Uno de los frescos de este verano.

Probando blancos frescos para combatir el calor, encontré este vino en uno de los estantes del Mercadona, y pensé que podía ser un buen intermedio entre los albariños que van cayendo este verano. Desde luego ha devuelto su precio, lo que por otra parte no era excesivamente difícil.

La primera impresión es su color amarillo pajizo, lagrima fácil y rápida.
No excesivamente aromático, a copa parada destacan los aromas de flores blancas, que con la copa en movimiento se vuelven algo más frutales, recordando la pera y la manzana verde.
En boca la primera impresión es fresca, frutal, con recuerdos cítricos y florales. Le hecho
en falta algo de acidez y de persistencia.

Bueno para refrescar antes de pasar a algo más serio.

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