Cata de albariños de Rías Baixas

Entre las variedades blancas autóctonas de nuestro país la albariño ocupa una posición privilegiada, por su personalidad, su permeabilidad a la mineralidad del terruño y su frescor. Hasta el punto de que algunos países del “nuevo mundo” en su intento de escapar de la ultraglobalizada Chardonnay han puesto sus ojos en ella… aunque no siempre con fortuna.

La albariño es solo una de las variedades preferentes de la D.O. Rías Baixas (junto con la Loureira blanca o Marqués, la Treixadura y la Caiño blanco) pero sin duda es la más característica de las variedades de la zona. En el texto de Oz Clarke “Grapes & Wines” se dice que en realidad la Caiño blanco podría ser una sinonimia al igual que la Albarín blanco.

En la Wikipedia se nos describe: “Es una variedad de racimos pequeños, de maduración temprana y vigor medio. Tiene un color amarillo-pajizo, brillante, con irisaciones doradas y verdes. Poseen aromas florales y afrutados, finos y distinguidos, que impresionan agradablemente, de intensidad media y duración media-larga. Su sabor es fresco y suave, con suficiente cuerpo y grado alcohólico (entre 11 y 13% Vol.), acidez equilibrada (entre 7 y 9 g/l), armoniosos y de amplios matices.”

Pero retomemos, como es habitual, el hilo de los vinos catados. Por una parte una amplia representación de los albariños de la bodega Sucesores de Benito Santos, con notable calidad y bastante diversidad de estilos y, por una selección  los vinos de otras bodegas de la D.O. Rías Baixas.

Como se puede ver en los resultados, los vinos de Sucesores de Benito Santos ganaron por goleada copando los 5 primeros puestos de la cata ademas de superar todos ellos la barrera del 8. El vino mas apreciado de esta bodega fue el "benjamin" de los catados, el Benito Santos Igrexario de Saiar 2008, que si bien se mostro algo menos complejo que alguno de sus hermanos mayores no es menos cierto que mostro una excepcional expresividad y franqueza. Asi pues este fue un firme candidato para el Club Verema.

El segundo clasificado fue el Pago de Bemil 2005, la finca de Bemil ocupa 0,99 ha de tierra calcica sobre 200 m. encima del mar, con una nariz muy intensa y aromatica y un excelente paso por boca. El paso del tiempo no le ha dejado cicatrices, mas bien profundidad.

El podio lo cerro el Benito Santos Igrexario de Saiar 2007, un excelente vino con bastante volumen en nariz, en la que aparecen notas de hierbas aromaticas, toques ligeros de flor blanca  y algunas notas de manzana madura. Muy bueno en el paso por boca.

Y esto es todo hasta la proxima cata de Verema.com.