Casi dos años después vuelvo a encontrarmelo, en esta ocasión lo he disfrutado mucho más que en la anterior ocasión, aunque al principio se mostró cerrado y muy tímido, le costó bastante rato abrirse.

    La fruta tiene mucho protagonismo, con balsámicos que aportan frescura y una crianza que suma y hace que el conjunto tenga más complejidad, especias dulces y herbáceos se suman a la fiesta. No podía irme con mala imagen de este vino y por fin lo disfruté, aunque la Mencía a ciegas me cuesta mucho ubicarla.

A veces pasa que a un vino no le encontramos defectos pero no le vemos la calidad que en teoría atesora, por suerte he catado alguna añada anterior y creo que tiene mas calidad que la encontrada en esta botella, pero como digo tampoco no tiene ningún defecto notable.
Se le nota en estos momentos mucho el raspón, si que es verdad que tiene frescor y balsámicos gracias a dicho raspon. La fruta no es limpia, esta algo tapada por el alcohol.
Este no es mi Villa de Corullón, quizas no esta en un buen momento y dentro de unos meses/años se pulira.
Lastima porque se le espera mucho.