Rojo picota muy oscuro de capa alta. Aroma intenso, fruta negra madura, violetas, fondo mineral. En boca es potente, carnoso, equilibrado, con buen armazón y correcta acidez, más elegante de lo que esperaba. Me ha gustado mucho, se puede beber ya perfectamente. Descorchado una hora antes.

Rojo picota oscuro con pequeño ribete violeta. Nariz muy intensa con grandes dosis de frutilla del bosque negra y en confitura, ensamblada con matices de sotobosque mediterráneo ( jara – retama ). Hay mentoles, especiados, cierta cremosidad, buena fruta negra madura y un final de nariz balsámico y recuerdos licorosos. Recuerdos de carbón y tostados “ diferentes “. En boca es untuoso, con una excelente fruta negra, evolución especiada, sensaciones terrosas, con gran volumen y mucha envoltura tanica. Retronasal especiada y de sotobosque. Rasgos algo amargosos ( cierta astringencia ) en el posgusto y algo falto de redondearse. Hay un carácter terroso y vegetal “ primitivo “ que no acaba de afinarse, pero una buena base de taninos ducles. Se nota el intento y la mano Mariana, pero no acaban de conjugarse todas las percepciones. Aún así es un buen vino ¡ Quien lo tuviera !. Cierta sensación global de turba y carbón vegetal. Se le ve el deje terroso de las tierras de Toro, creo que mejorara con la botella.

Capa alta ribete violaceo.

Nariz de buena intensidad, aparecen principalmente notas minerales (granito), sotobosque, fruta negra madura en licor, con cierta sensación floral, la madera aunque presente no es excesiva.

En boca tiene buena entrada y muy buen recorrido, con buena acidez, taninos maduros bastantes presentes que con el tiempo deben pulirse. En el recorrido muestra algo más de madera, pero con la oxigenación parece integrarse. El alcohol aunque presente está bien integrado. Buena persistencia. Buen vino. Todo apunta a que debe mejorar en unos meses-años.

Decantado durante casi tres horas. Yo decantaría una hora antes. Temp. Serv. 17º

Azabache de bastante capa, lágrima densa.
Nariz destacable por su densidad, concentración y madurez, frutos negros, pimienta blanca, caja de puros.
En boca resalta un tanino muy duro todavía, pero una decantación larga lo descarga de manera ostentosa.
Necesita botella para afinarse.

Potente. Nariz compleja y elegante. Largo y persistente. Frutos negros concentrados. Astringente.

Nariz expresiva en la que dominan las notas balsámicas y minerales, grafito. Es más serio y tiene más caracter que el 99, en el que hay demasiada explosión frutal. En boca los taninos (maduros) están muy presentes, presenta cierta astringencia, con claras notas de torrefactos por integrar. Ampuloso pero con cierta seriedad, quizás el mejor San Román que he probado hasta ahora. Pero necesita bastante tiempo de botella para asentarse.

Catado en Verema III. Un vino delicioso desde su primera infancia. Nariz de capuchino, especias, balsámicos, frutos rojos maduros que se funden y transforman en un paladar de gran tensión, con zarzamora en compota de finísima acidez, especias del roble y notas exquisitas notas avainilladas en medio de una fuerte tanicidad. Si en su recorrido medio es suave, por los costados es potencia pura. La botella sólo hará brillar más esta obra de virtuosismo donde no cabe la perfección... que sólo lo haría aburrido. No puntúo.