Es de color amarillo suave, limpio y brillante, con poca intensidad. Se observa lágrima que se desliza despacio por la copa.
En nariz: Es complejo, de intensidad media. Aparecen aromas a flores blancas, a manzanas verdes y después a bollería.
En boca: se confirman los aromas percibidos en la nariz: destaco la manzana verde. Al entrar, es explosivo, con una buena acidez; es largo y tiene buen postgusto.

Hace tiempo que no tomaba un vino de ésta más que centenaria bodega que durante muchos años y antes de que se constituyera la D.O. Rias Bajas estuvo sola en el mercado español elaborando y embotellando sus magníficos vinos de albariño. ¿Fué este vino albariño el que sorprendió a De Gaulle?. Bién pudo ser.
Vino encerrado en una botella modelo riesling y vestida con una elegante etiqueta de diseño clásico y barroca. Buen corcho.
A la vista se manifiesta amarillo pálido, limpio, brillante, buena y densa lágrima que se desliza con parsimonia y pereza por la copa,
En nariz muy varietal, con aireación se van presentando en la copa notas cítricas, flores blancas, melocotón, hierba fresca recién segada.
En boca es elegante, glicérico, muy varietal, diría que es un albariño de libro, retornan las frutas y aromas de la fase olfativo. Un vino con volumen que invita beber. Presente y elegante acidez que le dará más vida. Es un vino largo y en su elegante paso de boca, me da una permanencia de 2,45 minutos.

En nariz se muestra fino y destaca su elegancia, que sobresale del resto. Estoy todo el rato echando de menos el tiempo y la evolución, para poder sacar lo que lleva el vino dentro, pues bien este vino lo hace ahora y mañana, cuando quieras.
Ahora es sutil, hay hierba fresca, finos rasgos cítricos, piel y hueso de melocotón , agua de pera, suave flor, pulpa de pomelo.

Boca fresca, ácida, uva verde y hollejo, suavidad y complejidad. Fruta blanca algo golosa, marcado acento ctrico, tanto de frutas como de hierbas alimonadas, tacto cremoso, ahora suave y jovial.´Equilibrio de amargor y salinidad, sin duda lo tiene todo para aventurarse a un largo futuro, muy prometedor.