Vinobsesion

Dónde el vino sabe a letras...

Toda una aventura es adentrarse en el Barrio de las Letras de Madrid, perderte por sus calles donde cada rincón está marcado por alguna historia de nuestra literatura. Zona además muy tranquila, pues se ha conseguido hacer prácticamente peatonal (aunque haya sido a golpe de multas y bolardos).

Tascas, restaurantes, magnificas panaderías y obradores, pequeños tiendas- taller de costura, joyería…. Un poco de todo, pero en un ambiente de un barrio mítico.

Como es habitual en este país, este tipo de barrios ven como su clientela se ve mermada por las grandes zonas comerciales y gracias a la Asociación de comerciantes que han creado están inventando constantemente para reclamo de clientela.

  

    Desde inicios de esta año, han creado El Mercado de las Ranas (el nombre viene pues la calle principal en su época se llamaba Cantarranas), donde los primeros sábados de mes sacan a la calle sus mejores productos ofreciéndolos a los transeúntes, generando un ambiente festivo y de mercadillo refinado.

       

 

El pasado sábado tuve la ocasión de participar en esta actividad, junto con Casa González.

   

Fundada en 1931, el dato me llamo la atención y fue lo que me llevo a preguntar a Paco, uno de sus propietarios, la historia del  local, me empieza a contar y yo empiezo a entender esa sensación especial que note al entrar, ese duende.

Allá por 1.931, su abuelo creó una mantequería- taberna, en la zona delantera de su casa, por lo que era su negocio y vivienda a la vez. En época de guerra, el almacén de debajo, era utilizado por su abuelo y sus camaradas como centro de reuniones clandestino, hasta que, marcaron un ladrillo del local y su abuelo fue detenido y encarcelado hasta en cuatro ocasiones.

Durante la época de encarcelamiento de su abuelo, sus hermanas, quedaban al frente del negocio, el cual solo eran capaces de llenar comprando productos de estraperlo en los pueblos y adornando el local con figuras de escayola que simulaban ricos productos.  Una buena parte de la familia fue exiliada a la zona de “rojos”, y de hay la tradición de los quesos manchegos…

Pasados estos malos momentos, el local siguió funcionando, hasta que sus tías, allá por los años 90 les llegó la hora de jubilarse y es cuando Paco tomó el relevo.

Económicamente era insostenible, por lo que la antigua casa se convirtió en un salón, y una renovación de oferta, sin perder la raíz inicial.

Los productos estrella son una estupenda tabla de quesos, jamón ibérico y más de un centenar de referencias de vino, que puedes comprar o tomártelo por copas, a precios asequibles.

 

 

 

 

 

 

 

 

La ubicación del sitio, la peculiaridad del local, la calidad de sus productos, el trato humano de sus propietarios y la música en directo de Devarite, hace que te traslades a los años 30 y sientas estar tomando una copa de vino rodeada de los grandes de la literatura.

 

Y es que como siempre digo…el mejor vino es el que se toma disfrutándole de compañía, comida, ambiente, música….

Y yo encontré a Casa González: Donde el vino sabe a letras….

Por Esmeralda García García

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