Un blanco en una cena de un restaurante que no le iba muy bien a los aperitivos. Color amarillo pálido sin excesiva consistencia. En nariz muy poco aromático, con algo de frutos blancos y notas a hierbas. En boca entra fresco, pero con poca acidez y poca persistencia. Fresco, pero aporta pocas cosas.

Viste en la copa un color amarillo pálido, transparente y con ciertos reflejos acerados. Lágrima prácticamente invisible (débil).
En nariz, intensidad media. Notas frutales, como por ejemplo la pera, algo de plátano y piña y algún cítrico como el pomelo. Muy de fondo, las notas herbáceas presentes.
En boca, refresca, aunque con una acidez presente débilmente, desarrollo medio en el paladar y un final más bien corto de postgusto algo frutal y retronasal herbáceo.
Se deja beber. Comprado en G.S., no llega a los 4€.

Amarillo palido con reflejos acerados y buen brillo.
Nariz de media intensidad a fruta blanca madura, frutos secos, mantequilla y un ligero punto herbaceo.
Fresca es su entrada y maduro su recorrido, la acidez demasiado ajustada, con mucha fruta pero muy madura, ligeramente untuoso, ligeramente calido y con aromas a mantequilla tambien presentes en esta fase. Algo pesado de tomar mas de un trago. Final medio-largo pero algo cargante.

Probando blancos frescos para combatir el calor, encontré este vino en uno de los estantes del Mercadona, y pensé que podía ser un buen intermedio entre los albariños que van cayendo este verano. Desde luego ha devuelto su precio, lo que por otra parte no era excesivamente difícil.

La primera impresión es su color amarillo pajizo, lagrima fácil y rápida.
No excesivamente aromático, a copa parada destacan los aromas de flores blancas, que con la copa en movimiento se vuelven algo más frutales, recordando la pera y la manzana verde.
En boca la primera impresión es fresca, frutal, con recuerdos cítricos y florales. Le hecho
en falta algo de acidez y de persistencia.

Bueno para refrescar antes de pasar a algo más serio.