Ha transcurrido un año desde que probé la ultima botella y esto sigue muy bién. Corcho en perfecto estado.
A la vista continua con un color amarillo levemente dorado, limpio y brillante. Muy buena y densa lágrima que se desliza con pereza por la copa.
En nariz se mantiene la abundante fruta cítrica, piña, frutas de hueso, flores blancas, leves notas de miel y mirambeles.
En boca está untuoso, glicérico, elegante, un vino con volumen, aterciopelado, sabroso, con mucha fruta, retornan las frutas de la fase olfativa, y muy varietal. Se mantiene muy bién. Muy grato y elegante paso de boca. Mantiene su longitud y la elegante acidez que te invita a beber y beber y que le dará algún que otro año más de vida.. Gratísimo paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,30 minutos.

La bodega Palacio de Fefiñanes existe como comerciante de vinos albariños desde 1928. Durante muchos años ha sido de las pocas bodegas gallegas y de Rias Bajas que embotellaba y etiquetaba sus vinos. Este de ahora está encerrado en una botella modelo rhin de color caramelo oscuro y vestida con una elegante y bonita etiqueta de diseño clásico. Buen corcho en el que se indica la añada del vino.
A la vista le encuentro de un color amarillo dorado, limpio, brillante, con muy buena y densa lágrima que se desliza con lentitud por la copa.
En nariz mucha fruta madura, cítricos, flores blancas, miel, mirambeles.
En boca es muy varietal, elegante, glicérico, untuoso, fresco, sabroso, con mucho volumen, aterciopelado, con mucha fruta de cítricos, piña madura tropical, notas de fruta de hueso y flores blancas. Te llena plenamente la boca. Con una elegante y presente acidez que le dará vida y que te invita a beber y beber. Mineral. En el paso de boca tiene mucha elegancia. Y es muy largo. Me da una permanencia en boca de 3,30. Lo que ha perdido en "chispa" lo ha ganado, con creces, en elegancia y sensación glicérica. Un grandísimo albariño.