Vino encerrado en una botella magnum, la ultima, de diseño y vestido con una etiqueta moderna en la que predomina el color negro y el azul.
A la vista se manifiesta limpio, brillante, color rojo picota de capa alta, muy buena lágrima, densa, ancha y que se desliza con muchísima lentitud por la copa. Menisco con incipientes notas tejas.
En nariz mucha fruta del bosque en sazón, madera muy bién integrada, notas de cacaos, algo de chocolate, vainilla, canela, ciruelas negras pasas, mineral.
En boca aterciopelado, muy alegante, con caracter y corpulento, carnoso, elegante y viva acidez que te invita a beber y hoy no hay miedo (1,50 L.), madera muy bién integrada, taninos domados, muy mineral y seco. Gran paso de boca y es muy largo. Me dá una permanencia en boca de 4,00 minutos. Gracias Susana, sigue elaborando así de bién.

En la fase visual tiene un color picota en grado alto, capa alta y una lágrima más bien densa.

En la fase de la nariz presenta una intensidad alta, con aun una buena cantidad de fruta madura, de tipo negra y con detalles de la madera muy buena calidad, pero sin sobresalir sobre la fruta.

En el paso por la boca, gustos, conservando aun una buena acidez, con los taninos muy domados, las fruta en su punto y detalles de la syrah. Qué buena esta boca, pues me ha dado la sensación de equilibrio en estos momentos.

Fase posgusto larga y agradable.

Muy buen vino, con una forma perfecta y que en conjunto su boca me ha encantado.

Cata realizada en una botella de tipo magnun.

Otro buen vino de Pago del Vicario. En su finca desde el año 2000 ofrecen vinos modernos de calidad, como este Monagos (monje en griego). Botella bonita decorada en azul.

Rojo picota con ribete violáceo, glicérico con lágrima brillante. En nariz me resultó potente, muy aromático, balsámicos que dejan pasar el rastro a fruta madura, hierbas, canela. Con el aireado más fruta, más fresco, casi mediterráneo, golosina de fresa de fondo. En boca aparece la madera, bien integrada en el conjunto generando una acidez correcta, que va desapareciendo con el tiempo. Fresco, potente, muy frutal pero con cuerpo, el final es bueno, persistente.

Me gusta la combinación de la Syrah con la garnacha tintorera. Junto con el Agios, los dos mejores de Pago del Vicario.

La nariz - boca siempre encuentra el lugar de batalla en las vendimias maduras y las maceraciones. Aquí encontramos un vino racial, con notas de extracción que recuerdan a la verdura y al pimentón, pero al mismo tiempo dejando ver unas sensaciones lácticas que ayudan a imaginar el yogurt y las frutas del bosque. Conforme se airea salen notas herbáceas atractivas pero pendientes de encaje. Al final se entremezcla el aroma de Pimentón - Azafrán y Piedra de Fúsil, con notitas vegetales y frutales que dejan pinceladas balsámicas. En boca es rico, moderno, con volumen y peso, agradable dando una frutalidad densa pero no demasiado pesada, ya que la acidez conjuga las sensaciones en los límites. Posgusto láctico, fresones con nata, rico y glicérico – untuoso ( similar a la sensación de un Pedro Ximenez ) pero de uvas tintas. Le falta algo de garra, quizás mayor acidez y le sobra el peso final ( ya que es un Tinto ). Estos vinos son como los trajes de Ágata Ruiz de la Prada, ¡ a mí me gustan ! tampoco piden demasiada profundidad ( de eso no se trata ). Es divertido, varietal y como digo Racial. Etiqueta llamativa, informa y acorde con el vino.