Vuelvo a abrir otra botella de este vino y no deja de emocionarme su magnífica evolución. De una forma muy personal recuerda al suelo de albariza y a la crianza reductiva en botella, con aromas de mazapán, levaduras, viejo velo de flor y vegetales verdes. Me reafirmo en todo lo de la cata anterior. La boca es cremosamente vegetal y amargosa, que le otorga un enorme recorrido donde se conecta el posgusto con la retronasal en cuestión de segundos, y uno ve pasar su vida, sus amigos, sus errores, tragedias y éxitos, sus penas y sus pequeñas glorias. Realmente creo que uno evoluciona sensorialmente con la edad hacia vinos más sinceros y geniales. Vinos como éste. No está al alcance de todos, ya que hay que probar muchos vinos durante años y además darse cuenta de ello. No creo que se pueda aspirar a algo más que a disfrutar de una maravilla como está desde el punto de vista sensorial, por lo menos hoy y en este momento justo, para mí es un trozo de Gloria. Con la grandeza de los vinos de Jerez nos ocurre como con las personas, que son ramalazos de experiencia y subjetividad personal. Quizás la edad sea la cuestión. Este vino es emotivo y hay varios con esta grandeza repartidos por El Puerto, Sanlúcar y Jerez. Solo hay que girar la cabeza para atrás, con un poco de interés y humildad, e intentar prestar atención a lo que durante años hemos tenido al alcance de la mano, y además, saber ser agredecidos.

Amarillo dorado – ámbar. Nariz de media intensidad, con notas complejas punzantes que se han ido hacia sensaciones aldehídas mas depuradas, con aromas de flores secas (manzanilla), recuerdos de líquenes y fósiles, tierra removida, algo de mazapán y una nota como de mineral frio ( piedra calcárea ), roble envinado, avellanas, etc, etc, etc. En boca es una delicia, buena estructura y orden establecido, el amargor lo tiene perfectamente domado y culminando en una sensación vegetal ( aceitunas verdes ) que llega hasta un largo posgusto de carácter oleoso y equilibrado. El paso es amplio, notas vegetales, amargosas, que enseguida conecta con una retronasal aldehída como vía de salida y que te hace percibir un vino en todo su conjunto : orden y orquestación en todas sus fases. Muy bueno. El gran hallazgo de estos vinos de crianza biológica en el siglo XXI va a ser, contrario a lo que se pensaba, su gran potencial de desarrollo en botella. Vino muy sutil y delicado. Saca de Abril 2007.

Algo más 'talludita' que en la cata previa.... mantiene un atractivo color dorado con destellos oro viejo. Sigue caracterizada por las notas de la crianza bajo flor, hay sensaciones salinas, algo de frutos secos y bastante cereal tostado. En boca tiene buen ataque, con buenos amargos, bastante untuoso, largo y atractivo.

Color amarillo límpido y pajizo con destellos de oro viejo. Aroma un poco punzante, un suave punto salino , almendras y frutas blancas, ligero toque de madera, bien equilibrado. En boca es amplio, con una suave acidez, debilmente graso y elegante amargor, intenso y larga persistencia final.
Una gran sorpresa para mi. Un fino perfecto.

Este nº 7 sigue muy en forma. Como en la cata anterior ya por su aspecto visual se distancia de los habitualmente paliduchos finos que llegan al mercado con un color dorado brillante con destellos oro viejo. Por lo demás poco que añadir a la cata anterior, el carácter de la crianza biológica es notable, muy marcado, también las suaves notas salinas (más habituales en la manzanillas), con las notas de frutos secos y los recuerdos a aceitunas verdes picadas. En boca tiene un ataque intenso y atractivo, con esa untuosidad que no tiene que ver con la glicerina pero que aparece en este vino de forma notable, buena acidez, suaves toques amargos y una trama ligera pero compacta. Suave amargosidad.

Dorado no muy intenso. Nariz con aromas de almendras, avellanas, un toque herbáceo punzante y matices salinos. De buena intensidad y profundidad. Boca sabrosa, con buena acidez, ligeramente graso y con un final amargoso no exento de elegancia. Tiene amplitud y volumen, y un postgusto largo e intenso, en donde los matices herbáceos y de frutos secos vuelven a repetirse. Muy rico.

Color amarillo bastante dorado.
Aroma potente y elegante a almendras secas, clartos toques salinos, bastante punzante en nariz, hierbas finas y muy escondida las frutas blancas maduras.
En boca es untuoso, paso de boca con gran acidez y un poco punzante, recuerdos de salinidad y de almendras, también en boca ligero toque de aceituna negra, final largo, pero sobre todo muy persistente.
Un gran vino sin ninguna duda, pero bastante inferior al nº 2.

Dorado brillante con destellos oro viejo. Tiene una nariz intensa, expresiva y seductora, en la que aparecen notas salinas, algo de frutos secos (almendras amargas), aceitunas verdes picadas y un fondo ligeramente herbáceo. En boca tiene un ataque atractivo, con cierta untuosidad, buena acidez, cierta untuosidad, con una equilibrada relación entre tonos amargos y salados y una bella trama. Largo. Una joyita capaz de dar mucho placer.....