Gota a gota en Verema

Puerto Madero, Bosques de Las Lomas, Ciudad de México

 Los lugares más populares donde comer, dentro de la esfera de lo nice y de moda, siempre están muy concurridos, como consecuencia los precios son altos, y en la espera por lo regular se pierde mucho tiempo, afortunadamente teníamos reserva. Para una persona anarquista y antiborrego como yo esto puede signifcar algunos dolores de cabeza. Puerto Madero es un restaurante al pie de un gran edificio, emulando la zona del famoso y renovado puerto del Río de La Plata en Buenos Aires. Hasta la gente que recibe en la entrada tiene el acentiiiito. Llegué acompañado de mi hijo antes que mis dos amigos citados. Gran alegría me dio volver a estrechar la mano de Raúl, después de casi cinco años de no verlo. Primero llegó su padre, mi querido compadre, y pocos segundos después arribó él.
Y como marcan los cánones. No sé cuales. Empezamos con algo al centro y una buena copa de blanco, por un lado las populares carnitas de atún,(foto) que dicho sea se comen en taco con todo y guacamole y salsita, y por el otro una copa de Torrontés; Pecado, no sé que añada, me la llevaron servida a la mesa... ¡pues no que muy europeos!.  

Hasta ahí todo iba de maravilla, pintaba para una placentera tarde de verano y de reencuentros con gente muy querida, compartiendo la sal y el vino. Hasta que recibí una llamadita de mi chofer para darme la noticia de que mi camioneta había sido removida por una grúa, gran negocio de la familia de Mr. Ebrard. Para mis amigos extranjeros; Mr. Ebrard es jefe y dueño de la Ciudad de México, además de aspirante a la presidencia por la Izquierda, si así se lo permiten.  Pero quisiera borrar de mi memoria este triste epidosio, aunque debo admitir que nubló un poco mi comida.

Pasando a otra cosa, ¡ojalá! que así de fácil resultara en el momento preciso de los hechos. Ante la pobre lista de vinos, todos con precios de hipoteca, nada más revisen: Monte Xanic cabernet-merlot $850 pesos,(50€) no, no era magnum, sin palabras... Entonces me decidí por un bonarda, uva que por momentos me recuerda la cabernet franc. Dante Robino 2009. Un vino muy agradable, frutal de buena acidez y paso por boca de tanino mullido y alcoholes discretos, a todos nos dejó muy satisfechos, en mi caso maridó de maravilla con un grueso y jugoso bife de chorizo.        

Los respaldos de las mesas son planos y están cubiertos por el logotipo de algunas bodegas, sobre todo argentinas, el piso de madera y el ambiente con luz dosificada le da un aire romántico y a la vez moderno. La comida es buena, pero los vinos dejan mucho que desear no sólo por el precio, sino por la poca imaginación de quien cofeccionó la carta.

Para mis amigos fuera de México: Marcelo Ebrard Casaubón

Monte Xanic cabernet-merlot (20€) en tienda. Aquí 50€...

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