que muchos otros colegas, tuve una cita con Raúl Pérez en el Teatro Lara de Madrid. Era una tarde calurosa -el sol caía con justicia- pero en la calle Corredera Baja de San Pablo nº15 nos encontrábamos unos cuantos amantes del vino que, pese a que habíamos llegado acalorados y sofocados, estábamos contentos por estar allí. Y es que a todos nosotros se nos dibujaba una pequeña sonrisa en la cara difícil de disimular.
Nos sentamos rápidamente y, copa en mano, salió Raúl para dar comienzo a la vespertina cata. Todos los que estábamos allí conocíamos a Raúl, así que tras una breve introducción, pasó directamente a la cata sin ningún tipo de rodeo. Bueno, no fue realmente así porque hizo un comentario justo antes de empezar: mencionó el partido de la Selección Española de Fútbol que se jugaba a las pocas horas.
Dicho esto se inaguró la cata.
Raúl dirigió y presentó una cata exclusiva -pues éramos pocos y el nivel de calidad del vino era elevado, aunque destacaría que la experiencia fue cercana; como casi todo lo que él hace. Contó muchas cosas pero si tuviera que destacar algo sería la importancia que le dio en todo momento al viñedo en cada uno de los vinos. Nos contó los métodos de elaboración, pequeños secretos, experimentos, paradas de fermentación, curiosidades, anécdotas, vinos con flor, fermentaciones y mucho más, pero yo me quedaría con el protagonismo que quiso darle (y que merecen) los viñedos. Los paisajes, las pendientes de las laderas, los tipos de suelos y la distribución de las cepas dentro de las viñas, fueron, sin duda, los grandes protagonistas de la tarde. Parecía como si conociese cada cepa de forma individual.
La gran mayoría de los vinos que catamos estaban aún en barrica, unos pocos embotellados hacía unos meses y uno de ellos, el último, seguía en la barrica y ni siquiera tenía nombre aunque nos desveló que este año iba a sacar a la venta 20 botellas, sí habéis leído bien 20, no le falta ningún cero.
Vinos muy rurales, naturales, con volátiles altas y con buena acidez. Vinos que se van adaptando y elaborando con las condiciones del viñedo y del clima actual. Vinos adaptados a lo que da la tierra. Vinos sin ostentaciones pero finos y elegantes. Ya se sabe, lo cortés no quita lo valiente.
Como la expresión de un niño tímido, sencillo, rústico e inocente los vinos hablaron por sí solos. Aquí os dejo tan sólo nombres y algunas fotos. Ahora lo suyo sería ponerle palabras a las sensaciones pero ese trabajo os lo dejo a vosotros que para eso sois los expertos.
1. Vino blanco Godello 2017. Perfil nuevo en los vinos de Raúl Pérez. Todavía está por hacer y falta ponerle nombre.
2. La del Vivo 2016. La Vizcaína
3. Ultrela La Claudina 2016
4. Ultrela Mencía 2016
5. La Poulosa 2016. La Vizcaína
6. Las Gundiñas 2106. La Vizcaína
7. La Victoriana 2016. La Vizcaína
8. El Rapolao 2015. La Vizcaína
9. El Rapolao 2016. La Vizcaína
10. Ultrela Saint Jacques 2015
11. Ultrela Saint Jacques 2016
12. Ultrela De Valtuille 2016
13. Ultrela La Cova de la Rasposa 2016
14. Arrotos del Pendón 2015
15. Vino de Familia Cebreros 2016. Viñedos Del Jorco
16. Vino dulce
¡Gracias Raúl por una cata tan honesta!
-
-
en respuesta a Herni Ver mensaje de Herni Hola Herni.
Sí, fue muy interesante. El dulce era un 90% moscatel gallego, el resto no lo dijo. Ya sabes, muchas veces son mezclas de uvas que viene directamente del viñedo. El vino llevaba ocho años en barrica, sin rellenar. Y si no recuerdo mal, sólo tenía un o dos barricas.
El resto de vinos, buenos y curiosos. Me gustaron mucho Rapolao 2015, el dulce sin nombre (espectacular) y el Prieto Picudo (Arrotos del Pendón 2015). Bueno, es difícil de valorar porque todos tenían algo.