y dos botellas más disfrutadas, me siguen indicando que nos encontramos ante una manzanilla pasada de "raza", aunque también posee mucha clase y calidad, estas dos botellas, siguen siendo muy semejantes a las anteriores, tienen la misma nariz y los mismos sabores en bocas.

Excepcionales las dos botellas y como siempre dignas de un sobresaliente.

disfruto dos botellas de esta excepcional manzanilla pasada.

La nariz sigue siendo de mucha categoria y bastante sobresaliente y compleja, digna de ser usada muchas veces y con tranquilidad y movimientos lentos, los arómaas son maravillosos y dignos de disfrutarlos.

En boca vuelve a ser más espectacular, el paso totalmente equilibrado y con un excelente recorrido, pleno en calidad, sabores de varios tipos y enorme consistencia y persistencia, el final es largo y vuelve a tenter unas notas finales dignas de lo que es, un gran-  disimo vino.

Me parece que no me queda ninguna botella, pero si es asi, os aseguro que he disfrutado las que tenia, a tope a tope.

Grande, grande, grande. Con un color miel, tirando hacia el caoba, limpísima y con mucho brillo.

La nariz es prodigiosa: se trata de una manzanilla que realmente está pasada, pero de las de verdad. Quedan recuerdos de flor marchita, de anís, de pimienta, de miel, de fruta escarchada, de chantillí, de pan tostado, de maderas, de sacristía, de bodega, de puros y de mucho más. 

Con una nariz así, si en boca resiste ya está todo dicho; hay que ver lo difícil que es aguantar ciertas manzanillas pasadas. A las que están recién embotelladas les suele faltar complejidad y ensamblado y si son demasiado maduras, a veces se caen. Pero cuando las abrimos en el momento adecuado, son tremendas porque además son frescas, como ésta y al mismo tiempo elegantes e intrincadas. Y si se trata de una que está tocada por la varita de la magia, entonces estamos cerca de ver a Dios.
 

disfruto en compañía de mi familia, otra botellaza de este extraordinario vino.

Las sensaciones, aunque ha pasado ya un tiempo, siguen siendo muy similares a las indicadas en la última valoración. Sólo indicar que el vino, se encuentra cada vez más redondeado y bebible, aunque ya lo estaba hace unos años, además se va notando la "vejez" como signo de calidad.

Lo dicho un gran vino, que he disfrutado al máximo, y que todavia me queda en consuelo de que tengo dos botellas más en existencia.

caprichoso, he tenido que abrir otra botella de esta excelente manzanilla pasada.

Siempre se comenta que el vino en buena compañía sabe mucho mejor, creo que en el 90% de los casos, es una auténtica realidad.

Todo lo que he comentado sobre este vino, sigue vigente con esta nueva botella, totalmente parecida a la cata anterior, asi que no la voy a repetirlo,  quien se encuentre interesado en ella, puede consultar el comentario de la ficha anterior, situado más abajo.

La puntuación me ha salido un "pelin" más baja, pero a mi me ha resultado idéntica a la botella anterior.

casi "salvaje", pero con una calidad y potencia que emociona y enamora.

Color amarillo dorado con toques brillantes.

Aromas de enorme intensidad donde destacan frutos secos, toques mielosos, levaduras, como es normal en estas manzanillas, siempre hay salinos,

En boca es una verdadera maravilla, el paso con enorme personalidad, rozando la manzanilla amontillada, ademas con mucho caracter, potencia y al mismo tiempo elegancia, es un verdadero gozo, el final largo y con enorme persistencia.

Un vinazo que se ha "comercializado" a tiempo y que resulta un vino de ensueño.