Añadas embotelladas de Navazos Niepoort: 2008, 2009, 2010, 2012, 2014. El Equipo Navazos nos ofrece otra de sus pequeñas joyas. Esta vez junto al bodeguero portugués Dirk Niepoort y siguiendo los criterios que se seguían hace 200 años en el Bajo Guadalquivir. Lo describen así: "De la tierra caliza a la copa, pasando por la flor. Nunca antes, en tiempos recientes, la tradición y el futuro se fundieron con tanta autenticidad en una botella de vino andaluz".

Se trata de un vino natural elaborado con uva palomino fino procedente de un viñedo de albariza con gran tradición e historia, al que no se añade aguardiente, bien al contrario de lo que ocurre con las manzanillas y los finos jerezanos, y que se engloba como vino de mesa o vino de la Tierra de Cádiz (aunque perteneciente a la zona de San Lúcar de Barrameda y etiquetado sin denominación de origen). Una rareza consumada que sorprende por su tipo de elaboración, muchos no habrán disfrutado un vino de estas características hasta la fecha de toparse con un Niepoort Navazos. En nariz se produce un juego -más que una lucha- por llevar el control, aunque hay que dejar que afloren sus aromas en forma de fruta como el plátano o toques tosdados, ahumados y de licorería, en boca continúa el "despiste" con toques salinos, amargos y ahumados. ¡Hay que probarlo!

Navazos-Niepoort 90 puntos Guía AkataVino de Vinos Xtreme

Dorado intenso con una ligera turbiedad.
Nariz de media intensidad y enorme originalidad, sin duda nos encontramos ante un vino distinto. Notas claras de infusión de camomila, levadura de cerveza, manzana asada, especias, frutas muy maduras, caldo de ave, frutos secos…todo con mucha armonía y una cierta complejidad.
En boca es un vino amplio y sabroso, ya sabemos que la palomino no destaca por su acidez pero sí que nos encontramos con un poderoso recuerdo sápido y salino quedando sensaciones minerales y de frutos secos amargos, con una buena persistencia. Fresco y concentrado, siempre singular.
Un vino que ha supuesto un inicio en una nueva saga de blancos de grandes pagos jerezanos o sanluqueños (en este caso Macharnudo) y que nos ha parecido el mejor de los realizados hasta el momento, teniendo en cuenta la gran añada que fue ese 12 en la zona. Para beber ahora o guardar un tiempo, Macharnudo es siempre un pago con garantía de guarda.

Vino de crianza biológica sin corsés. Según dicen a la antigua usanza, sin encabezar. Velo flor, albariza, palomino, tres elementos que le dan la personalidad a este vino. De aspecto amarillo dorado, nariz intensa en la que destacan la almendra, avellana y manzana. En boca resalta lo salino, lo mineral. Acidez justa, pasa ligero. Este vino es un buen embajador del marco de jerez en territorios poco favorables a sus finos y manzanillas. Con un buen jamón veteado si encuentro este vino en carta que se quiten los demás, descaradamente, me lo pido.

Siempre es un vino agradable de beber. Ligero y de trago fácil con un suave toque salino.

(PVP: 14-15 EUR)

Color oro con toques oro viejo brillante, limpio.
En nariz hay aromas de mediana-alta intensidad a cítricos dulces, fruta blanca, herbáceos, flores silvestres, destacadas notas salinas y yodadas, complejo y elegante.
En boca es fresco, seco, elegante, con cuerpo, equilibrado y complejo, cierta acidez, sensaciones de fruta blanca madura, cítricos y notas florales pero sobre todo salinidad. Buena persistencia.
Un veloflor complejo e interesante.

Otra botella disfrutada y tengo que indicar que las sensaciones siguen siendo las mismas que las comentadas en las valoraciones anteriores.

Este vino vale para un roto y un descosido, media botella, la acompañé con uno macarrones con tomate y el resultado fué muy notable, el resto con unos lenguados al horno, e igualmente estuvo muy bien, aunque un poco por debajo de la anterior armonía.

Vino rico, fresco y agradable de beber que convina con bastantes alimentos.

Otra botella disfrutada y parece que el vino evoluciona favorablemente.

La nariz ahora es mucho menos agresiva, aunque sigue con aromas florales, herbáceos y de cítricos entre otros, los salinos cada vez son más insignificantes.

En boca esigue siendo sabroso y frutal, el paso de boca con buen equilibrio, aunque ha perdido un pelin de la chispa que tenia, largo final y gran persistencia.

Lo que si hay que indicar que para lo que cuesta da una muy buena RCP.

Otra botella disfrutada y lo cato y recato, como casi siempre durante dos días, y llego a la conclusión que esta añada, sin ser muy favorable, es el mejor blanco hasta ahora del equipo Niepoort o por lo menos es el que a mi me está gustando más.

Las sensacione siguen igual que las comentadas más abajo, solo indicar que esta ocasión lo acomàñamos de un arroz con gambas y la unión resultó muy notable.

Otra botella disfrutada y el vino sigue en el mismo estado que se detalla más abajo.

En esta ocasión me ateví a acompañarlo con un arroz con gambas y unas almejas a la marinera, el resultado estuvo bastante bien, acompañó y hasta realzó un pelin el arroz.

Un vino bastante bueno y sobre todo, esto es innenagle, con gran personalidad y muy novedoso.

Dorado, limpio y brillante.
Aromas sutiles con un abanico que se nos queda algo corto. Notas herbáceas, a panadería, frutos secos y tiza.
Boca fina, con un alcohol tremendamente contenido y buena acidez. Paso grácil, los matices son los mismos que los descritos en la fase anterior. El problema es que echamos en falta intensidad y pegada, todo se difumina rápidamente. Es como si al vino le faltara la otra mitad.
Final salino.
Fresco y agradable, aunque de momento no mucho más.