De nuevo en un magnífico restaurante de Benicasim, cocina elaborada y artesanal. Nos pedimos un vinito del cual tenemos siempre muy buenos recuerdos. Veamos esta nueva añada 2019. Nos sacan la botella de la vinoteca a 15°C, la abren y esperamos unos 20 minutos antes de proceder con su valoración.

VISUAL: De color rojo picota, de capa media, con un ribete en tonalidades cereza-rubí, brillante y limpio. Lágrima fina, abundante y ligeramente tintada (86).

OLFATIVA: Pelotazo de futa roja madura de entrada, fresas y frambuesas. Al agitar asoman notas especiadas de pimienta negra, canela y clavo así como un puntito alcohólico de guindas en licor. También hay algo de montebajo, así como notas tostaditas de su crianza muy elegantes. De intensidad media (87).

GUSTATIVA: Entrada muy amable, de acidez comedida y tacto carnosito, con los taninos bastante pulidos ya. Paso por boca frutoso y cremosito, muy amable. Pese a su 14.5% de alcohol, no se muestra excesivamente licoroso, todo lo contrario. Retronasal especiado y post-gusto con notas acompotadas y amaderadas muy bien equilibradas. Finos y elegantes tostados al final que le dotan de una gran personalidad. Deliciosa garnacha, otra añada más... (89).

La RCP sabiendo que cuesta entre 10 y 12 euros en tiendas, me parece muy buena.

MARIDAJE: Otro festival en "La Suculenta" de Benicasim, un auténtico espectáculo. Nos sacaron 5 platos y 2 postres. Empezamos con unas cortezas de bacalao y su brandada. Seguimos con la quesadilla de conejo en tika-masala. Después el salmorejo de ostras, una tortilla de cocotxas y para terminar una panceta de cordero con cuscús. Después dos postres (un crujiente de calabaza y su crema, y una tarta de queso de Catí y mermelada de albaricoque)... En esta ocasión nos encantó la combinación con la quesadilla de conejo. Sabores cárnicos y especiados del tika-masala en absoluta armonía con la frutosidad de nuestra garnachita. Brutal velada amigos.

Salud-os!!