Con el premiso de Antoliano que se ha bebido todas las botellas menos esta, jejeje.

Vino color caoba con destellos dorados en su ribete, limpio, brillante y lágrima abundante y densa.

En nariz con buena intesnidad, notas de avellana tostada, crema pastelera, miel y almendra tostada, persistente y perfumado.

El paso por boca, potente, con cuerpo, largo recorrido, afilado y untuoso, seco, mismas notas que en nariz, puntas salinas, eterno y muy disfrutable.

Retronasal, frutos secos tostados.

Postgusto, largo y muy bueno.

Sin ser una bestia, de menos a más, empieza flojito, pero tras aireación muestra su potencial.

Que como tadas las de el Super-Equipo Navazos, es sobresaliente largo.

En esta ocasión este palo cortado 52, a pesar de ser sobresaliente, no es totalmente un "monstruo", tal y como queda indicado más abajo tiene atributos para ser un excelente vino, pero comparándolos con otros (aqui esta muy bien el dicho de que las comparaciones son odiosas), este vino se queda un poco por debajo.

De todas maneras, fácil y agradable en el beber y bastante satisfactorio, sobre todo teniendo en cuenta la muy buena/excelente RCP.

disfruto otra botella de este sobresaliente vino, es la penúltima que me queda.

No se, si han subido mis expectativas con respecto a estos vinos, o la calidad y sobre todo la potencia, se va perdiendo con el paso de los años en el botellero.

Sigue siendo un vinazo, pero bastante inferior a la primera botella.

Adquirí otra botella, cuando había disfrutado la primera, que conseguí a un excelente precio.

Por "mala suerte", me ha salido como las últimas, o sea muy sobresaliente, pero no llegando ni con mucho a las excelentes sensaciones que me deparó la primera.

También he pensado, que puedo haber evolucionado yo, con este tipo de vinos, del que por cierto, no era un gran conocedor ni mucho menos.

simplemente para comprobar si este vino había evolucionado y "bajado" de calidad. Pues esta prueba me vuelve a confirmar que si, que el vino sigue siendo bastante complejo y tiene elegancia, pero que no llega ni con mucho a la primera prueba efectuada al principio del 2015.

De todas las maneras, el vino sigue siendo muy sobresaliente y apetecible y enormemente bebible y agradable, auqnue haya perdido cualidades en estas últimas botellas. Magnifico en todos los sentidos.

Vuelvo a disfrutar otra botella de este extraordinario y sobresaliente vino.

Tengo que comentar que los aromas de la magnifica nariz, aunque son bastante similares a los indicados en la valoración anterior, me parecen un poco menos complejos y sobre todo menos finos.

En boca es más de lo mismo, el vino sigue siendo sobresaliente y espléndido, pero será la evolución  de éste o quizás la mia, lo veo menos variado y con un pelin menor elegancia. Aunque el vino sigue siendo un prodígio y una verdadera maravilla.

Sigue fantástico, pero ha bajado algo en conjunto.

que se muestra EXTRAORDINARIO.

Color amarillo dorado oscuro con toques brillantes.

Aromas de muy buena intensidad donde destacan los frutos secos, hierbas, caramelos, tostados, minerales, toques oxidativos nuy presentes y maderas viejas pero finas, bastante complejidad como suele ocurrir en nariz.

En boca es una verdadera maravilla, a pesar de su "juventud", este vino tiene una gran complejidad y sobre todo ELEGANCIA, paso de boca totalmente equilibrado y gustoso, vivaz, expresivo con recuerdos de frutos secos, madera y oxidativos, el final es larguísimo y con grande, grande persistencia.

VINO RICO, RICO, de verdad, que deberá aún crecer en botella, si se utiliza una buena conservación de la misma.

Como siempre, no hace falta repetirlo, la RCP no solo es muy buena o excelente, sino lo siguiente en la escala.

Ambarino claro con destellos cobrizos.
Intenso en nariz y de carácter más delicado que exuberante. Notas de frutos secos, almendra amarga, avellanas, trazas herbáceas y minerales, crema pastelera, algún recuerdo yodado y marino, maderas nobles, tabaco rubio, especias y ahumados. Hay veces que recuerda a un malta de Islay. Gran finura.
En boca es directo y fresco, aunque tiene más edad y concentración de la que aparenta, vino de gran clase y elegancia, seco, largo, muy estructurado y con un final de enorme longitud y prestancia que devuelve las sensaciones salinas, de frutos secos amargos y ahumadas, con una larga persistencia y un cierto punto tánico.
Excepcional este palo cortado de La Guita embotellado como Nº52 de Navazos, con unos 20 años de edad media y la particularidad de estar criado, además de en las habituales botas de 36 arrobas, en medias botas de madera francesa, lo cual le otorga una personalidad muy singular. Un excelente vino.

Cobrizo con destellos naranjas. Limpio y brillante.
Nariz hiperclásica, parece como si estuviéramos frente a un palo cortado de mucha mayor edad. Nariz amalgamada, se hace difícil describir los aromas; manzana asada, sutiles apuntes punzantes, almendra, lácteos, caramelo, ahumados, botica, barniz, polvo y roca marina.
Las sensaciones en boca cambian, el abanico se abre y los matices se muestran mucho más nítidos. La integración del alcohol es absolutamente perfecta, igual que con los buenos generosos viejos. Dulzura y amargor perfectamente unidos. Además la frescura es increíble, parece mentira lo rápido que se bebe. Destacamos notas parecidas a las ya descritas e incluimos los recuerdos a naranja amarga y miel.
Final de intensidad media.
Pues eso, como el anuncio del Renault Clio de mediados de los 90, sorprende que sea tan joven y que posea tantos atributos. Increíble su equilibrio y su elegancia. Pura armonía, ¡qué bueno está!.