Amarillo dorado y brillante.
La nariz es intensa y con volumen, presenta notable profundidad, con recuerdos a cereal tostado, frutos secos, recuerdos a orejones, toques de piel de cítrico, ligeros aromas de corte terciario y algunos apuntes de hidrocarburos.
En boca entra muy bien, con excelente equilibrio entre dulzor y acidez, con bastante cuerpo y una excelente estructura. Largo y equilibrado aunque parece aún falto de botella sobre todo por la ligereza con la que 'petrolea'.

Cata de Vinos Alemanes impartida por Michale Wöhr en el 8º Encuentro Verema.

Dominado por las notas iniciales de hidrocarburo que la oxigenación transforma estos aromas en otros derivados, notas de humo en conjunción con aromas punzante que recuerdan al amoniaco por como penetran. Los minutos en copa y el contacto con el oxígnero le reportan seriedad, y despierta la fruta escarchada para mostrar una boca fresca, con muy buen volumen que envuelve el gusto con rico dulzor cítrico.

Tras 24 horas abierto este vino se muestra amarillo dorado suave.
Nariz de buena intensidad, de carácter muy mineral, con ciertas notas de hidrocarburos que empiezan destaparse e irán yendo a más, notas de florales y algo de brezo entremezclado con los aromas de fruta madura.
En boca las notas evolutivas están marcadas, con algunos hidrocarburos marcados por vía retronasal. Es grueso, con la acidez marcando muy cerca a ese azúcar residual tan bien integrado en el conjunto. Sutil, sedoso y con una equilibrio perfecto. Una acidez muy joven que requiere más guarda o dejarlo más tiempo abierto.

Catado en el 8ºEncuentro Verema.