Botella borgoñona nº 722 de 3860, de vidrio grueso y de gran peso envuelta en papel tipo cebolla típico de los vinos Top o grandes vinos.

Etiquetado clásico de este vino con muy buena información sobre el mismo (variedades, crianza, fecha de embotellado, etc).

Sacado de nevera a unos 4-5ºC y servido en copas Lehmann Jamesse Grand Blanc donde se atempera a los 12-14ºC ideales para disfrutar en plenitud de este vino.

No hemos decantado pero, en las dos últimas copas nos hemos dado cuenta que, de haberlo abierto 1-2 horas antes y haberlo decantado, el vino habría sido aún mucho mejor (y eso que ya lo teníamos más de 2 horas abierto).

Cápsula de color limón de muy buena calidad, corcho natural de gran calidad, longitud media plus que sale sin problemas con dos tiempos. Huele muy bien.

Visual

Amarillo dorado-pálido precioso, reflejos aún entre limón y levísimamente verdosos, limpio, límpido, brillante y de espectacular aspecto.

Presentación y aspecto brutales (9,7)

Nariz

Con tiempo en copa y a unos 12-14ºC es de altísima intensidad.

Frutalidad extrema con notas de cítricos levemente maduros, pera de agua madura, melón, manzana golden, fruta blanca de hueso (nísperos, albaricoques, melocotones, paraguayos), cáscara de plátano, notas florales (blancas y amarillas), especias dulces, mentolado-balsámicos, herbáceos en infusión, un notable punto mineral/salino, amielados muy suaves, vainilla, coco, canela en rama, toques lácteos cremosos como a natillas y crema pastelera, finos ahumados y tostados de maderas de gran calidad.

Olfativa de grandísimo nivel. Empieza tímida en intensidad y descriptores pero con la oxigenación es otro vino, varios escalones por encima, con un despliegue y definición de descriptores brutal. (9,45)

Boca

A unos 12ºC.

Ataque frutal, levemente maduro, de grandísima acidez y frescura, sabroso, muy seco, cremoso y graso, de gran volumen, muy buen cuerpo y magnífica estructura.

El paso por boca es una maravilla: amplio, untuoso y gastronómico, con notas levemente amieladas y cremosas pero, a la vez, con una acidez súper afilada, fenomenalmente bien integrado, muy equilibrado y gastronómico a tope.

El final es muy largo, con fruta cítrica-blanca de hueso levísimamente amargosa, toques de melón, vainilla, ahumados, herbáceos, mentolados, salinidad y mineralidad en un postgusto y retronasal espectaculares. (9,55)

Vinazo blanco de Ribeiro sin paliativos que, eso sí, las varias veces que lo he bebido siempre ha pasado lo mismo: o era muy joven (añada muy reciente) o al vino no se la había dado el tiempo suficiente. 

En su día costaba 34€ PVP aunque, de oferta, pude conseguirlo por 28€. RCP excelente para lo que ofrece. Muy recomendable probarlo pero como digo: mínimo con 6-7 años, abrirlo con tiempo y tomarlo a temperatura de tinto joven.

Por su estado y cualidades, bien conservado, este vino puede vivir perfectamente 10-12 años más en botella y seguirá siendo un gran vino.

Color dorado claro de reflejos dorados, brillante. 

Nariz algo cerrada de inicio, poco a poc muestra una intensidad media, aromas principalmente minerales, recuerdos de tiza, fruta de hueso y blanca madura, con toques de manzana verde sobre un fondo floral. 

En boca es fresco, sabroso, de tacto cremoso, notas minerales, manzana verde y fruta de hueso, de cuerpo medio-ligero, final salino con toques florales de buena persistencia.