¿Envejecen bien los albariños? Cata vertical de Lusco

Los buenos aficionados a los blancos saben que los albariños suelen ganar con algo de tiempo en botella y que suelen estar mejor en su segundo o tercer año que recién salidos al mercado. Pero ¿hasta qué punto siguen envejeciendo bien en botella? Esta fue la pregunta alrededor de la cual organicé la cata de la Peña La Verema del 18 de mayo de 2007.

La idea surgió el 20 de abril, en el evento de "Vino a Toda Vela" hablando con Mario Rico, director comercial de Dominio de Tares. Me comentó que habían entrado hace unos meses como socios en la bodega Lusco do Miño y que le estaban sorprendiendo lo bien que envejecían sus albariños. Sus vinos ‘Lusco’ y ‘Pazo Piñeiro’ gozan de una merecida reputación como unos de los mejores albariños. A partir de ahí surgió la posibilidad de hacer una vertical de nada menos que seis añadas, que fue posible gracias al interés y amabilidad de Mario y la bodega.

Bodega Lusco Do Miño

Se trata de una bodega fundada en 1996. El proyecto fue iniciado principalmente por José Antonio López Domínguez. La bodega se encuentra en Salvatierra do Miño (Pontevedra), con 6 hectáreas de viñedos de albariño de más de 30 años de edad, rodeando al Pazo Piñeiro, edificio principal de la finca. La infraestructura de vinificación se encuentra ubicada en la antigua bodega del pazo, original del siglo XVI. Fermentan los vinos en pequeños depósitos de acero inoxidable de 4.000 y 5.000 litros. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable, sin realizar la fermentación maloláctica. Después de unos 7 meses en depósitos, el vino se embotella en primavera. La producción actual es de unas 50.000 botellas.

Tras nueve cosechas, sus vinos ‘Lusco’ y ‘Pazo Piñeiro’ gozan de una merecida reputación entre los aficionados. En octubre de 2006 Dominio de Tares entró como nuevo socio de referencia de la bodega.

La cata vertical

Todas las botellas fueron abiertas tres horas antes, como me pidió Mario. Aún así, quedó claro que con la oxigenación en copa ganaban significativamente. Se sirvieron de más antiguo a más reciente, también por sugerencia de la bodega. En general, se vio un estilo de vinos claro, con pocas diferencias entre añadas y con las más antiguas aun plenamente vivas.

Las notas más comunes eran la mineralidad sutil en nariz junto con notas de fruta tropical, buen volumen y acidez en boca y un estilo serio y austero (especialmente respecto a lo que apuntaban en aromas) que valorarán más los paladares acostumbrados a disfrutar con los blancos con buena mineralidad.

La cata empezó con una copa de bienvenida para los puntuales del Champagne Lucien Leblond Brut Blanc de Blancs, un buen exponente de las joyitas que se ocultan en la zona y que ya ganó una cata de Champagnes organizada por el equipo de redacción de Verema.com.

A continuación transcribo mis breves notas de cata. Los vinos aparecen ordenados por la clasificación final obtenida sumando las calificaciones de todos los catadores de la peña. Al final de la nota de cata la puntuación que aparece es la mía. Como se puede observar, hubo mucha igualdad aunque las añadas 2003 y 2005 destacaron más que la media:

1) Lusco 2003 (13%) …. 8,2

Mucha intensidad en nariz, con notas muy minerales, hinojo, hierbabuena. Serio y elegante. En boca vibrante, muy buena acidez, amplio, algo falto de longitud. Algo mejor en nariz que boca. Aún así una excelente expresión del albariño más mineral. 8,4

2) Lusco 2005 (13%) …. 8,1

Ampuloso, fruta tropical, piña, pero serio, mineral. En boca buena acidez y peso frutal aunque falta integrar y desplegar más en botella. Mejora con los últimos sorbos. Muy bien. 8,3

3) Lusco 2001 (12,5%) …. 8

Ampuloso en nariz. Algo de frutas tropicales, exuberante. Muy buena intensidad y buena mineralidad. En boca no está a la altura de lo que promete en nariz. Austero y sin concesiones, con buen equilibrio, posiblemente gane con aire. 8,2

4) Lusco 2000 (12,5%) …. 8

Amarillo pajizo brillante. Aromas sutiles, poco intensos pero con buena complejidad. Destaca su mineralidad. En boca ya está muy pulido, algo falto de punch pero con correcta acidez. Con la aireación crece un poco en volumen y expresión. A pesar de todo se mantiene vivo. 7,8

5) Lusco 2002 (13%) …. 8

Fruta tropical, menos intensidad en nariz que el 2001. Buena acidez, amplio, largo y complejo. 8

6) Lusco 2004 (13%) … 7,8

Nariz frutal (cítricos) con un sutil trasfondo mineral, bastante cerrada en este momento. Necesita mucha aireación. En boca está bastante cerrado también. Va abriendo poco a poco, con buen volumen y acidez. Buena tipicidad de albariño en un estilo austero y sin concesiones a la galería. 7,9

La cena

La cata se realizaba en el restaurante Envero, cuya organización resultó perfecta (gracias Jesús y Vivianne), y más teniendo en cuenta que era noche de viernes, con el ajetreo que supone. El menú degustación incluía un aperitivo más cinco platos: Lomos de caballa en escabeche de Naranja, Bacalao y Boniato rojo, Verduras de primavera con tomate seco y Parmesano, Bogavante con parmentier de Patata y Ajos tiernos, Secreto de Cerdo ibérico con cítricos y escalibada y, como postre, una excelente Sopa de Arándanos con sorbete de Yogur y bizcocho de Almendras en costrones.

Para acompañar este excelente tomamos Cumal 2004 (Prieto Picudo de cepas muy viejas, con 15 meses de crianza en roble francés nuevo) elaborado por Dominio DosTares en Pajares de los Oteros (León). También disfrutamos el magnífico Lorentz Riesling Grand Cru Altenberg de Bergheim 2002, excelente expresión de un grand cru alsaciano.

Para el postre dimos cuenta finalmente de la ya mítica Mistela Molt Vella del Mas Roig, que presentaba abundantes posos aunque estaba igual de expresiva que siempre.

Y una vez acaba la cena, algunos aún nos tomamos un gin-tonic (más que nada para desengrasar) en un pub cercano. Una buena costumbre que ya casi habíamos olvidado desde aquellos primeros años fundacionales de la peña a principios de los años noventa.