Tiene un color rojo picota puro y brillante.
En la nariz se superpone la fruta roja y las notas de granja con un interesante punto de pasa de corito y final ligeramente licoroso.
La entrada en boca es suave pero acaba con un golpe potente, muy cálido, suavizado con un tanino muy dulce. Se encuentran nos minerales de piedra negra y pinceladas balsámicas.
Muy interesante.

Extraordinario vino que sigue en plena forma en una bodega que mantiene un gran nivel de calidad en todos sus elaboraciones. Buen color en copa, cereza picota con buena capa y menisco granate. Nariz intensa, cambiante, compleja, fruta madura, frutas negras, tremendamente balsámico (eucalipto, esmalte, acetonas que poco se suavizan hacía unos balsámicos más de monte mediterráneo con romero, tomillo, pino), cacao, tostados, frutos secos como la avellana,especias con una pimienta negra en primer plano, vainilla, clavo, tintes florales muy discretos de la Syrah o la Garnacha posiblemente, para ofrecer, finalmente, un toque terroso, bosque húmedo y mineral.
En boca es un vino muy redondo, taninos muy pulidos, cierta dulcedumbre y fruta madura refrescada por una buena acidez, con un final donde vuelven los balsámicos y un cierto punto vegetal tipo pimiento verde, posiblemente de la Cabernet que no aparecía en nariz. Un gran vino

Color picota de capa muy alta. Ribete granatoso. Color intenso.
Nariz de buena intensidad, fruta negra, higo, uva pasa, pimiento verde, especias, punto de conserva, clavo, pimienta negra, menta, tostados de café y cacao. Punto lácteo y licoroso. Lo tiene todo...
Boca de entrada agradable, con notas vegetales, paso de dominante fruta negra, tanino muy sedoso, acidez cálida y notable. Muy rico. Al final aporta un corte entre dulce y cálido muy interesante.

Hoy vamos a realizar la primera cata en mi nuevo destino laboral, Cuenca, Ecuador. Lo de Expatriator no lo puedo remediar, je,je... He dejado la India tras 5 años de maravillosas experiencias y unos 22 vinos indios catados, pero desde ya, empezamos un nuevo periplo por Sudamérica. Esperamos catar ricos caldos por estas latitudes, fundamentalmente chilenos y argentinos, aunque nuestro primer vino va a ser este Finca Espolla 2010, el cual trajimos en la maleta. Un vino multivarietal del Empordá de las bodegas Castillo de Perelada, que tan agradable sorpresa nos dio con su Finca Malaveina 2009.
Abrimos la botella 30 minutos antes de proceder a su cata a 17°C. El tapón espléndido, muy compacto y largo.

VISUAL: Se nos presenta con un exultante color rojo picota de capa media-alta y muy brillante. Su lágrima es densa, abundante y ligeramente tintada.

OLFATIVA: Con una intensidad media-alta, se hace notar. A copa parada presume de carácter mineral, tierra mojada y buenos balsámicos, mentolados. Al agitar desprende aromas herbáceos de sotobosque, orégano, estragón y mejorana. La fruta roja aparece un tanto enmascarada, pero ahí está, para rematar este particular bouquet, acompañada de notas de cacao y tabaco de pipa. La madera es también claramente perceptible, no obstante son 18 meses de crianza. Nariz muy sugerente, eminentemente mineral de una exquisita complejidad.

GUSTATIVA: En boca es poderoso, corpulento, con una excelente acidez y los taninos medianamente pulidos. Se nota el grado alcohólico (14.5%) pero sin molestar. Un paladar exquisito, con un retronasal balsámico y pizarroso y un tanto afrutado, como de moras negras y un final herbáceo magnífico. De persistencia larga, dos minutos y medio. Un vino complejo en nariz y portentoso en boca, con vida por delante. La combinación de las cuatro viníferas es sencillamente sensacional, todas aportan ensamblándose a la perfección. Gran coupage, si señor. Muy cerca de su clímax si no lo está ya, aunque creo que cuatro o cinco años más aguantará en plena forma sin pestañear. Me ha encantado.

La RCP es excelente, por menos de 13 euros hemos degustado un vino sobresaliente.

Acompañamos este vino con una maravillosa ensalada de rúcula y atún con rábanos y quinoa como primero y un exquisito surtido de jamón, embutidos ibéricos y queso curado para rematar. Una amalgama de sabores para toda una explosión de aromas. Excelente maridaje.
Adjunto fotos.

Picota granate con destellos rubí. La nariz muestra una franca expresión de fruta roja madura, matices especiados "dulces", algo de regaliz negra y un fondo de regaliz. En boca tiene buen ataque, muestra cierta calidez, amargos suaves, tanino intenso, aún con aristas por pulir, ciertas sensaciones licorosas y bastante persistencia.

En su danza sinuosa, trepando con sus giros por la pared de la copa, deja su tinte. Su aspecto nos hace salivar, con sus piernas y su color picota con ribete rubí brillante.
La nariz es potente, compleja y sugerente. Gusta. Aromas de higuera en verano, hierbas de monte, aromas de pasa de corinto con un toque de licor que recuerda con un ligero matiz fugaz al fondillón y el arrope. La fruta es negra y madura con una pincelada de flores, algo balsámico y especiado.
En boca el ataque es suave y cálido, agradable paso, acidez ajustada y tanino pulido.
Final persistente con un toque de fino y agradable amargor.

Original, no deja indiferente a nadie, te gustara o no, pero es impresionante su personalidad.

Catado a ciegas, lo llevo al terreno de los vinos naturales, llevado al extremo, donde nada es lo que parece, esta cargadito de fuerza. Sientes hueles y comes el laurel, un fondo y un contenido mineral, aplastante, la fruta es negra, madura, hay especias como el clavo, madera de cedro, flores, higos, dátiles, hoja de higuera, lúpulo, resinas, barniz. Una pasada de carga y de contenido, diferente y singular.

En la boca me gusta más, no empalaga aunque surge la nariz, es seco y algo cálido, frutoso, con un tanino que marca y señala, le da identidad. Hay notas mentoladas, eucalipto, laurel, todo con densidad, concentración, lo mascas, chupas la pizarra, radical aspecto mineral y de extracción. Una pasada.

Catado a tuertas, resulta orientativo , en muchos aspectos. No muestra franqueza frutal, ni maduración, ni compotas y yo diría que poca naturalidad, más bien algo acrílico en nariz, algo de pegamento y laca, algo artificial... eso sí, mineral y pizarroso. En boca es mejor, pulido, liviano, sin astringencia, largo, más mineralidad. Cuando se desvela su nombre, mejora en mi cabeza.....aunque andaba muy cerca