Hace casi un año disfrutamos de un Laurel 2018 y nos percatamos que teníamos un par de botellas del 2014 sin abrir, así que allá vamos. Lo dejamos abierto durante 45 minutos y conseguimos dejarlo a 17°C para su valoración. Tapón correcto, de longitud media, compacto y tintado 0.5 cms desde su base.

VISUAL: Presenta un precioso color, rojo picota intenso, de capa alta, con el ribete en tonalidades rubí, yéndose a los rojizos. Muy brillante y de lágrima escasa, gruesa, lenta y transparente (93).

OLFATIVA: A copa parada emana notas acompotadas, fruta dulzona marcada, así como un toque floral con fragancias de rosas rojas claras. Agitamos y aparece una pátina especiada, laurel, pimienta negra y canela. También encontramos montebajo mediterráneo (tomillo) y como no podría faltar, el típico aporte mineral pizarroso de los suelos de llicorella. Por último, de la madera, hay notas tostadas y apuntes de roble muy bien definidos. Su intensidad es media-alta y la complejidad sobresaliente (92).

GUSTATIVA: El 2018 nos dejó impactado y éste 2014 no le va a la zaga. En su clímax absoluto a mi entender, con una carnosidad y una amplitud que llena todo el velo del paladar de fruta muy madura, frambuesa, mora y arándano, impactante amplitud, maravilloso. Los taninos van emergiendo incrementando las sensaciones secantes paulatinamente, con una entrada sedosa y aterciopelada. En retronasal hay terciarios de cuero curtido y un toque licoroso de duelas envinadas. Qué vino más bien hecho, redondo en grado sumo, en un momento excelso, con un post-gusto que es pura fruta, compotas por doquier, con ese tacto carnoso y aterciopelado que te hace percatar que estás ante un gran vino. No me extraña que cause furor en los USA. Vinazo en toda regla, con una persistencia de tres minutos y 50 segundos. Guardaremos la otra botellita un mínimo de 5 años, con esa acidez y esos taninos aguantará sin ninguna duda. ¡¡Joya auténtica del Priorat!! (96).

La RCP me parece muy buena, 34.50 euros nos costaron las botellas allá por 2017.

MARIDAJE: La abrimos con un espectacular Porterhouse steak de 1 Kg. Otro día acompañó nuestro surtido de embutidos ibéricos (chorizo, salchichón y lomo embuchado), jamón de bellota y quesos curados. Nos la acabamos con un pollo de corral a la cerveza. Desde luego el maridaje con la descomunal pieza de res fue todo un espectáculo. Notas cárnicas y sanguíneas maravillosamente armonizadas con los apuntes acompotados y minerales de nuestro brutal Priorat. Qué gozada amigos!!.

VIDEOCATA:  https://youtu.be/q1C32qeRvwc

Salud-os!!

  Curiosamente el nombre de este vino no viene de la planta del laurel, viene de la traducción del griego del nombre de la propietaria Daphne.

   Rojo cereza de capa media alta con reflejos granatosos, limpio.

   En nariz tiene mucha intensidad aromatica, con la fruta roja fresca en primer termino, aromas de hierbas aromáticas recordando el tomillo y el romero. Toques minerales y de la crianza en forma de cacao, ligeros especiados dulces, nota láctea pero muy de fondo.

   En boca esta joven, todavía están presentes algunos verdores, pero es muy disfrutable, encontramos fruta roja madura, con cuerpo y elegancia, la crianza aporta notas de cacao y ligeros ahumados, tanino marcado pero muy pulido, toque de hierbas aromáticas mediterráneas, fondo mineral. Final largo y sabroso.

Y es que no me puedo resistir!!!!!! He vuelto a pecar. Eso sí, le he dicho a mi mujer que esconda la botella en la bodeguilla para no encontrar la que me queda, jejejejeje.

Sigue tremendo, con pocos cambios. En nariz ha ganado finura, con la fruta y la mineralidad muy protagonistas, pero las notas de madera y herbáceas más suavizadas. Los ahumados, la pimienta, el cacao, los balsámicos y tostados, empiezan a fundirse con la fruta, a abrazarla y darle calor y mimo. Las notas vegetales también se están asentando y los lácteos casi ni se notan en esta fase. 

En boca el tanino sigue teniendo carácter, pero más dócil y sin dar casi astringencia. La madera está ya casi integrarda y tiene una fruta madura, jugosa, potente, con carácter y mineralidad. Los balsámicos y especias ya se conocen el camino y están completamente unidos a la fruta. Ahumados, notas licorosas, matorral, suaves lácteos y los tostados, están armando un vino muy muy bueno. Acidez excelente y un esqueleto que hará que evolucione muy muy bien. Retronasal ahumado y frutal.

Aunque todavía mejorará muchísmo en botella y todavía joven es muy bebible, como siempre muy elegante, es un clásico de calidad. Es potente y lleno de fruta. Color rojo cereza picota cubierto. En nariz, y conforme iba abriéndose muestra unos aromas a fruta madura, con toques minerales y tostados. En boca es potente, pero suave, graso, elegante y con una fruta muy madura. Es un vino agradable de beber, con los taninos integrados, carnoso, equilibrado y persistente. Uno de los vinos que más me gustan del priorato, junto con los de Bobet, y otros.......Muy rico.

Que le dará ritmo, amor, pasión... y eso que nos acabamos de conocer!!!! Un vino elegante, bien hecho, joven, pero tremendamente delicioso y con un futuro muy grande por delante.

Como tenía tres botellas de este vinazo me dije ¿por qué no probar una? Y no me arrepiento en absoluto del infanticidio, porque está muy muy rico a pesar de sus verdores. Tiene aromas a fruta roja, mineralidad muy marcada en nariz, ahumados, matorral, balsámicos, tostados suaves, especias picantes, flores azules, cacao, guinda en licor, suaves lácteos, fruta del bosque, herbáceos y notas vegetales suaves... y le cuesta abrirse, además de estar en pañales.

Luego en boca los verdores y el tanino más rugoso se marcan más, pero sin ser nada desagradable. Hay fruta roja, negra y del bosque crujiente, aunque ya madura. Hay tostados, una madera que se nota pero muy leve, tostados, cacao, mineralidad tremenda, sotobosque, ahumados, flores, gunda en licor, leves lácteos, balsámicos.... Tiene una grandísima estructura, una excelente acidez, un cuerpo carnoso, gran longitud y todo ello haciendo que el conjunto, a pesar de su juventud sea muy elegante.

Las dos botellas que me quedan las olvidaré una buena temporada, pero no me arrepiento para nada el haberla abierto.