He tenido el privilegio aun no siendo acreedor a ello, de poder recibir dos botellas de este fantástico vino, colección privada de 300 botellas y embotellado de barrica personalizada para D. Ramón Sauquillo, cuyo objetivo era el consumo propio haciendo participes a familiares y amigos, no habiéndolo podido llegar a disfrutar por haber fallecido previamente al envío de las mismas. Ello no quita para mostrar el agradecimiento a una de sus hijas (Susa Sauquillo) por haber tenido el detalle de hacerme partícipe del disfrute de este vino, que desde hace tiempo y de forma periódica tenia reservado su padre, al cual he considerado siempre como una persona honesta, familiar, trabajadora, emprendedora, creativa, innovadora y pionera del sector juguetero, habiendo recibido a lo largo de su vida multitud de reconocimientos tanto de la monarquía española como del anterior jefe de estado. Por el y para el va dirigida esta cata.

Visual: Picota cubierto, limpio y brillante, de capa alta y ribete rubí, con fina lágrima sin llegar a teñir la copa.

Olfativa: Tras una correcta aireación, buena intensidad de aromas, con fruta negra madura en primer plano, notas de tostados finos, torrefactos, hierbas aromáticas, ligero toque láctico y un fondo mineral.

Gustativa: En boca presenta buen ataque, con cuerpo, frutal y elegante, goloso, taninos maduros, excelente acidez, equilibrado y buena estructura.

Postgusto: largo y buena persistencia.

Retrogusto: frutal.

Un vino bastante joven que admite buena guarda.

La otra botella que me queda será debidamente degustada dentro de unos años para comprobar su evolución.