Otra botella disfrutada.

En esta ocasión parece ser que el vino esta más evolucionado y por tanto bastante mejor.

La nariz sigue con los mismo aromas, con dominios de los balsámicos, frutas, especias y minerales.

La boca esta más redondeada, aunque todavía le queda para llegar a aterciopelarse, si es que lo consigue, pero ahora está mucho más atractivo y disfrutable, buen y goloso final.

Debe seguir creciendo con el tiempo en botella.

Color picota rubi con borde granate.
Aromas de mediana intensidad donde sobresalen en primer término los balsámicos, incluidos el laurel, frutos rojos maduros, cítricos, hierbas de monte, esdpecias y toques minerales, una nariz con bastante personalidad.
En boca es fresco y sabroso, el paso de boca con buen equilibrio y mucho frescor por los balsámicos, cítricos y herbáceos, buena estructura y el final bien y sobre todo con buena persistencia especiada y fresca.
Cuesta bastante más de lo que vale, por tanto la RCP no es ni buena, el corcho no esta nada mal un 7,5.

Un año después se va calmando la fiera.

VISUAL: De color rojo picota de capa media – alta, borde amarronado.
OLFATIVA: Alta intensidad aromática, recién abierto se muestra terroso, goloso y frutal, ese nervio del mineral se encuentra algo apagado pero mantiene una pequeña llama de fondo que a media que pasan los minutos va aumentando, es muy balsámico y aromático, potente sin dejar de tener cierta elegancia, a las dos horas aparece un sutil recuerdo a PX y más notas terrosas, ahora ya más húmedas, ligera sensación cálida mediterránea que también aparece luego en boca.
GUSTATIVA: Se muestra potente pero ya con control, goloso, mineral, sabroso, amplio, con el toque cálido, buena acidez y equilibrio, se prolonga algo más de media longitud (lo recordábamos más largo), final complejo, terrosa, frutal y balsámico.

Con esta añada nos hemos esperado un poco más para catarlo y bien, no ha decepcionado, pero aún le queda recorrido. Pensábamos que estaría muy domesticado y aún está algo salvaje.
VISUAL: De color rojo picota y borde amoratado, capa media – alta, con cierto precipitado y caída de lágrima lenta y muy junta.
OLFATIVA: Muy buena intensidad, recién abierto se muestra duro, salvaje y algo alcohólico, se va domando y sofisticando a medida que se oxigena, cada vez es más mineral, muestra mucho su carácter balsámico, frescura, eucaliptos, esmaltes y notas mentoladas, por debajo y algo escondida una fruta negra muy madura, diríamos a punto de “pasificarse”, al rato aflora la barrica, muy tímida y bien integrada, apuntes de chocolates, regalices, cafés, marro de café. En todo momento muy mineral, recuerdos terrosos, “licorella” y tierra mojada…
GUSTATIVA: Potente, carnoso, bien musculado, cierta golosidad, secante, bastante amplio, taninos envolventes, buen equilibrio entre acidez y alcohol, los 15%vol (seguramente tenga algo más) se dejan notar muy poco, sobretodo es largo y mineral. Tiene potencia pero se deja beber solo.

Hacia alguna añada que no habia catado este vino de Clos Erasmus y lo recordaba de otra forma, lo recordaba con mas potencia, mas rudo, me ha parecido muy interesante y en buen momento.
En principio en nariz da aromas de barniz, de lacas, que con el paso de los minutos deja paso a la fruta roja algo algo licorosa, con mucha mineralidad, madera bien puesta con toques de regaliz, cafe y hoja de tabaco.
En boca todavia marca una acidez que le augura algunos años mas de vida, esta acidez hace que el alcohol no sobresalga mucho, es potente, sabroso, taninos dulzones, ligeros tostados y ahumados, buena fruta y notas minerales, gran final largo y aromatico.

Probado también en La musica i el vi organizado por Vilaviniteca. Reconozco que le falta botella pero es una experiencia agradable este vino que cada año da notas interesantes. Color rojo cereza picota, muy cubierto, con toques violáceos. En nariz aromas a frutas rojas, balsámicos y minerales. En boca, aun notándose la falta de tiempo en botella tiene una buena entrada, con una acidez un poquito elevada y buena mineralidad como siempre. Es largo y persistente.

Probado en el transcurso de la “Música i el vi” de Vila Viniteca, que no es el mejor lugar para disfrutar de este tipo de vinos, mucha gente y poco vino….. Aproveché un momento que Álvaro Palacios montaba un show y todos estaban pendientes para departir con Esther Nin y probar el hermano pequeño del Clos Erasmus, lástima que no tenía el “Nit de Nin”….

Desde luego el vino se mostraba falto de botella, pero se apreciaba mucha calidad si la evolución es la que se espera. Buena fruta, madera de buena calidad, acidez presente, pero creo que cuando se acabe de pulir será un muy buen vino.

Tengo un par de botellitas guardadas y esta cata me permite convencerme que hasta dentro de al menos un par de años no hay que abrirlas……

Color cereza picota cubierto, ribete violáceo con frondosa lágrima que tiñe la copa.
En nariz tras 2 largas horas de decantación: Frutas rojas en licor, notas balsámicas y minerales con brotes a regaliz y predominando el esmalte de uñas.
En boca se nota falta de tiempo en botella, entrada y recorrido potente con una acidez un tanto elevada, agradable mineralidad con buena cremosidad de tostados de su crianza, final largo y persistente.
Precio: 25 €. *Interesante para seguir su evolución en botella.*

Sobretodo es un vino muy salvaje al que le falta domarse en botella. Su grado alcohólico ensombrece su gran acidez y sedosidad. Como las últimas propuestas revolucionarias de estos últimos 2-4 años, es un vino muy mirenal, (se mastica la piedra y la arcilla...llicorela?). Por el contrario, es un vino que proyectándolo a dos o tres años, presentará una asombrosa acidez y elegancia, resultado de su cuidada crianza. Este tipo de vinos aporta otra perspectiva muy positvia del Priorat...su complejidad mineral.