Color cereza oscuro con ribete violáceo, capa alta.
En nariz hay fruta madura, torrefactos, avainillados, balsámicos y mentolados. Se aprecian también trazas de lácteos, flores y minerales.
En boca tiene buena entrada, es frutal y más floral que en nariz (violetas). Posee marcada tanicidad, se aprecian balsámicos, de nuevo torrefactos con toques mentolados. Es goloso, frutal, de cierta potencia y buena estructura. Posgusto discreto.

VISUAL: Capa media, de color picota con el borde granate. Con presencia de lágrima.
OLFATIVA: Alta intensidad inicial, complejo y aromático, muy marcada la barrica, las notas lácticas y la fruta negra. Recuerdos a cereza en licor, vainilla, algo floral. Evoluciona hacia más floral, con fruta confitada y barrica de fondo.
GUSTATIVA: Ataque agradable, con buena acidez, goloso, con buen peso, bastante láctico en boca y con taninos algo secantes.

Color cereza oscuro con ribete violáceo, brillante, profundo, de capa media-alta, lágrima fina y abundante.
En nariz aromático, fruta roja y negra madura, floral, torrefactado, un toque mineral y alcohol bien integrado.
En boca tiene buen ataque, buena acidez que le proporciona frescura, fruta madura y tostados, de cuerpo ligero-medio y con un final no muy largo.

Buen mencía, si bien es cierto he probado otros del bierzo que me han gustado un poco más por menos de diez euros.

Si aunamos fruta en su justa madurez, fino tostado de barrica y el terruño propio de Villafranca obtenemos un cocktail placentero y lleno de matices llamado pétalos del bierzo.

Un vino acorde a su nombre, flores de diversas tonalidades aparecen en forma de aromas para presentarnos un vino vivo, fresco por su acidez y tánicamente domado y redondo, una vez más la añada 2008 es más que agradecida.

Color rojo picota con tonos violeta, de capa media alta. En nariz, después de dejarlo airear se muestra muy frutal, toques varietales y buenos tostados. En boca buena entrada, muy frutal, fresco y ligero y un cuerpo ligeramente suave.

Lilas y café. Notas de fruta licorosa, buen golpe aromático, carnoso, gordo y sabroso con mucho frescor, mejor que otras añadas en mi gusto personal.

Siempre hay que darle una segunda oportunidad, catado en una confrontación de tres vinos, Ultreia Saint Jacques 2008, Corral del Obispo 2008 y el Pétalos 2008, pese a que salió perdedor, me ha sorprendido, cosa no lograda con añadas que le preceden.

Vista: Picota con ribete violáceo, de capa media – alta, lagrima abundante que tinta la copa.

Nariz: Inicialmente mucha madera, sin más, pese a que había sido jarreado y abierto con media hora de antelación, pero después de una hora, se abre y muestra un vino muy frutal, destacando la grosella, alguna nota mineral característica de la uva y tostados elegantes.

Boca: Buen ataque, muy frutal, acidez correcta y tanino secante, No hay mucho más.

Lo cierto es que en esta añada sí que muestra algo de la personalidad que tiene esta uva. Me sigue pareciendo muy caro para lo que ofrece, sus dos rivales le pasaron la mano por la cara a mitad de precio.