Alma Carraovejas IV: Milsetentayseis
Seguimos con el repaso de los distintos proyectos que conforman Alma Carraovejas, en este caso Milsetentayseis, en la Ribera del Duero, concretamente en Fuentenebro, un lugar ligado históricamente a la viticultura.
Un poco de Historia
En el Archivo Histórico del MAPA, se alude a Fuentenebro como el municipio con más cepas plantadas en el Partido Judicial de Aranda del Duero, por delante de Villanueva de Gumiel, Fuentespina o Baños de Valdearados. Hay documentos que nos hablan de la importancia de la vid en la localidad en entre los años 1750 y 1756.
Tras más de una década trabajando con los viticultores y conociendo un terruño diferente que requería una viticultura singular, el reconocimiento de una materia prima excepcional pedía un proyecto propio, así nació Milsetentayseis.
Altitud
Una de las zonas más singulares de la Ribera del Duero se sitúa a más de mil metros; entre valles, peñas y hoyadas crece un viñedo ancestral de unos suelos de una extraordinaria riqueza mineral. En torno a los mil metros de altitud, la viticultura se convierte en una viticultura de altura. Exploramos una de las zonas con más potencial de la Ribera del Duero en la que el clima es más extremo. Estas condiciones límite suponen un mayor riesgo sin el que no sería posible obtener un producto excelente.
Orografía
El páramo en Fuentenebro está salpicado de valles, cerros, cañones y hoyadas. Las distintas exposiciones junto a la extraordinaria riqueza mineral de sus suelos, el clima y las distintas variedades, conjugan un paisaje único en la Ribera del Duero.
Clima
El clima es extremo, la viña muestra su mayor potencial cuando se la lleva a situaciones límite, justo cuando más arriesgado es su cultivo. El clima de Fuentenebro y alrededores da carácter a las variedades. El cambio climático lleva a zonas más elevadas y frescas en las que las corrientes de aire mantienen fresco el viñedo lo cual influye en el buen estado sanitario de la uva.
La biodiversidad
La biodiversidad es otro de los aspectos que hacen especial la zona, con fauna y flora excepcionalmente diversa. Aromáticas, encinas, robles, el pinar y también ganadería, rapaces, zorros, corzos, jabalíes...
El viñedo
En Milsetentayseis las viñas son centenarias y por tanto fuente de un material genético histórico fundamental para llevar a cabo un proyecto de recuperación integral. El concepto quedó claro desde el principio, convirtiéndose en una filosofía, crecer al ritmo de las plantas, sin prisas, buscando ante todo recuperar una zona vitivinícula genuina y trabajando para legar un patrimonio natural que hereden las generaciones futuras.
Los suelos
El color rojo arcilloso protagoniza el paisaje con suelos pobres en nutrientes que obligan a las cepas a dar lo mejor de si mismas. Antiguas explotaciones mineras conviven con la actividad vitivinícola donde el feldespato, el cuarzo o la mica otorgan un carácter único y de marcada mineralidad.
Las variedades
Al ser Fuentenebro una zona de tránsito históricamente, encontramos gran diversidad de varietales que ha motivado la realización de un proyecto integral de identificación y recuperación. Además de las variedades dominantes en Ribera del Duero, tempranillo y albillo, se han identificado otras como la bobal, la graciano, garnacha, monastrell, viura, mazuelo o xarel.lo y otras no tan corrientes como la muscat a petit grains blanc, la beba, la cayetana blanca, la jarrosuelto, pardillo, heben o salvador. Así, se han contabilizado hasta un total de 24 variedades solo en una primera selección y en apenas unas 6 parcelas.
Elaboración
El proyecto busca el origen y por tanto llegar a cada parcela y en función de sus características y especialmente de su suelo vinificarla buscando obtener lo mejor de cada viñedo. En Milsetentayseis se utilizan diferentes formatos para vinificación: microvinificadores de 600 litros, pequeñas tinas de madera, depósitos de hormigón e inoxidable, icosaedros (diamante) e incluso ánforas de barro.
Los vinos y su cata
La Peña 2019
Milsetentayseis La Peña es un vino con una marcada identidad propia. Cepas viejas de Fuentenebro; suelos de arcilla, arenas y minerales como cuarzo, feldespato y mica. Frescura y viveza en un rosado excepcionalmente serio y de una intensidad memorable. Un vino carnoso y complejo, con un final largo y salino.
Suelos y Clima: Junto a una mina a cielo abierto encontramos la parcela de viñedo centenario en Fuentenebro de suelos arcillosos, arenosos y con presencia de cuarzo, feldespato y mica; fruto de una herencia minera de la zona que da fe de la singularidad que podremos encontrar en la copa.
Viñedo: Parcela La Peña, añada 2019, viñedo centenario, entre 75 100 años, variedades albillo, tempranillo y otras. Producción de 800 botellas.
Proceso de Vinificación: Vendimia manual en cajas de 12 Kgs, fermentado con sus propias levaduras. vinificación en exclusiva de la pequeña parcela de La Peña. Alcohol: 14,5 %
Nota de cata: De color rosado pálido, brillante, La Peña tiene una nariz de buena intensidad con alma de vino blanco, la fruta blanca, roja y también amarilla con hueso protagonizan un aire vinoso y fresco lleno de complejidad. En boca es potente, con gran acidez, graso, estructurado, amplio y de muy buena persistencia.
Milsetentayseis tinto 2018
Un vino con tensión y con un carácter muy marcado, pensado para crecer con el transcurso del tiempo. La intensidad en boca y la frescura son notas características de una elaboración que se aleja de los excesos para buscar la elegancia, la sutileza y el equilibrio.
Suelos y Clima: Arcillas rojas y suelos de extraordinaria riqueza mineral: cuarzo, feldespato y mica. Clima continental con gran diferencia de temperatura entre invierno y verano, altitud 1076, viña vieja de entorno a cienaños en viticultura ecológica.
Proceso de Vinificación: Vendimia manual en cajas de 12 Kgs, fermentado con sus propias levaduras. Vinificación en función de cada parcela, suelos, varietal, etc. Microvinificadores de 600 litros, pequeñas tinas de madera, depósitos de hormigón e inoxidable, icosaedros (diamante) y ánforas de barro. Alcohol: 15 %
Nota de cata: Milsetentayseis nos muestra un elegante color cereza picota de buena capa. La nariz es de buena intensidad y complejidad, yogur de frutas rojas y negras, especias dulces, recuerdos a tofee, todo envuelto en buena vinosidad y frescura. En boca tiene buena entrada, es elegante, tacto sedoso, buena acidez, paso fino con buena integración de la crianza, amplio, jugoso, estructurado y de muy buena persistencia.
Pedro Ruiz de nuevo nos transmitió este fascinante proyecto que aún siendo ya una realidad augura un futuro muy interesante a largo plazo por sus características tan singulares.
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en respuesta a Bilbis Ver mensaje de Bilbis Gracias, la verdad es que la información que facilita la bodega es magnífica. El rosado es una delicia pero con su baja producción se va a un precio que lo hace casi objeto de culto y no será un vino para el mercado. El tinto lo probé hace poco, esperaría, está ya para beber y es muy fino y elegante pero creo que ganará cuando todo se conjunte con algo más de botella. Saludos!
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Conozco a Patricia y es una pasada los conocimientos que tiene. Este vino debe de ser espectacular. Probé el rosado y creo que es el mejor rosado que he tomado. Es verdad que no soy muy de rosados pero este me encantó 😊