Botella de 50 cl abierta hace unas 3 semanas y del que pude dejarme un par de buenas copas para recatar pasado un tiempo.

Etiquetado de fondo negro del Equipo Navazos.

Servido en copas amplias Lehmann Jamesse Grand Rouge.

Sacado de nevera a 4-5ºC pero atemperado a unos 11-14ºC.

Visual

Ámbar anaranjado-topacio con reflejos cobrizo-yodados, limpio y brillante.

Gran visual y presentación. (9,4)

Nariz

De grandísima intensidad y complejidad: de inicio y antes de mover copa, barnices a tope, acetato de etilo, ebanistería, mueble nuevo en ocasiones (recién barnizado) y, en otras pasadas, mueble más envejecido, con más oxigenación y movimiento de copa: mineralidad a tope, salinidad total, yodados, brisa marina, naranja y mandarina pasadísimas (súper maduras), orejones, ahumados, frutos secos tostados por doquier (avellanas, almendras garrapiñadas), con un punto cárnico cocido, crema pastelera, especias a tope y mentolado-balsámicos muy potentes.

Un aluvión de sensaciones: intenso a tope y con una complejidad desbordante y que no para de dar descriptores, tanto frío como más atemperado (donde el número de descriptores se dispara). Definición de aromas total. (9,8)

Boca

Ataque tremendamente potente y salino, fresco (para su tipología y graduación), sequísimo pero con un punto de cremosidad, untuosidad y melosidad muy importante, densidad elevada, cuerpo alto, volumen muy amplio y magnífica estructura.

El paso por boca es muy equilibrado, elegante, poderoso, aterciopelado, redondo y persistente, con el alcohol (a pesar de su 20% de volumen alcohólico, fabulosamente bien integrado).

El final es larguísimo, dura muchos minutos, con retrogusto y retronasal especiada, herbácea, con naranja y mandarina extremadamente maduras, frutos secos tostados, notas yodadas, barnices y mentolados dejando una impresión brutal y de un nivel sideral. (9,85)

Vinazo estratosférico que, si hace 3 semanas (cuando lo abrí) era espectacular, ahora faltan adjetivos: astronómico, galáctico,...

Su PVP rondaba los 50€ aunque, en mi caso, pude conseguirlo por unos 41€ (PVP final). RCP excelente sin paliativos.

Ambarino claro con reflejos cobrizos, limpio y brillante.

Buena intensidad en nariz destacando sobre todo por su complejidad, limpieza y definición. Notas de ebanistería y mueble viejo, frutos secos, almendra garrapiñada, avellanas, ahumados, piel de naranja, crema pastelera, barnices, especias orientales, caldo de cocido…todo sobre un preciso fondo marino y mineral. Encantador.

En boca es un prodigio de equilibrio pues parece más joven de lo que en realidad es por su frescura, pero es un cañón lleno de fuerza y persistencia, seco y esencial, largo y duradero, nos deja en el final múltiples sensaciones de frutos secos, finas maderas y un punto salino adictivo.

Segunda revisión tras la Bota 31 de la Bota No de la Solera 1/10 Sanlúcar Viejo de La Guita, una manzanilla amontillada vieja (embotellada como amontillado por cuestiones legales) de una calidad excepcional, es un vino viejo pero lleno de frescura y vivacidad, una muestra de lo mejor que Sanlúcar puede ofrecernos. Una maravilla.

Pues por fin se ha hecho realidad, y en verdad que no me ha defraudado nada, aunque las espectativas eran muy altas.

Color amarillo anaranjado oscuro.

Los aromas son potentes, elegantes y complejos, destacan los frutos secos, finos tostados, bollería fina, caramelo líquido, ahumados y ligeros toques salinos y florales. Mucha la calidad y la variedad de la nariz, a la que hay que sumar la elegancia.

La boca es aún mejor, vuelve a ser sofisticado y fino, el paso de boca con total equilibrio y aterciopelado, expresivo y con gran caracter, envolvente, vuelven muchos de los aromas de la gran nariz, el final es larguísimo, seductor y con mágia.

Una verdadera maravilla, que recuerda mucho a su hermano mayor, aunque hay algunas pequeñas diferencias.

Caoba. Limpio y brillante.
Expresivo, nítido y muy complejo. Lo curioso es que según pasan los días, más sobresalen los toques punzantes. Naranja amarga, orejones, dulces navideños, almendras, canela, barnices, polvo, madera vieja y un regusto final a cigarrillo rubio. Con aire se va tornando más primario.
Paso fluido y con una frescura envidiable. Pese a que cuando se calienta notamos más las puntas alcohólicas, los 20º están perfectamente integrados en el conjunto. Sabores nítidos, sensaciones dulces. Mayor abanico aún que en la fase anterior.
Postgusto inacabable.
Un fabuloso amontillado, con garra y al mismo tiempo muy elegante. No obstante, creo que no llega a la perfección de la edición 31. Como dice Eugenio, cada "BOTA NO" es diferente entre sí.