Y ya en Ecuador, después de las vacaciones estivales en España, hoy estamos ante este vino que año tras año resulta una delicia, mayoritariamente garnacha rica. Abrimos la botella y dejamos que se oxigenase por espacio de 25 minutos antes de proceder a su valoración a 17°C. Tapón excelente, corcho con la porosidad justa, largo y tintado unos 5mm desde su base.

VISUAL: De color rojo cereza de capa media con un amplio ribete en tonos burdeos. Lágrima lenta, gruesa y transparente (85).

OLFATIVA: En primer término nos ofrece notas frutales de grosella y arándanos. Al rato y en movimiento aparecen aromas de rosas marchitas, especiados de canela, apuntes de grama recién cortada, balsámicos mentolados y recuerdos amaderados a duelas envinadas. Bien de complejidad y con una intensidad media (87).

GUSTATIVA: En boca es fantástico, fresco, alegre y amplísimo. De tacto muy sedoso, aterciopelado, con un paso por boca suave y delicado. Su acidez es media-alta con unos taninos maravillosamente puliditos, muy dulces. Un vino excepcionalmente amable, muy rico y de gran elegancia. Retronasal con recuerdos a mermelada de moras y con notas especiadas de pimienta blanca. Persistencia de dos minutos exactos de gran disfrute. Lo veo en un momento excelso y creo que aún aguantará unos tres añitos al menos en todo lo alto. Gran boca,  mucho mejor que su nariz, excepcional al tacto. Qué garnachita más bien hecha! (93).

La RCP es excelente pues cuesta algo menos de 10 euros.

MARIDAJE: Nos lo tomamos en tres tandas. La primera con unos contramuslos de pollo con orégano, la segunda con bistecs de res cuencana al estragón y nos lo terminamos con el surtido de ibéricos de los lunes. Excelente con el pollo y con los bistecs, aromas herbáceos y animales en total armonía con la frutosidad del vino. Y con los embutidos y el queso qué decir!... tremendo el disfrute con los sabores grasos y especiados del embutido maridando perfectamente con las notas especiadas y amaderadas de nuestra garnachita. Riquísimo!

Salud-os!!

Otra añada y cada vez es más fino este vino de Alfaro de la familia Palacios. Un vino muy frutal y agradable. Color rojo rubí con borde violáceo. En nariz aromas suaves a frutos rojos maduros, especias y tostados. En boca, dándole un poco de tiempo para que se oxigene, es fresco, con un buen equilibrio, alegre, ligero, frutal, con unos taninos presentes pero no molestan y un final largo. Buen vino de Alvaro Palacios de la Rioja baja.