Color rojo picota muy oscuro con ribete violáceo, deja capa de tinta china en el cristal.
Nariz con un perfil cálido y especiado, con fruta roja madura que con aireación adquiere notas licorosas. Encontramos notas boscosas de hongo y musgo, un extenso abanico de especias e intensidad balsámica con especial protagonismo del regaliz, tanto rojo como negro. Con oxigenación y mayor temperatura los tostados dulces asoman y perfuman.
La entrada en boca es cálida e intensamente balsámica. Deja sensaciones ligeramente alcohólicas por lo que se debe cuidar la temperatura de servicio. La fruta es roja, en sazón, carnosa y jugosa, se repite el regaliz pero al contrario que en nariz combinado con pinceladas de nata líquida.
A tener en cuenta.

´lo he quedado al aire sin control de temperatura ni invierno ni en verano, para que evolucionase más rápido.

Pues era la última botella que poseia de este sobresaliente vino. Sigue evolucionando favorablemente, y ahora la nariz es todavía más compleja y sigue siendo muy frutal, pero donde realmente se ha visto más la "variación", es en la boca, ya que sin perder el equilibrio y la estructura, ha ganado en elegancia y sobre todo en profundidad.

Fenomenal, me hubiese gustado dejar otra botella, para dentro de unos meses, ya que el vino se encuentra casi en su "cenit", pero le falta ese pelin de tiempo.

El color es rojo picota con ribete violáceo.

Los aromas son de buena intensidad y bastante calidad, destacan los frutos rojos y negros con buena madurez, cacao, flores, finos tostaos, especias dulces y monte bajo. Muy completa la nariz y atractiva.

En boca es mas de lo mismo, agradable y de buen beber, el paso es equilibrado y con toqes de elegancia, muy bien la estructura, los taninos vivos y nobles, el retronasal se detectan especias, tostados y cacao, el final es largo y tiene una buena persistencia.

Lo he dejado unos años para ver como envejecia,  y lo ha hecho de maravilla.

El vino Digma Graciano Reserva 2011 tiene color rojo picota granatoso con ribete lila, capa media-alta y de gran intensidad cromática que tiñe la copa.
Nariz de intensidad media-alta en la que en primer lugar aparece la fruta muy roja fresca y las especias: oscuras (pimienta negra, cacao rallado, regaliz negro) y dulces (anís, punto de vainilla y cáscara de coco). Con aireación la fruta roja pierde frescura y se concentra envuelta en licor (licor de guindas) pero los balsámicos de pino y notas cosméticas lo compensan con frescura para que no resulte cargado.
En boca tiene una entrada marcadamente especiada (canela sobre todo), es intenso y cálido destacando de nuevo la fruta roja en licor. Es ligero pero permanente, mentolado, jugoso y carnoso. Regaliz en retronasal y agradables notas lácteas no grasas.
Graciano con personalidad.

Visual:

Picota de ribete violáceo. Capa media-alta. Muy limpio y brillante. Lágrima acuosa que se desliza rápidamente y tinta la copa.

Olfativa:

Nariz de buena intensidad. Muy licoroso y profundo. Notas de pegamento y barniz. Fruta roja en sazón y algo de fruta negra. Sotobosque con notas de hongo, trufa y musgo, ligeramente farmacéutico, cosmético, balsámico, especias dulces (canela, coco rallado) y picantes (clavo), con mayor protagonismo de esta última. Con movimiento se vuelve goloso, tiene un punto picante, salen las hierbas medicinales y las flores moradas.

Gustativa:

En boca tiene brío. Es cálido, muy frutal, especiado, ligeramente balsámico con un rico regaliz, es sabroso, carnoso, amplio, tiene buena acidez, persistencia, un postgusto frutal y lácteo. El tanino está presente, es bastante equilibrado si bien sobresale la madera. Tiene un final picante, sápido, es un vino con personalidad y bastante completo que no complejo.