Un sarcófago de misterios no obstante un descorche con cinco horas de antelación. Inasible en primera instancia, la Faraona 2003 es un vino portentosamente desconcertante y fascinante: uno de esos vinos que sacuden conciencias (y lo animan a uno a escribir por vez primera en Verema).
Color picota oscuro. Más no es el color donde se empieza a percibir la poética de este gran vino, sino en nariz. Un momento mostraba un aroma afrutado y luego mostraba otro distinto a chocolate noir, después se cerraba en su sarcófago y más tarde regresaba al primer aroma, para luego mostrar otro de carácter herbal (quizá de césped) y de cortezas de pomelo, y así ad infinitum. Creo que pudimos haber estado por lo menos 24 horas frente a la copa y apenas así habríamos vislumbrado una parte razonable de su inagotable riqueza aromática.
En boca dejó la impresión de una magnífica acidez no exenta de elegancia y voluptuosidad. Gran potencial en botella. Para guardar y probar en la década de los 2020’s, si es que para entonces aún es posible conseguir una botella de este vino escaso (apenas dos barricas) y de precio faraónico.
Si la Faraona fuera beisbolista, sería el mismísimo Walter Johnson redivivo, dejándonos strikeout a todos.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.