Rojo cereza intenso, de capa alta, limpio y brillante.
Nariz de intensidad media, fruta negra en sazón con fondo licoroso (licor de cereza), balsámico (eucalipto) y especiado con un leve deje a torrefactos muy integrado.
En boca se muestra con buena estructura, con recuerdo de la crianza, buena acidez, tanino algo rugoso, recuerdo medio pero de buen beber.
Buen vino, a medio camino de su gran hermano el Premiun y los monovarietales catados hace poco in situ en la bodega. También buen precio, 7,30 €.
Bontio y profundo color rojo picota con ribete moratoso. La nariz es enormemente sugerente y seductora, muy especiado (pimienta verde, clavo,), algo balsámico, con buenas notas de fruta roja (cereza, grosella) bien integradas con notas terciarias muy livianas. La entrada en boca es amplia, tánica, con buena estructura, fresca. Sin tener un recorrido excesivamente largo, el postgusto ligeramente especiado y frutal es una invitación a seguir bebiendo.
Color rojo picota de capa alta.
Nariz de buena intensidad con aromas de fruta roja, de pimienta verde fresca, especias, notas de flores, como las violetas y notas de monte bajo.
En boca tiene un tanino bastante integrado pero que, sin duda, aportará mucho a este vino cuando pase un poco de tiempo en botella. Buena acidez que lo hace fresco y con buena capacidad de guarda. Tiene una tacto cremoso, ligeramente astringente por el citado tanino y un fondo de regaliz. Recorrido algo justo.
Es un vino que me ha gustado mucho, sobre todo por el equilibrio de las distintas variedades que se percibe en nariz.
Cata y presentación de Bodegas Arrayán en Málaga a través de Makro como distribuidor en el Hotel Barceló de Málaga
En 1999 en Toledo acogida a la D.O Méntrida, nace Bodegas Arrayán a partir de 26 hectáreas de viñedos pertenecientes a Finca Verdosa de 600 hectáreas, en plena dehesa mediterránea, rodeada de encinas, gamos, ciervos y jabalíes. Se realiza la plantación de cuatro variedades francesas (Petit Verdot, Merlot, Cabernet Sauvignon y Syrah). Suelos de arenisca granítica con base de arcilla lo que proporciona buen drenaje, plantaciones en terreno ondulado a 450 metros de altura definen vinos procedentes de una zona cálida, aunque a través del trabajo como asesor en la plantación inicial de las cepas de Richard Smart, se realizaron plantaciones con 4000 cepas por hectáreas, para aplicar competencia a las viñas y bajar el rendimiento concentrando su fruto.
Partimos de la frescura que la añada 2007 sella a los vinos de Arrayán, aunque es en el Selección donde mayor índice a tenido.
Un tinto muy particular en sus aromas, marcando la base de los monovarietales y del maduro Premium. Encantador en nariz, notas especiadas y terciarias con recuerdos animales, en boca se muestra las puntas maduras de la Petit Verdot, sin llegar a ser pastoso, si se presenta contundente, aunque bien acompañado por la acidez. Su tanicidad solicita tiempo en botella para su integración.
Vista. Rojo picota con buena capa y ribete cárdeno estrecho y denso. Limpio y brillante. No demuestra evolución excesiva y sí una buena extracción. La lágrima densa y coloreada.
Nariz de intensidad media donde priman los florales (lirio, violeta, clavel), que después virarán a fruta cítrica (piel de naranja) y frutillos del bosque azules. Se detecta algo de mineralidad (pizarra, terracota mojada) y huye de los tostados. En el momento en que se abre, da paso a la dehesa con multitud de notas mediterráneas y sotobosque. Al oxigenarlo, ofrece notas limpias de fermentación y leve crianza, pero despunta algo en alcohol. Tras un reposo reaparecen con fuerza los cítricos y la sensación de viveza vegetal.
Boca de entrada seca y fresca con paso muy fluido y lineal, sin aristas y algo acuoso. El centro se presenta frutal sin excesos (fresa, grosella verde), con una fuerte retronasal a las flores que daba en nariz y con pocas notas de madera y tostados. Posgusto medio con predominio de acidez y recuerdo a taninos gastados (cáscara de nuez) que dejan una sensación algo terrosa en la lengua.
En conclusión hablamos de un vino que en un primer momento da la impresión de necesitar mucha más botella de la que tiene para que se asienten los extremos y se redondee, pero una vez vista la poca influencia de la madera (un roble) y a la vez lo gastado del tanino, se vislumbra que no va a tener una larga vejez, aunque la acidez insinué lo contrario y la fruta deje ver su calidad. No tiene la suficiente complejidad y equilibrio que se observa en el resto de la gama y al parecer no la va lograr con la guarda. Como nota positiva, presenta una muy agradable mineralidad y sigue en la línea de viveza norteña.
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