Inniskillin: Icewines al lado de las cataratas del Niagara
Como preámbulo a la cata que tenemos preparada para la semana que viene nuestro grupo de enochalados, voy a retomar este blog que tengo bastante abandonado con el relato de esta interesante visita a uno de los mejores productores del mundo de vinos de hielo: Inniskillin. Ya desde hace dos años tenía en mente esta visita, cuando se anunció que se celebraba en Toronto el congreso del ruido (al que asistimos cada dos años los miembros de mi grupo de investigación). Tal interés nace sobre todo de la excelente cata de la que pude disfrutar, junto a otros pocos elegidos, en el encuentro Verema que se celebró en Madrid hace ya unos años, dirigida magistralmente por el amigo Godoy. Además, a menos de una hora en coche de Toronto, y a unos 10 Km de Inniskillin, se encuentra también la que yo diría que es la mayor atracción turística de Norteamérica, las cataratas del Niágara.
Planteada así una visita a ambos puntos de interés, no os parecerá extraño que otros cuatro investigadores se unieran a esta expedición "científica". Después de un buen desayuno en Tim Hortons a base de donuts y una "infusión de café", alquilamos el bólido y salimos hacia el Sur, rodeando el lago Ontario.
Ya Godoy, en su excelente articulo sobre los vinos de hielo explicaba en profundidad su forma de elaboración extrema, en la que las uvas se dejan pasificar en las viñas hasta el invierno. Después de varias heladas para asegurar la deshidratación de las uvas, la vendimia se realiza de noche, a temperaturas inferiores a 8 grados bajo cero. Entonces se lleva a cabo el prensado lento de las uvas, a pie de viña, para evitar que los cristales de agua congelada dentro de la uva se deshagan y esta llegue al mosto. De esa manera se obtiene un extracto concentrado de uva, que luego se hace fermentar durante meses para obtener vinos dulces, con bajo nivel de alcohol (en torno a 9º), y sobre todo con una importante acidez, que los hace equilibrados y frescos.
Ésta técnica de elaboración de los vinos de hielo, nacida en Alemania en el siglo 18, no fue utilizada en Canadá hasta hace muy poco. De hecho, el primer vino de hielo canadiense no se elaboró hasta 1983. Y a pesar de que la idea de elaborar vinos de hielo en la península del Niágara surgió de los propietarios de Inniskillin, Karl J. Kaiser y Donald J.P. Ziraldo (pioneros en la producción de vino en Canadá después de la prohibición), la mala suerte hizo que la bodega no pudiera elaborar la primera cosecha de Icewine Canadiense. Bueno, la mala suerte y los pájaros, que arrasaron con las uvas que estaban pasificándose sin protección en las viñas. Mejor suerte corrieron las de otros dos productores, Pelee Island Winery y Hillebrand, que sí que pudieron elaborar la primera cosecha de vinos de hielo en Canadá. Al año siguiente, en 1984 se produjeron los primeros icewines en Inniskillin (las redes de protección hicieron su trabajo), pero su ascenso a la primera división mundial del vino se produjo en 1991, cuando su Icewine vidal 1989 gano el Grand Prix d’Honneur en la Vinexpo de Burdeos.Tal nivel de calidad se debe principalmente a las condiciones climáticas de la península del Niágara, perfectas para la elaboración de vinos de hielo. Los acantilados que forma la meseta del Niágara, embolsan el aire procedente del lago Ontario, refrescando las altas temperaturas del verano, evitando heladas prematuras en otoño y elevando las temperaturas extremas en invierno.
Después de un paseo por las preciosas viñas y una visita de las (sencillas) instalaciones de la bodega, pasamos a catar sus vinos. De hecho, la visita está organizada con la filosofía americana: el que va a la bodega lo que quiere es probar el vino. Por eso en la tienda, organizada más bien como un bar, proponen diferentes tipos de degustaciones. Empezamos por la básica, que incluye dos vinos secos (sí, no solo hacen icewines), un blanco con barrica, Pinot gris 2010, un tinto, Pinot noir 2009 y el Icewine riesling 2007. Los vinos de mesa me sorprendieron, son muy del estilo borgoñon, elegantes y complejos, como cabe esperar de su clima. Pero lo interesante son los icewines, ese riesling es espectacular, fresco y complejo, dulce en su justa medida. Pasamos luego a una degustación "premium", una vertical del Icewine de Cabernet franc ("flight" como dicen ellos, a un precio muy ajustado 30$) del 95, 97, 2001 y 2007. Este icewine rosado es el top de la bodega, y es especial porque tiene esos toques de fruta roja mezclados con la miel, las flores y la frescura típicas de los icewines. A medida que van pasando los años, y a pesar de que los icewines envejecen bien (dicen en la bodega que casi como los Sauternes), mi opinión es que a medida que evolucionan se van "ajerezando", dando más notas yodadas y de pasas e higos secos, y pierden su característica principal que es la frescura.
Después de hacer acopio del vino, que por suerte llegó entero a casa en la maleta (y que cataremos esta semana), aprovechando el buen tiempo, rodeados de los viñedos comimos en la terracita del restaurante, en el que preparan platos sencillos maridando con los diferentes vinos de la bodega. Y salimos hacia las cataratas del Niágara, un espectáculo de la naturaleza que merece la pena visitar.
Para terminar el día, no podia faltar la "ducha" en el Maid of the Mist, el famoso barco que practicamente te lleva hasta la vertical de las cataratas del Niágara. Impresionante, pero no se si más que los icewines de Inniskillin... Ya estoy deseando que llegue el Jueves para volverlos a disfrutar.
-
-
Muy interesante el artículo Javier, así como el de Godoy que no lo conocía y es una auténtica pasada. Saludos,
Ferran
-
-
en respuesta a EuSaenz Ver mensaje de EuSaenz Eugenio, ese espumoso no lo probamos, pero si que tiene que ser curioso. El Jueves compararemos los icewines de Inniskillin con el vi de gel de Gramona y un eiswein de Peter Jakob Kühn. Ya os comentaremos el resultado. De precios, el Cabernet Franc de Inniskillin si que es bastante caro, 100$ la botella de 50cl, pero el Vidal cuesta la mitad, y estando el dolar como esta, pues el precio es aceptable.
Un saludo
Javier
-
en respuesta a javierm Ver mensaje de javierm Claro, yo me refiero a precios puestos en España, comprando allí te habrá salido más barato. El eiswein de PJK no es de los que más me gustan de Alemania, así que probablemente el Inniskillin de vidal salga victorioso. El de Gramona no es más que una curiosidad sin mayor interés.
Saludos,
Eugenio.