Gota a gota en Verema

Cata de Ventisquero

El lunes por la tarde no es el momento más usual para una cata, además de que los ánimos no andan tampoco para estos acontecimientos, pero tratándose de una invitación del buen Jorge y ante su insistencia, me enfilé con otro amigo a uno de mis restaurantes favoritos, donde todo estaría listo para la cata. Como suele suceder el show empezó varios minutos tarde, y la asistencia no fue muy nutrida, aunque había varias caras conocidas.

Horacio Sebastián Fuentes es un enólogo muy joven, a sus treinta años se le ha confiado la línea premium de la bodega chilena Ventisquero. Durante la presentación de los viñedos, la bodega y sus vinos, fuimos catando y maridando con algunas entradas preparadas con esmero por la joven y talentosa chef María Fernanda Arámburo. Empezando con un Chardonnay 2009 del Valle Central, color amarillo brillante con destellos verdosos. En nariz; limpio, intenso, manzana verde, notas de toronja blanca. En boca es cítrico. Limón y notas de lima. Unas croquetas rellenas de cangrejo, que conste que no alcancé a escuchar de que estaban hechas, el caso es que el vino no ha desentonado.

Queulat es un parque nacional y un glaciar, nombre que han escogido para una línea de vinos. Este primero, Queulat Carmenere 2008, está vinificado con un 5% de Cabernet Sauvignon... Para Horacio vinificar con Cabernet Sauvignon es la carta de presentación de todo enólogo, uva tinta más plantada en Chile, ocupando más del 40% de los viñedos. "El terroir tiene límites" (...) algo que me llamó la atención fue la manera como concibe el terroir. Cuando menciona los límites se refiere a la calidad de cada pago, no es lo mismo la chardonnay en Montrachet que en Casa Blanca. Defensor de la tecnología en los procesos de vinificación, aunque marcando una frontera no muy clara entre su uso y el abuso. Hasta ahí todo iba bien, coincido en lo general con estos planteamientos, pero cuando se refiere a la tipicidad de la uva en distintas regiones, me empiezo a poner algo ansioso, y rechina algo en mis entrañas. Si bien es cierto que la riesling del Mosela no es ni por equivocación la misma que en el Valle Clare en Australia, la tipicidad se pierde cuando los vinos son sometidos a crianzas en madera nueva y bien tostadita por infames periodos de manera indiscriminada, que lo único que hacen es ahogar la fruta en roble. Estas prácticas han sido muy populares en los últimos 25 años, así que poder reconocer un cabernet sauvignon: chileno, español o argentino es como sacarse la lotería.

Siguiendo con el Queulat Carmenere 2008, domina la ciruela, la zarzamora, notas de humo y tomillo, de tanino pulido y acidez muy justa. Acompañado con unas tostadas de garbanzo. El tercero de la misma línea fue un Queulat Cabernet Sauvignon 2009, con 5% de syrah. Menos intenso que el anterior y con una arista alcohólica, quizás resultado de la temperatura. El mousse de roquefort definitivamente no va con este vino, un Sauternes sería lo ideal. Su crianza se hace en un 20% de barrica de segundo uso y 40% de tercer uso. Interesante crianza para los estándares modernos, donde toda la barrica es nuevecita y muy pintadita de rojo en medio.

Por último probamos el Grey Syrah 2008, el vino premium de la bodega, con 16 meses de barrica y uno en vidrio. Fruta negra y notas de lavanda. El canapé una calabaza de nueva Zelanda con reducción de balsámico, mucho mejor maridaje que el anterior.
En general me parecen tintos rayando en el anonimato, a pesar de que el enólogo haya proclamado el terroir a los cuatro vientos. Tintos muy parecidos unos a otros. Me han mandado por correo la lista de precios, pero no he podido abrir el archivo, aunque todo indica que los precios no son como para hipotecar la casa.

Fotos extraídas de ventisquero.com

  1. #1

    Smiorgan

    Yo creo que limitarse al Cabernet Sauvignon es intentar ir a lo seguro y reconocible.
    Roquefort con un Cabernet 2009? Uf, ahí fuisteis arriesgados. Como comenté yo en un pasada entrada de mi blog acerca de una cata maridaje de vinos y quesos, el Roquefort ni intento maridarlo con algo que no sea un Pedro Ximenez, Sauternes o similar. Aunque...un chardonnay fermentado y criado en barrica?
    Saludos.

  2. #2

    BenjaminBerjon

    Smiorgan:

    Pienso que mucha gente está casada con la cabernet y niega otras posibilidades interesantes. Rutherford en Napa, no podría entenderse sin la cabernet, pero pretender plantarla en todos lados para vinificar per se, me parece poco lógico. Coincido con lo del queso, además yo no puedo comer más de un bocado, es muy fuerte para mi paladar, aunque sí me bebería una botellita de un Ch. D´yquem completita...:-)

    Saludos

  3. #3

    BenjaminBerjon

    Smiorgan:

    Pienso que mucha gente está casada con la cabernet y niega otras posibilidades interesantes. Rutherford en Napa, no podría entenderse sin la cabernet, pero pretender plantarla en todos lados para vinificar per se, me parece poco lógico. Coincido con lo del queso, además yo no puedo comer más de un bocado, es muy fuerte para mi paladar, aunque sí me bebería una botellita de un Ch. D´yquem completita...:-)

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