Ribera del Duero: luces, alguna sombra y más luces

¿Qué prefieres, Ribera o Rioja? Me han hecho esta cuestión muchas veces.  En alguna ocasión he pensado que hay muchos más vinos como para sólo pensar en dos regiones. Pero la pregunta está casi siempre en la mesa, al lado de una botella. ¿botella de…? Bueno, hoy será de Ribera del Duero ya que voy a hablar de esta zona.

A la vista de frases como ésta (¿Rioja o Ribera?) yo pensaba que estas dos regiones vinícolas serían muy parecidas.  Había visto Rioja y su paisaje. (podeis ver mi experiencia en la zona en este post). Ribera del Duero me ha parecido muy diferente.

 Ambas regiones están junto a un gran rio: Duero o Ebro riegan sus tierras.

Después de conocer La Rioja sentía la “necesidad” de desplazarme hasta La Ribera del Duero y hacer mi propio “Ribera del Duero wine tour”… Conocer una tierra nueva es siempre muy agradable. Me encanta imaginar lo que voy a ver y descubrir. Organizar un viaje con un copa en la mano junto al ordenador siempre ayuda… Un enólogo me dijo que su ambición eran trasladar un paisaje a una botella. Preparar un viaje con una copa de buen vino ayuda a imaginar los paisajes.   

Antes de viajar a Ribera del Duero abrí un foro en verema.  No tuve mucha fortuna. Pero he revisado bien las aportaciones anteriores y saqué muchas y muy buenas ideas para el viaje. Os incluyo uno de ellos. Muy buenas recomendaciones.

Había pasado por Aranda de Duero en la A1 muchas veces de camino a Francia. Una cosa que me llama la atención es que no hay ninguna indicación visible de los viñedos de Ribera del Duero. Quien haya pasado la frontera con Francia desde Irún habrá visto como cada pocos kilómetros se muestra un cartel que anuncia el interés turístico de la zona. Los viñedos de Burdeos no son una excepción. Sería fácil incluir estos carteles en las autopistas de España.

Vistas desde el Castillo de Peñaranda de Duero

En nuestra ruta decidimos empezar en Aranda de Duero. Nunca antes le había dedicado una atenta mirada en un mapa a los pueblos que forman esta  Denominación de Origen. La ruta la planteé para seguir el curso del Duero desde San Esteban de Gormaz (en Soria) hasta Aranda de Duero (Burgos) por la carretera N-122. Desde allí nos desviamos de esa carretera para seguir el río hasta Roa y de nuevo retomamos la N-120 en dirección a Peñafiel, ya en la provincia de Valladolid.   

La Ribera del Duero está plagada de bellos paisajes, mucho más desolados que los de La Rioja, y en ambos destinos también abundan magníficos monumentos medievales, pero debo decir que en general me he llevado una importante decepción con los pueblos de Ribera del Duero. Me comentan que para los pueblos de La Ribera la recuperación económica llegó tarde. La Rioja lleva muchos años de fama de sus vinos, pero La Ribera es mucho más joven. Los pueblos se quedaron semivacíos por la emigración y es fácil ver casas cerradas, vacías, agrietadas y algunas de ellas en estado de ruina. Nada que ver con las señoriales villas riojanas. Pero cuidado, no todo está perdido: a continuación os comentaré algunos lugares que dejan huella.

De camino a San Esteban de Gormaz me hubiera gustado visitar una bodega que se llama Dominio de Atauta pero no tuve tiempo de organizarlo y ni siquiera sé si es visitable. La razón es que me gustan algunos de sus vinos. San Esteban es un pueblo interesante como también lo es Langa. Pero puestos a elegir me quedo con Peñaranda de Duero; hay que desviarse un poco de la carretera pero vale la pena, las vistas desde el castillo son increíbles. En La Vid visitamos el monasterio de la orden Premonstratense. No tenía idea de que esto estaba aquí y me ha parecido sorprendente; magnífico.

Aranda de Duero es más una ciudad que un pueblo. El centro de la ciudad está bien conservado, es peatonal y cuenta con multitud de cuevas. Me impresionó el pórtico de Santa María La Real. Nos habían recomendado un sitio que se llama El Somatén para tomar un vino, pero no nos daba tiempo. Era la hora de la comida y tocaba probar el cordero. Fuimos al Lagar de Isilla. Reconozco que no me acostumbro a que la gente tire las servilletas usadas al suelo. Lo digo porque hay que pasar por el bar para acceder al restaurante y aunque estos detalles tan tradicionales le den tipicidad o autenticidad sin duda le restan limpieza. Lo entiendo pero no lo comparto.  Seguro que estamos todos de acuerdo en que hay que cuidar la presencia del producto, ¿por qué no la del local? Los franceses no somos perfectos ni mucho menos, pero de esto sí podemos decir que sabemos algo. Volviendo al cordero, al  lechazo, muy bueno, muy rico. El vino fue un Lagar de Isilla Roble (creo que era 2012). Me gustó y creo que es el tipo de vino pensado para este tipo de comida. Dentro de este restaurante os recomiendo bajar y ver la cueva-museo de lo que fue una bodega subterránea.

Salimos en dirección Roa para ver el edificio nuevo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Roa me dejó un tanto fría. Está en un lugar bonito en el alto junto al Duero. Pero le falta carácter. Hay edificios muy feos.  En Roa visitamos Lopez Cristobal. El trato fue muy correcto, la acogida un poco fría en el comienzo, pero la visita en su conjunto fue de menos a más y en su conjunto muy positiva. Los vinos me encantaron.

Después seguimos hacia Peñafiel para dormir en el Hotel Convento de las Claras. Reservamos un pack con hotel y bodega a buen precio desde esta página.  El establecimiento está muy bien por calidad y ubicación aunque con algunos detalles mejorables. El castillo de Peñafiel iluminado no tiene precio; había visto algunas fotos pero es precioso al verlo en personal. La hostelería de Peñafiel está muy orientada al lechazo y eso nos penalizó a la hora de cenar, nos apetecía algo más ligero, pero no es fácil encontrar una buena ensalada. ¿Por qué no? En Peñafiel lo que más me impresionó fue la plaza del Coso. El Castillo es espectacular, pero te lo esperas. Yo no esperaba una plaza tan bonita como la de Peñafiel y eso resultó en una gran sorpresa. 

Vistas del Castillo de Peñafiel

Al día siguiente recorrimos la célebre Milla de Oro. Fuimos hasta Abadía Retuerta y regresamos a Peñafiel pasando por Valbuena y por Pesquera de Duero.  En esta zona se encuentran las bodegas más famosas, empezando por la célebre pero no visitable Vega Sicilia así que durante la ruta nos detuvimos a visitar un par de bodegas. Primero visitamos Pago de Carraovejas junto a Peñafiel. Un poco larga esta visita pero muy buenos vinos y espacios muy hermosos.   Después Finca Villacreces. No conocía esta bodega pero nos la recomendaron y nos gusto mucho. Un concepto tipo chateau. Hay pinos muy altos y un laguito.  Aunque estas bodegas son absolutamente diferentes en su planteamiento, puedo decir sin  equivocarme que por la calidad de sus vinos, por el trato recibido, por el entorno, por las instalaciones, en ambas bodegas te sientes muy cómodo.

La bodega de Pago de Carraovejas

¿Rioja o Ribera? Tendría que ir otra vez a cada sitio y disfrutar de sus vinos y bodegas para poder dar una respuesta. Pero incluso una vez allí seguro que me hace falta otro viaje, o unos viajes más. Siempre más de lo bueno.