Mensaje en una botella para mi suegra
Tengo esa manía... Ya desde pequeña me pasaba y me decían que no se hacen esas cosas. Un papel vacío, un bolígrafo. La mano que se desliza y segundos después ya está plasmado un pensamiento. Luego se queda allí, encima de una mesa, junto a una lámpara de lectura, doblado en un cajón o, como esta vez, enrrollado dentro de una botella para reciclar. ¡Maldita costumbre!
Todo ocurrió ayer. Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: "es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo".
Lo peor de la situación es que no recordaba nada de ese mensaje. ¿Qué habría puesto? El día que fuimos a comprar el sofá-cama para el cuarto de invitados sé que escribí uno, decía algo así como que "Lo del colchón es culpa mia, así me aseguro de que no se quede usted mucho tiempo, jaja" . ¿Sería ése? No puede ser, lo escribí sin duda en nuestra casa, no en la casa de mi suegra.
Maldita costumbre. La escuchaba al otro lado. El auricular en mi mano sudada por los nervios. Mi suegra dijo entonces "Casi tiro la botella, pero he visto el papelito. ¿En qué estabas pensando? Imagina si en vez de encontrarlo yo lo encuentra tu suegro." No sabía qué decir, ni qué pensar. Me había quedado muda.
"¿Pero cómo se te ocurre escribir en un papelito que el vino estaba malísimo?" Respiré tranquila, ¡sólo hablaba del vino!
Este post es para participar en el concurso organizado por turismodevino.com y Vinos de Navarra
-
Ja, ja...menuda costumbre más peculiar.
Yo los pensamientos respecto a mi suegra, no los escribo, no hace falta, se me notan en la cara.En fin, por suerte no convivimos en esceso...