Le toca el turno a un viejuno de esos que esperas con ansia. Más de 84 meses de crianza en barricas, de esos tintos riojanos que ya no se hacen lo cual lamentamos enormemente. Abrimos la botella hora y media antes de la cata con nuestro abridor de lamas y nos encontramos con un tapón íntegro, compacto y teñido aproximadamente en un 50%. Servimos a 18°C:

VISUAL: Presenta un color rojo cereza de capa media y con un buen brillo. Ribete muy amplio en tonos teja-anaranjados (87).

OLFATIVA: A copa parada encontramos aromas a orejones y compota de higos. Al agitar surge toda una pátina de apuntes viejunos, bosque umbrío, hojarasca húmeda, musgo, tierra mojada, rosas marchitas, polvorilla, desván y fondo de armario (naftalina). También se aprecian recuerdos animales, sangre y pelo de caza así como especiados de pimienta negra, laurel y finos balsámicos de eucalipto. Al final hay apuntes amaderados, ¡cómo no! tras esa larga crianza: roble, tostados y duelas envinadas. Toda una delicia aromática de una asombrosa complejidad, otro delicioso viejuno que nos enamora con su bouquet (94).

GUSTATIVA: En boca es poderoso, buen ataque y alta acidez con gran amplitud. Los taninos muy dulcificados pero sutilmente perceptibles para darle majestuosidad y empaque. Ensamblaje maravilloso, la madera ha armonizado el conjunto consiguiendo una estructura realmente compacta y equilibrada. En retronasal nos devuelve aromas terciarios, duelas envinadas, tostados de la barrica, cacao y tabaco inglés. En el post-gusto repuntan sutiles notas de fruta negra en compota y una marcada mineralidad a arcilla húmeda. Con una persistencia alta, tres minutos y 20 segundos. Estamos ante otra maravilla del 73. Un Rioja de los que adoramos, viejuno en plena forma al que no le veo fin, hecho un coloso. Seguro que se mantiene como mínimo una década más a este excelente nivel. Nos queda una botella más si no recuerdo mal así que lo volveremos a disfrutar. Es maravilloso pensar que estamos tras más de 80 meses de crianza en barricas. ¿Por qué se perdieron tan buenas costumbres?. En fin...lo que queda claro es que el "tío Juanca" de tonto ni un pelo en materia enológica, sabía lo que se hacía, je,je... (95).

La RCP fue excelente. Conseguimos esta reliquia en Agosto 2014 por 23 euros en subasta lo cual fue una ganga.

Maridamos esta exquisitez con nuestro surtido de embutidos, en esta ocasión un carnaval de la bellota dadas las fechas. Jamón 5 J´s, salchichón y chorizo salmantino ibérico de bellota y queso curado "Flor de Esgueva". ¡¡Qué podemos decir!! Un pedazo viejuno con una personalidad colosal al cual le viene como anillo al dedo todo este festival bellotero, es que son tal para cual. Disfrutamos como enanos como no podía ser menos. Salud-os!!

Botella y etiqueta perfecta, que denotan una buena conservación. Corcho en buen estado, tintado hasta la mitad de su longitud. Abierta media hora antes, sin decantar.

Vista: Rubí marronoso, con un amplio ribete castaño, sin apenas diferencia con el menisco, reflejos cobrizos y ambarinos. Capa media. Brillante y muy limpio.

Nariz: Notas iniciales de fruta roja y licor, guindas y cerezas al marrasquino. Con la conveniente aireación aparece, a los pocos minutos, una amplia paleta aromática de buena intensidad. Aromas cárnicos, macerados, pluma, caza menor. La fruta roja se hace más presente, acompañado de un suave especiado de pimienta negra y notas de maderas envinadas

Boca: Muy bueno desde el primer instante, con fruta roja abundante y muy madura, de peso, y un amplísimo despliegue de terciarios: bosque umbrío, tierra húmeda, cuero curtido, café negro, duelas envinadas, tinta china, especiados... Magnífica acidez, acompañada una muy agradable sensación terrosa. Carnoso, amplio, contundente. Amplio en boca y con una buena longitud. Retronasal en la que la fruta roja permanece presente acompañado de algunas suaves notas de especiado dulce.

Otro ejemplo de lo bien que están llegando los de la añada 73’. Con cuerda para rato.

De color rubí marronoso muy claro, brillante, límpido, luminoso, de capa media-baja. Reflejos cobrizos y ambarinos, borde amplio, atejado, sin apenas diferencias con el menisco.

Fino, elegante, perfumado, de factura muy clásica con apuntes de crianza tradicional llevada a la máxima expresión: cuadra, cuero ruso, almizcle, faisandaje, tabaco de pipa, y un fondo terroso de mucha calidad (monte umbrío, humus, corteza de nogal). Potente, serio, complejo, ganando en finura y fragancia con las horas. Despuntan unas fragantes notas a café aromático, cacao en polvo, setas secas, trufa negra, y un apuntes de frutos rojos maduros, endrinas.

En boca es pura redondez y equilibrio. Taninos sedosos, dulces, tendidos sobre un lecho de maderas de calidad, salvia, laurel, fruta en licor, ciruelas maceradas, y un deje de amargosos y especiados de calidad. Largo, sabroso, muy elegante. Un Martínez Lacuesta que merece ser Reserva Especial.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/08/martinez-lacuesta-1973-reserva-especial.html

Color rubí de capa media con ribete anaranjado, limpio y con lágrima gruesa y abundante.

En nariz se presenta franco, muestra una buena complejidad y finura, gran clasicismo (madera vieja, vainilla), junto con toques terrosos y de hojarasca que completan la fruta roja madura (ciruela) un punto licorosa. Tonos balsámicos de fondo.

En boca es muy equilibrado, con taninos muy sedosos y redondeados, de viva acidez que refresca una fruta negra bien matizada por sabores a café, trufa y con un final muy largo y especiado, con un toque terroso que le aporta complejidad.

Excepcional vino que se bebe además con una facilidad increíble.