Botella sometida a magníficas condiciones de guarda. Corcho de calidad, aún elástico, totalmente adherido al lacre. De color rubí muy claro, de capa media-baja, translúcido, límpido, sin presencia de precipitados. Refulgente, con irisaciones rojizos y ambarinas. Borde amplio, atejado.

Le cuesta arrancar aunque no muestra signos de exceso de evolución ni reductivos molestos. Inicialmente se muestra denso. Predominan las notas especiadas, pupurrí de pimientas, y una suave batería de anisados, hinojos, té de roca, mejorana, herbolario... Ha reposado durante tres horas aireándose en botella para dejar asomar apuntes de caramelo de lilas, suaves tostados, un deje de pétalos ajados veteado por un finísimo fondo mineral, a grafito, y térreos. Tiene una similitud asombrosa con el Excelso del 59, lo que ya venían apuntado el resto de botellas no comercializadas por Bodegas Franco-Españolas.

Redondo en boca, impecable, pero dotado de nervio. Tiene un poco de todo, complejo, ordenado, creciendo por momentos. Hay núcleo de vida y energía gracias a su firme acidez y las notas de fruta acídula con un matiz de dulcedumbre que eran marca de la casa antiguamente en Franco-Españolas. Aún así, sigue siendo un tinto de factura tradicional, elegante, ligeramente avainillado y con mucho desarrollo en cata. La cosecha de 1959 sigue brillando a un nivel difícil de creer. Quizás esté oscurecida por la profusión de grandes añadas que se dieron entre 1948 y 1964 pero nada tiene que envidiar al resto; al contrario. El único inconveniente es el escaso número de botellas disponible.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/10/franco-espanolas-1959-gran-reserva.html