Rojo picota, ribetes cardenalicios, capa alta.
Aromas intensos con recuerdos eminentemente florales, en especial violetas. Fragante. Notas de frutos negros en sazón, toques balsámicos y herbáceos, jara, bosque umbrío, hierbabuena. Con más aire van apareciendo los atisbos de bayas rojas, un elegante fondo mineral de grafito, café en grano y unos ligeros tonos especiados. Complejo y elegante, con mucha fragancia, todavía primario.
En boca y a pesar de su juventud muestra más clase que sus hermanos de gama. Vamos notando una acidez más fresca, un paso muy estructurado y redondo, con un final largo y profundo que nos deja recuerdos de frutas negras y minerales. Tanino presente, sin la redondez que sería deseable, pero mostrando una mayor nobleza. Buena persistencia. Con probable recorrido en botella.
La Faraona es un viñedo que está considerado como un “Grand Cru” en el Bierzo por sus suelos y su orientación. Son muy pocas botellas y su precio, en torno a los 150 euros, le ha convertido en un objeto de deseo. Es un buen vino, con profundidad, estructura y expresión de terruño pero…no está a la altura ni de su fama ni de su precio, al menos en esta añada.

Abierto el sábado sobre las 9.30 de la noche, inmediatamente decantado y se inicia la cata sobre las 11.30 de la noche, por el poco tiempo decantado, intentamos agitarlo en el decantador con la idea de que mostrara todo sus cartas.

Lo cierto es que es increíble ver como estos vinos se pueden reír de uno de una forma tan clara. Estuvimos con ellos hasta cerca de las 2 de la mañana sin que mostraran más que leves pinceladas de su calidad. A ratos se abría en nariz, dando alguna nota floral y algo de fruta roja, pero inmediatamente se volvía a cerrar.

A las dos decidimos dejarlos para otro día a ver si mejoraban algo con la aireación, en el caso de este vino, lo devolvimos a la botella hasta el lunes por la noche cuando volvimos a darle una segunda oportunidad, decir que el cambio fue radical, era otro vino, una nariz increíble, elegante y de alta intensidad, fruta roja, mineral, especiado, floral, notas lácteas, en algún momento notas de tarta de fresa, ligeros tostados muy elegantes...

En boca los verdores habían desaparecido por completo, de nuevo aparece la potencia en el ataque, carnoso, llena la boca, muy buena acidez, ligerísima astringencia y postgusto muy largo.

Lástima que no llegué a tomar notas de los vinos y solo recuerdo algunas notas de los que más me impresionaron, pero lo cierto es que para mi fue uno de los triunfadores de este puente. En otra vida me compraré unas cajas para disfrutarlo con el paso de los años, ahora me puede el vicio.

Probado en cata organizada por Alvaro Palacios.
Este vino me emocionó, me consiguió embelesar, para mí fue el mejor de la cata, incluyendo ese magnífico L'Ermita, vinos como este deberían ser patrimonio de la humanidad, es la máxima expresión del Bierzo dentro de una botella, hubo un momento en el que me aferré a la copa como si alguien me la fuera a quitar, se me vinieron buenos recuerdos de todo tipo, tendré que repetir la cata pero en casa y con algún amigo, de una forma más hedonista y relajada.

El color es picota oscuro de capa alta con ribete amoratado, lágrima extremadamente densa y grosor medio, brillo medio-alto, limpio y atractivo.

En nariz es limpio, potente pero a la vez elegante, se destapa con notas a brea, mineral, fruta roja muy intensa, nada de notas pasificadas ni sobremaduradas, mentolados finos muy elegantes, notas tostadas sutiles, maderas aromáticas, lácteo, yogur fresco de frutas rojas, muy perfumado. Complejo y lleno de sutilezas que lo hacen un magnífico vino para meditar.

En boca la textura es aterciopelada, potente, esqueleto impreionante que lo hará perdurar en el tiempo junto a una acidez más que equilibrada, todo bien conjuntado, en su sitio, sin estridencias ni derroches, con una longitud y persistencia inolvidables. Retronasal franca.

Con el paso del tiempo será un vino de 10. Su único problema y hándicap, el precio, pero se hacen 800 botellas y la exclusividad hay que pagarla.

Picota granate de capa media alta. Un vino muy elegante, de marcado carácter atlántico, seductor, perfumado, bastante especiado, fresco, con buena expresión de fruta roja. En boca aunque resulta consistente es delicado, con suave tanicidad, muy buena acidez, trama ligera pero bien trenzada, armonioso y con notable longitud. Notable profundidad. Un gran vino con una estremecedora expresión del terruño berciano....