Picota violáceo, oscuro y cubierto. Muy brillante. Nariz de buena intensidad, limpia y perfumada, con toques de maderas finas, frutillos del bosque, algunos tostados, higos frescos, cierta mineralidad y toques lácteos. En boca tiene buen ataque, es carnoso, con cierta tanicidad, muy buena acidez y buen recorrido. Excelente presencia.

Después de años realizando el seguimiento en lo que fuera la primera cosecha del vino de Selección de Rafael Bernabé. Avanzando hacia una evolución que nos muestra como sus férreos taninos se han civilizado, aún mantiene estructura. Las tres variedades presentes y sobre todo la monastrell, siempre nos dejarán trazas con recuerdos amargos en su final, de corte vegetal.

Un vino con cierto halo de especias exóticas dulces que se perfilan en boca con distinción. En nariz la fruta y la crianza reductiva nos traen recuerdos de ciruelas maduras, fresco en nariz y boca. Su acidez está integrada con el binomio alcohol y crianza, además de tiempo. Un vino que se disfruta.

Muy buen paso por boca, con buen cuerpo, goloso y elegante, bien conjuntado, totalmente redondo, sin aristas, frutal, aterciopelado, de largo recorrido y persistencia de tostados.
En nariz es un vino potente y complejo, con frutas rojas y negras maduras como moras, ciruelas, frambuesas, con notas de crianza bien definidas, tostados, ahumados, café en grano, hierbas aromáticas y un apreciable fondo mineral.
Al igual que la añada posterior, me parecen unos extraordinarios vino con muy buena RCP.

Nada mas que añadir a la nota de cata realizada hace algo más de un año, salvo indicar que se encuentra en un momento OPTIMO de consumo y disfrute. Su redondez y su gran equilibrio y cremosidad destacan especialmente.

Color picota cubierto con destellos violaceos. Capa alta y lágrima abundante que tinta la copa. Tiene una naríz muy definida e intensa donde dominan de manera contundente los frutillos del bosque, los arándanos, las moras perfectamete conjuntadas con las vanillas, los ligeros tostados y la cremosidad del roble. Una nariz potente, intensa, sugerente y compleja. En boca presenta un ataque potente, concentrado, muy amplio y con una buena acidez. El peso de la frura negra es mas que notable y su desarrollo en boca resulta sedodo, aterciopelado, esférico y redondo. Sus taninos son muy golosos y sabrosos, mostrando un equilibrio y una estructura imponente. Su final es largo y con recuerdos a fruta negra y vainillas.
En un momento perfecto para su disfrute.
Una de las maravillas alicantinas, sin lugar a dudas.
PVP. 17€

Me gusta. Es fresco y natural. Ahora está más cargadito de todo. Tiempo, fruta en su zenit, sensaciones de madurez (higos, pasas, ciruelas secas) y un cuerpo con buena figura que deja un pasillo en boca con frescura acida (notas de pieles de frutas) pero llamando ya a la serenidad, al buquet y el postgusto a mineral con recuerdos frutales.

¿Qué es tipicidad? es beryna, es Monastrell con el arrope estructurado de la Cabernet y la frescura del tempranillo.

Aromas que nos inundan a un bosque mediterráneo, vegetal y balsámico con roces de cacao amargo, intenso en aromas de crianza, toques de especiados de pimienta blanca que le chispa, los taninos dialogan plácidamente con el paladar en perfecto lenguaje, fresco y agradable, con buen final de recuerdos maduros.

Tres meses después el vino sigue siendo sobresaliente.
En nariz sigue elegante y complejo y no falto de potencia, sobesalen las frutas, las flores y los tostados.
En boca es muy sabroso y bastante elegante, paso de boca esta muy equilibrado y redondeado, magnifica estructuram taninos vivos, muy buen retronasal y el final largo y con mucha persistencia.
Excelente la RCP como siempre digo de este extraordinario vino.

Y dos botellas más degustadas y disfrutadas.
Este vino ha entrado en una etapa tranquila, donde los aromas aunque siguen siendo potentes han perdido un pelin de fuerza, es la etapa "llana" que yo le llamo, de todas maneras ha ganado en elegancia, concentración y complejidad, ahora aparecen sin molestar ni mucho menos algun aroma terciario.
En boca es igualmente un poco más elegante, aunque menos potente, paso de boca muy redondeado y equilibrado, siguen los taninos vivos y dulces, el retronasal bastante bueno y el final es largo pero sobre todo con muy buena persistencia.
Como digo ha entrado en la etapa llana, donde estará unos cuantos de años.

Visual, picota, de capa media, con ribete de color cereza. Limpio y muy brillante. Con lágrima abundante y tintada.

Nariz que a copa parada muestra aromas de crianza, buenas maderas, tostados, con un fondo de fruta negra muy madura y algunas notas de barniz que recuerdan a ciertas frutas sobremaduradas; especias dulces, vainillas. Tras agitar la copa, vuelven los tostados finos, con notas de vainilla y otras especias dulces. Hay apuntes lácteos de leche en polvo, con un toque avainillado. La fruta está muy presente, al mismo nivel que las sensaciones secundarias y terciarias, con abundante fruta negra muy madura, ciruelas y bayas silvestres negras confitadas y cierto carácter sobremaduro, muy dulzón, de algarroba. Hay aportes balsámicos que le dan frescura a la nariz y contrapuntean las sensaciones dulzonas, con notas de regaliz, tabaco negro, herbáceos de monte. Cuando el vino evoluciona en copa, aparecen unas notas de pétalos de rosa muy sugerentes. Los tostados se van haciendo más intensos y evolucionan a café de tueste natural, con algunos recuerdos de cereales tostados.

En boca muestra una potencia arrolladora. Es un vino que estalla en la boca como una bomba de sensaciones. Sigue siendo muy frutal en estos momentos. La acidez muy bien marcada le aporta la frescura necesaria para hacerlo disfrutable y muy bebible. Hay muy buenas notas de regaliz en boca, con amargosos intensos que apoyan la línea de la frescura. Los taninos están muy presentes, pero ya muy pulidos, aterciopelados: son carnosos y jugosos. Rico, dulce, amargoso. Tiene un final larguísimo, donde las sensaciones en boca, dada su intensidad, perduran por mucho tiempo, con recuerdos especiados y de palodul.

En definitiva, un vino donde destaca sobremanera su potencia en boca. Según mis gustos personales, echo en falta algo más de elegancia en boca, algo menos de estridencia. No obstante, es un vino muy rico, complejo en nariz, muy maduro pero al mismo tiempo fresco, y que no deja indiferente.