Cata Vertical de Dr. Bürklin Wolf Forster Pechstein GC

Tras la cata horizontal de Riesling 2007, la sesión continuó con la cata vertical de uno de los pagos más destacados del Palatinado, en palabras de Michael Wöhr, "corazón del corazón". Se trata del pago Pechstein de Dr. Bürklin-Wolf.

Tras las guerras napoleónicas el territorio deja de ser francés y pasa a integrarse en la región de Baviera. Esta zona vitivinícola es totalmente desconocida para sus soberanos, quienes deciden hacer una clasificación de los terrenos en función del precio del vino en el mercado. Esta clasificación data de 1828 y estos viñedos ya disfrutaban de la clasificación más alta a la hora de pagar impuestos por el altísimo precio que se pagaba por sus vinos. Estas zonas son la base de la clasificación de la actual VDP.

El corazón del corazón del Riesling es el pueblo de Forst, con cinco Gran Crus en su territorio. Es la única zona donde se cultiva Riesling sobre basalto. Este alto contenido en basalto proviene de erupciones volcánicas acaecidas en la zona, en donde la lava se extendió por la zona de Forst y sus alrededores, transformándose posteriormente en basalto. La zona recibe el nombre de Pechstein, que traducido significa "piedra de alquitrán", haciendo referencia a esta alta composición en basalto. El volcán que originó esta zona única es el Pechstein-Kopf o cabeza de piedra de alquitrán. Todo esto se traduce en una mineralidad y un carácter muy peculiar.

La parcela del Dr. Bürklin-Wolf ocupa 2,33 hectáreas de las 21 totales que representa la zona de Pechstein. Es un viñedo con una edad de 29 años con marco de plantación de 5000 cepas por hectárea.

Sobre la mesa teníamos cinco añadas:

Dr Bürklin Wolf Forster Pechstein GC 2005

Fue una de las añadas más cálidas en Alemania, con primavera y primera parte del verano con mucho calor. Año en el que llovió bastante, rompiendo con añadas anteriores de baja precipitación. No obstante esta falta de lluvias en años anteriores no se vio compensada por completo, ya que el viñedo requiere de un par de años para paliar los efectos de una mengua pluviométrica. Esto se tradujo en unos bajos rendimientos pero una gran calidad de la uva. Solo unos 2500 litros de esta cosecha temprana que se inició el 16 de octubre.
En nariz el basalto muestra su cara, con unas notas alquitranadas suaves pero presentes, nafta y notas de goma, de zapatilla nueva, cítricos muy intensos, con recuerdos a cítricos, mandarinas y naranja dulce. Tiene un fondo de hierbas aromáticas muy fresco.
En boca la acidez es muy buena, vertebrando el conjunto y dando frescor, con una acidez, cuerpo y azúcar residual perfectamente equilibrados, largo, tacto glicérico y buen recorrido. Un vino que mejorará con el tiempo pero que ya nos da unas sensaciones de gran calidad.

Dr Bürklin Wolf Forster Pechstein GC 2004

Este fue un año muy frío, con un agosto incluso de temperaturas bajísimas, lo que auguraba una mala añada por la falta de madurez de la uva, vuelta a los problemas de los años anteriores al 88 y la lucha por cada gramo de azúcar en el vino. Afortunadamente un pequeño anticiclón al final de agosto suavizó estas bajas temperaturas y la añada viró a puntos de madurez correctos. Aun así, en contraposición a la añada 2005, esta 2004 fue una de las añadas con vendimias más tardías de los últimos años.
En nariz es un vino tímido, no tiene la inmediatez del 2005, sino que es una nariz parca en aromas que requiere un mayor trabajo en copa y un de un desarrollo mayor en botella. Los aromas de asfalto y alquitrán son más notables, aromas de cereales tostados, austera y con solo pinceladas de fruta. Cuando lo llevamos a la boca la acidez es más punzante que el 2005, más abrupta, marcada. Aunque a los acidófilos como yo estas acideces altas nos gustan, comparada con la sedosidad que disfruta el 2005, este vino se encuentra un peldaño por debajo de su añada posterior. Aun así un gran vino que solo adolece de esta pequeño problema si se le compara con su ese 2005. Habrá que ver qué dará en un tiempo esta añada.

Dr Bürklin Wolf Forster Pechstein GC 2003

Es la añada más cálida de los últimos años, con una cosecha muy temprana, a final de septiembre.
Encontramos en nariz con poco alquitrán, es inmediato, con notas de piel de naranja, mandarina, caramelo tostado, flores y algo de piña.
En boca falta algo de finura, la acidez está presente pero el conjunto no acaba de redondearse. Tiene unas notas golosas demasiado presentes acompañadas de ciertas aristas alcohólicas y la mineralidad no es tan marcada. Sin lugar a dudas es la añada que menos me transmitió de todas, posiblemente por estos problemas de calidez comentados por Michael. Momento para beber, está en su óptimo

Dr Bürklin Wolf Forster Pechstein GC 2002

Añada muy parecida a 2005 con una excepción, la base de años anteriores con buenas precipitaciones, climatología adecuada para el buen desarrollo de la vid, viñedos poco estresados y un verano caluroso pero no tanto como en el 2003. Solo falló el octubre... Tras unas condiciones excepcionales que anunciaban convertir a estos vinos en una de las mejores añadas de todos los tiempos, octubre trajo lluvias constantes a la zona de Pechstein, lo que provocó una vendimia que se extendió un mes, ya que solo se cosechaba cuando la lluvia remitía, permitiendo así unas buena condiciones de trabajo y un estado óptimo de la fruta. El riesgo a perder la cosecha adelantó las labores de recolección y este adelanto pasó factura, ya que no se llegó al óptimo de madurez.
Este vino tiene una perfil bastante similar a la añada 2005, muy equilibrada la aportación del basalto y la fruta, en un buen estado de consumo. En boca también se encuentra en un gran momento, redondo, con una acidez fresca, con nervio, largo y profundo, fruta y mineralidad marcadas, con un toque amargoso que da profundidad, fresco, unas notas de mantequilla muy ricas y sensación glicérica en su desarrollo. En palabras del propio Michael Wöhr, "una añada sexy".
Está en un buen momento para beber, aunque parece que dará un poco más de sí con el tiempo, tal vez en dos o tres años.

Dr Bürklin Wolf Forster Pechstein GC 2001

Añada de ciclo largo, con un verano frío y un septiembre y octubre más frío que retrasaron la añada, lo que se refleja en la gran mineralidad de la nariz. El alquitrán está muy presente pero no llega a molestar. Menos concentración en fruta que en el 2002, notas de miel, algunos toques vegetales muy frescos y aromas de cremas lácteas.
En boca es redondo y profundo, tiene una buena acidez, es largo, con un gran mineralidad, basalto puro, miel y notas especiadas. Se nota menos la fruta pero por el contrario la mineralidad es mágica, casi cruje en la boca el vino. Y con todas estas alabanzas y la excepcionalidad y carácter que tiene esta añada, Michael nos recomienda esperar algo más de tiempo... yo entonces ya no sé que pensar, porque en estos momentos está en un momento excelente ¿qué más nos puede dar? Le haremos caso y comentaremos dentro de unos años.

Cata de vinos dulces: Josephshöfer

La tercera parte de esta gran sesión nos trajo los vinos dulces elaborados por la bodega Weingut Reichsgraf von Kesselstatt (literalmente el Duque del Imperio). El monasterio Josephshöfer data del s. XI y está ubicado en el valle del Mosela, cerca del pueblo de Graach. A finales del s. XIX la secularización de algunas de las propiedades de la Iglesia, permite a este duque comprar el monasterio, que incluía un pago de viñedos de gran calidad.

El primer vino del trío es el Josephshöfer 2005, clasificado como Kabinett, se trata un vino que no ha sufrido la acción de la Botrytis y, pese a tener elevado contenido de azúcar residual, el propio elaborador no ha querido darle una clasificación de Auslese, como sí lo hizo con otros mostos de la bodega de esta misma añada.
En nariz es pura suavidad, sugerente, sedoso, con notas de flores blancas entremezcladas con aromas de melocotón maduro, mineralidad muy sutil, crema de leche agria, vainilla en rama... preciosa. En boca la sensación es de suavidad, por el tacto glicérico que transmiten, con mermelada de níspero, de melocotón en almíbar, el perfecto equilibrio entre la acidez y el azúcar residual y esos escasos 9º alcohólicos que apenas se notan.
Es un vino para tomar como aperitivo o al final de la comida, sin necesidad de tomar nada con él. Un vino ligero no exento de complejidad y profundidad.

El segundo vino es el Josephshöfer 2002 clasificado esta vez como Spätlese, pese a que los análisis de azúcar residual muestran niveles casi idénticos (61g/L en el primero frente a 67g/L en este último). Tampoco ha sufrido el ataque de la Botrytis esta añada pero sí se notan esos tres años de envejecimiento.
El resultado es un vino muy mineral, con más hidrocarburos, notas de florales y algo de brezo entremezclado con los aromas de fruta madura. En boca las notas evolutivas son más marcadas, con algunos hidrocarburos marcados por vía retronasal. Es grueso, con la acidez marcando muy cerca a ese azúcar residual tan bien integrado en el conjunto. Sutil, sedoso y con una equilibrio perfecto. Una acidez muy joven que requiere más guarda o dejarlo más tiempo abierto, pese a que este vino fue abierto el día anterior.

El tercer vino es el Josephshöfer 1999, en este caso Auslese, que sí está botritizado. Destacar que en este punto de la cata Michael nos volvió a hacer hincapié en la no relación color/edad de la Riesling, con un caso palpable como el que teníamos ante nosotros puesto que el vino del 2005 se mostraba el más pajizo de todos y el 1999 tenía destellos verdosos, con unas características de ser notablemente joven: "la trampa de La Diva" como la llamó el propio Michael.
En esta caso las notas de miel de acacias son más evidentes, notas de dátiles, uvas pasas, fruta mucho más madura pero siempre manteniendo cierta mineralidad y frescura en nariz. Ahora los hidrocarburos están más presentes, aparecen notas frescas, mentoladas, brezo... En boca es puro terciopelo, de los que no puedes dejar de beber pero de los que hacen cerrar los ojos a cada sorbo que das. Mineralidad, acidez, dulzor, profundidad, expresión y carácter a raudales. Un vino de esos que hace soñar y que tras 24 horas abierto sigue escondiendo algún secreto que tardará en contar.

Y con este broche dimos punto y final al 8º Encuentro Verema. Algunos de nosotros nos fuimos a cenar sin lavarnos los dientes para tratar de mantener a La Diva el máximo tiempo en nuestra boca y nuestro recuerdo.