Primera añada de este proyecto de Castillo de Perelada, el primer Gran Claustro.
Color rojo cereza de capa media y ribete con evidentes síntomas de evolución.
Nariz fresca de corte más clásico, con notas frescas, balsámicas, flores y mucha fruta negra. Aparecen notas de higos maduros, de crema de manos, glicerina, notas herbáceas, especias y mucha fruta si uno mira la etiqueta y ve que está ante un 1993. Es un nariz muy limpia y fresca.
En boca tiene una entra suave, con buena acidez, buen cuerpo y tanicidad bien integrada, con un punto ligeramente astringente que no llega a molestar. Notas lácteas por vía retronasal y ese sensación crujiente del tanino aun presente.
Un vino que tras 18 años sigue incólume y con capacidad de guarda de algún año más.
Por casualidad hoy he encontrado esta botella en una tienda perdida y a un precio asequible, es la primera añada de este vino y la duda de cogerlo o no me a invadido, al final a podido mas la curiosidad.
El tapon estaba mal con lo que al abrirlo se a roto,pero por sorpresa el vino aun aguantaba gracias a la gran acidez que tiene, aunque evolucionado pero aun disfrutable. muy parecido a un Rioja con años, los aromas de crianza estaban en primer plano ( cuero, piel) aromas de fruta muy madura en alcohol.
En boca la acidez hace que todavia tenga estructura para aguantar, el final es muy seco y algo amargo.
A veces vale la pena arriesgar.
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