Gota a gota en Verema

Cata centésima trigésima séptima

Corchos con sus bozales

Por desgracia nuestro amigo Carlos no pudo llegar a la cita por motivos de salud de su señora madre, desde aquí nuestros mejores deseos para que se recupere pronto.
El caso es que las botellas ya estaban listas y alguién tenía que dirigir la cata. Ése fui yo. Así que me metí a internet para averiguar aquello de que el cava no es sólo catalán, además de las nuevas variedades "mejorantes" encabezadas por la chardonnay.
Para la gran mayoría pensar en Cava es sinónimo de vino espumoso Catalán, 200 millones de botellas, el 95% de la producción anual de cava procede de Cataluña. En 1872 Josep Raventós, fue el pionero en la elaboración de espumoso en España. Pero hay que recordar que en Rioja y Álava también se producen estos vinos, siguiendo la línea hacia el sur, Valencia produce cava y aún más al sureste en tierras de dehesas como en Badajoz. Me parece muy interesante en un futuro cercano organizar una cata de estos vinos poco conocidos fuera de España. El cava como cualquier otro vino varía su calidad desde vinos muy baratos hasta cavas de mucho prestigio, cuyo precio no alcanza los del champán. Una de las uvas para vinificar rosados es la trepat, autóctona de Conca de Barbera, según datos del diccionario del vino. Otras tintas más conocidas son la pinot noir y la garnacha tinta para mezclar, y así producir rosados.
El primer cava fue un Cordón Negro de la bodega Freixenet, un cava de producción industrial, vinificado con 60% parrellada y el resto macabeo. Frutal de boca cítrica y manzana verde, a pesar de ser brut se nota algo de azúcar residual, de muy buena acidez. Seguimos con Peñalba López Brut nature, mucho más seco y final amargo, muy calizo y de burbuja fina. Vilarnau Brut, vinificado con: parrellada, macabeo y una pequeña proporción de xarel lo, cítrico y poco más.
 De aquí en adelante fueron cavas de la bodega René Barbier, cuyas virtudes no son muchas, unidimensionales sin la fuerza, la acidez ni la profundidad de los grandes cavas, a ojos cerrados los cambiaría por una botella de Clos Mogador, de esta misma bodega en Priorat. Un vino moderno pero con cierto encanto. Lástima que sea tan caro. Les decía que empezamos con los René Barbier, hizo su aparición un rosado con bastante azúcar residual y falta de acidez, los resultados se los pueden imaginar... un vino que cansa el paladar al segundo trago. El semi seco que le siguió también le faltaba esa estructura que da la acidez en los espumosos. Por último un Brut Reserva, seco hasta la médula, bastante calizo. La verdad es que hay poco aún de donde escoger, algunas botellas aisladas en los aparadores. Espero que con el tiempo, Agustí Torrelló Mata o Bodegas Gramona vayan siendo parte del repertorio de algunas tiendas de vino.

  1. #1

    Smiorgan

    Precisamente antes de leer tu última frase, pensaba en comentarte si habías probado cosas de Agustí Torrelló (Krypta es espectacular), de Gramona (su Imperial está muy bien, no he probado el III Lustros) o de Juvé & Camps (su Reserva de la Familia ha sido mucho tiempo mi cava de cabecera).
    Saludos.

  2. #2

    BenjaminBerjon

    En alguna ocasión que fui a España, ya que aquí no llegan, probé el Gramona III Lustros Gran Reserva Brut Nature 1998 y algo de Agusti Torrelló que ahora mismo no recuerdo. De Juve & Camps he visto algo por aquí.

    Saludos

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