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La comunicación del vino. Una lectura más que interesante.

Me declaro un buen lector, siempre tengo un libro en danza y a veces dos. Pero cada vez me cuesta más leer las miles de apreciaciones personales en torno a alguna de las aficiones que tengo, pues cada uno tiene su opinión y yo tengo la mía propia, por lo que siempre me enfrento a estos escritos con la panoplia al completo y dispuesto a sacar punta a casi todo lo que me explican como dogma de fe. 

Con esta mala predisposición, prefiero leer más Internet y redes sociales sobre el vino que ponerme a leer supuestas biblias enológicas. No obstante existen excepciones, algunas lecturas que escucho como muy recomendables y a las que me acerco con cierto entusiasmo. Y este es el caso del libro del periodista Rodolfo Castro Galiana: La comunicación del vino. 

Aviso para navegantes: este libro no habla de cepas viejas, maceraciones en ánforas o biodinámica. No. Este libro habla del estado de la comunicación de bodegas y DDOO de nuestro país. Es una obra por tanto de índole periodística, un amplio estudio de la situación actual de nuestros vinos a nivel de comunicación. En el texto se analiza el impacto que las denominaciones de origen, las bodegas y las marcas de vino alcanzan en la prensa de papel y en los canales digitales.

Ya se abrió un debate hace tiempo sobre uno de sus estudios, un interesante hilo del que saqué varias conclusiones que me enseñaron a ver cuál es la realidad del vino, más allá de estas webs donde, por cierta endogamia, tenemos una visión algo sesgada de la realidad imperante. Estos trabajos te hacen ver el día a día de una bodega, mucho más allá de la vendimia, la fermentación y los saraos de catar sus vinos. El vino tiene que venderse y ha de comunicarse como es debido

El prólogo del libro lo firma el periodista y poeta Carlos Aganzo, director de El Norte de Castilla, y el epílogo José Peñín. Asimismo, colaboran el director general de la DOCa Rioja, José Luis Lapuente; el director general de las bodegas de la Familia Torres, Miguel Torres Maczassek; el profesor de Dirección de Marca y Creación de Valor Añadido de la UCH-CEU, José Manuel Amiguet; y Emanuel Casais, fundador de Vinetur, revista digital especializada en vino.

Pero no es un libro lleno de tablas, gráficas y estadísticas (que las hay), sino que está salpicado de pequeñas píldoras en las que se nos hace reflexionar sobre la industria del vino y el de otras bebidas que compiten con ella. En una breve reflexión titulada 2 litros, Castro Galiana nos expone la inevitable necesidad que tiene el ser humano de beber. Nuestro cuerpo debe de introducir líquidos en el sistema de alguna forma y concluye:

El cliente es un bien escaso, poco fiel, informado y con muchas alternativas de consumo e incrementar el consumo de estos bienes sin que medie incremento poblacional es punto menos que imposible.
La batalla por hacerse con la mayor cuota posible de mercado hace que la comunicación sea un factor clave en la industria de las bebidas envasadas. 

Sí, queremos aumentar el consumo de vino de nuestro país, pero si esperamos cómodamente a que la población cambie el refresco o la cerveza por el vino, vamos a tener que cerrar muchas bodegas. Sin duda la educación y la comunicación juegan un papel clave. 

Otra de estas fantásticas digresiones, titulada 1980/2017, habla de la situación actual frente a la de 1980, momento en el que se publicó el libro El vino trago a trago del periodista Xavier Domingo, de amplia difusión en su época. Casi cuarenta años después, en el XL Semanal, Carlos Maribona analiza el momento actual que vivimos en nuestro país, donde posiblemente se estén elaborando los mejores vinos de nuestra historia.  

Sin ahondar excesivamente en este volumen, sí me gustaría destacar algunas de las conclusiones que saca y que son, cuando menos alarmantes, aunque también esperanzadoras. 

La industria vinícola española reúne sobradamente todas las condiciones para incrementar el consumo de vino en el mercado interior, pero se muestra incapaz de superar lo que aparenta ser el último escollo que le resta por salvar: la comunicación del producto.

El déficit de comunicación se agudiza a la hora de relacionarse con los consumidores más jóvenes, lo que convierte al vino en un producto poco competitivo en el mercado interior en comparación con un mayor empuje mediático de otras bebidas frías envasadas, en especial la cerveza.

Y es que está claro que la falta de interés del vino por los jóvenes es la falta de comunicación. ¿Por qué de repente se pusieron a consumir el famoso vino azul? Porque hubo una campaña de comunicación clara y con un público objetivo sobradamente estudiado. ¿Y por qué no replicarlo pero bien encauzado?

El 87% de las denominaciones de origen y el 93,5% de las bodegas existentes en España apenas hacen por divulgar el vino que elaboran. Los organismos de la industria vinícola, hasta el momento, tampoco.

El protagonismo de la información en la prensa de papel y los medios digitales, que son los principales divulgadores del producto, corresponde a un número limitado de denominaciones y bodegas. Así, 17 denominaciones de origen (el 13% de las existentes) copan el 74% de toda la información en circulación, mientras que 411 bodegas (el 6,5% de las operativas) se alzan con el 80%.

Solo unos pocos apuestan por la comunicación y esto es algo más que evidente. Preguntémosle a nuestro cuñado por marcas de vinos y ya sabemos de antemano cuáles mencionará. Hagamos vino solo para frikis, que se enteren por redes sociales y en pequeños círculos y el consumo del vino caerá en picado. Por eso se abrió la polémica en el foro de Verema hace unos años. Son los vinos más comerciales los que ayudan al incremento del consumo del vino. Una muestra, al final del libro hay un anexo donde se clasifican las bodegas nacionales con mejor comunicación. Las mejores valoradas, ordenadas alfabéticamente, serían:

  • Codorniu
  • Freixenet
  • González Byass
  • Marqués de Murrieta
  • Matarromera
  • Miguel Torres
  • Protos
  • Marqués de Cáceres
  • Vega Sicilia

El estudio por marcas y añadas es extenso y revela interesantes conclusiones. 125 denominaciones y zonas de elaboración de vino, 2.700 bodegas y 11.800 marcas y añadas se han analizado en La comunicación del vino. Una libro que, si bien los aficionados al mundo del vino podemos disfrutar, debería ser leída por todos los direcores de marketing de bodegas, consejos reguladores y demás. 

Compré el libro a través de su propia web y creo que no se encuentra disponible de otra forma. Si alguno quiere pedir un regalo a los reyes magos este año, este podría ser una muy interesante opción. 

 

  1. #41

    Castro Galiana

    en respuesta a Fernan2
    Ver mensaje de Fernan2

    Fernan2: Me parece que has hecho una explicación sencilla y llena de sentido común de lo que se intenta con la comunicación.
    En estos momentos, hacer crecer la pirámide por la base es un factor clave para el vino en España.
    Pero saber apreciar el vino no es fácil y todo en esta vida exige un esfuerzo de educación del gusto y de aprendizaje, que no se debe minusvalorar una vez que has hecho tu propia etapa de adiestramiento. Casi siempre es la propia ignorancia de las cosas es lo que nos impide disfrutarlas.


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