Malditos Camaradas

Un viaje a la frontera del carácter Rhein y Mosel, y algo de pinot noir.

 La biografía de Reinhard son los viñedos.

 

Dinámico, un entorno diverso, la finura de su expresión, la pureza y el peso son la base de la profundidad de sus vinos. Es epítome de nitidez y la fuerza que brota de su terroir es ya otro patrimonio de la humanidad del riesling. Tienes en cada estilo de sus vinos la madurez fisiológica óptima de la uva y eso te aparece en los diferentes rangos de sus particulares notas: los melocotones maduros, la naranja y el melón o el mango atrevido. Un poquito de carnes ahumadas o tocino muy fino pasado por madera. Lo atractivo es el sabor terroso de sus vinos, la disparatada a veces mineralidad que casi es fria y distante pero que te deja una estructura jugosa con un ácido refrescante, muy suave.

 

 Es un instante Heymann-Löwenstein. No es ni lineal ni continuo. Es como Feure y Mucha desplegando sus componentes impresionistas. Los vinos pueden tener un simbolismo. Es otra vez la pin-up que nos traslada a esos domicilios tan atrayentes que el vino depara, la demi-mondaine constante en todo impulso masculino, porque sus vinos tienen un carácter muy sensorial. Seguro entendible por otros pero asimilable. Es una visión particular, admito. Esto del vino es algo muy personal. Para compartir, sin duda, pero lo que uno percibe es transferible en una manera, palabras, gestos y emociones.

 

 Los vinos de Reinhard no son un producto de invernadero, es materia viva, permanentemente activos y reflejando esas notas distintivas de su geolocalización, que se desenvuelven entre el ácido frutal que parece vívido e intenso hasta lo bien integrado de todo (primarios infalibles, cuerpo y crianza) con la fusión del vino.

 

El Schieferterrassen, Stolzenberg y Röttgen como invitados a esta daliniana interpretación de los vinos.

 

Y luego el Schlossberg “R” de Huber, intensísimo spätburgunder que lleva finura y poder, hay que ser precavido, es un vino con algo de inquietud, dejadlo pasar un tiempo necesario para que se convierta en un vino extraordinario. Denle oxígeno ahora si ya lo beben y sacaran unos delicados toques de cereza a traves de una mineralidad incisiva y con toques especiados y final ahumado. Buena estructura tánica y ácida. Persistente.

 

Un dia más entre botellas.

 

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar