Color cereza picota intenso, con ribetes violáceos, limpio, brillante, capa alta, lágrima densa. En nariz y con buena intensidad hay aromas de fruta madura con notas minerales, florales, especiadas. En boca tiene buen ataque, es equilibrado, suave pero con cuerpo, sabroso, fresco y frutal; buena persistencia.

Un vino fácil de beber y que es resultado de una buena mezcla de uvas y una buena labor en bodega de Sara Perez. Invita a escalar los vinos de la bodega y es lo que tiene que hacer el hermano pequeño.

Esta visto y comprobado que no nos podemos dejar llevar, sobre todo cuando se trata de productores de primera linea, por la impresión de uno de sus vinos, para toda la posteridad. Yo probe un Dido 2004, a principios del año 2006 y me lleve una desagradable impresión, desde entonces tenía "vetada" a esta bodega.
Gracias a un amigo, que me ha regalado esta gran boella de Dido la universal 2008, que he disfrutado de verdad, he podido descubrir que Sara Perez y René Barbier, saben hacer vino y además extraordinariamente.
Pasando a la cata, el vino tiene un color creza casi picota con borde violeta.
Los aromas son de buena intensidad y destacan los frutos rojos con una cuidada y puntual maduración de gran calidad y mucha nitidez, las especias de varios tipos muy presentes, toques minerales y de buenos tostados, flores y maderas, que todavia siguen presentes, la nariz muy compleja y de muy buena clase.
En boca es sabroso, tiene un paso de boca largo y con exquisito equilibrio, mucha la complejidad y la expresión frutal, los taninos vivos y dulces, el retronasal maravilloso con todos los aromas de la generosa nariz, el final largo y con gran persitencia frutal y especiada.
Lo dicho muy, muy agradable sorpresa y un vino rico, rico, que aconsejo a todos, sobre todo por su excelente RCP, ya que cuesta sobre los 13 €, el corcho no esta nada mal un 7.

Cereza intenso con ribete violaceo, capa alta, lágrima fina y glicérica.
Nariz que va ganando con el tiempo, notas de fruta negra madura, recuerdos minerales. Especiados y sensaciones balsámicas.
En boca es un vino muy frutal, amplico, ligeramente licoroso pero muy fresco, con un final consistente en el que vuelve la fruta madura y recuerdos minerales. Chocolate.