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Priorat 1994, diez años más tarde

No hay vinos míticos, no hay grandes vinos a fin de cuentas, si no hay una historia detrás que los avale. A la comarca tarraconense del Priorat historia vinícola no le falta, desde luego; pero una cosa es que los cartujos de Scala Dei comenzaran con la plantación de vides en estas montañas en el siglo XII, y otra muy distinta es que la “revolución” que se llevó a cabo en las dos últimas décadas del siglo XX haya hecho ya historia. Llevamos sólo 15 años de los “nuevos” vinos del Priorat desde aquella primera cosecha de 1989 en la que los pioneros de esta revolución sacaron su primer vino elaborado conjuntamente. Reconocimiento internacional lo han alcanzado en tan poco tiempo, pero las voces que abanderan la incertidumbre sobre la evolución de estos vinos, sobre la grandeza de estos vinos al fin y al cabo, demandan una lógica tregua hasta que el tiempo, enemigo y aliado del vino, les dé o les quite la razón.

Y continuando este discurso, dentro de los muchos actos y catas que se celebraron con motivo de la 9 edición de la “Fira del Vi de Falset”, se nos ofrecía una excelente oportunidad de volver la vista atrás y valorar con perspectiva la evolución de los vinos elaborados hace diez años en la “cata del decenio”, el “tast del decenni” de los Priorat y Montsant (entonces Tarragona-Falset) de 1994. Verema.com fue la encargada de organizarla, y la sala de catas de la “Escola d'Enologia Jaume Ciurana” de Falset el lugar donde se celebró.

Los vinos de la cata

La climatología en el año 1994, con un verano muy caluroso, dio lugar a vinos con mucha estructura, mucho cuerpo y una nariz muy explosiva y frutal. Poderosos taninos en boca que el tiempo debería pulir. Fue una añada clasificada como “Muy Buena” por el Consejo Regulador, en medio de otras añadas “Excelentes” como 1993, por delante, y, 1995 o 1996, por detrás. De entre la entonces escasa oferta se seleccionaron los siguientes vinos (de bodegas participantes en la feria):

D.O.Q. Priorat

L’Ermita 1994, fue la segunda añada de este ¿ya mítico? vino. 80% Garnacha del País 15% Cabernet Sauvignon 5% Cariñena y Garnacha Blanca. 20 meses en barrica

Finca Dofí 1994 65% Garnacha, 25% Cabernet Sauvignon, resto Syrah y Merlot. De 12 a 18 meses en barricas nuevas de roble francés

Clos Erasmus 1994 recibió una puntuación excepcional de Parker, un 99/100, que provocó que se disparase la demanda del vino en todo el mundo. En realidad es el primer vino español en la historia que recibe en dos añadas diferentes (94 y 98) un 99 de Parker, y uno de los pocos en el mundo, lo que le hace ser de los más buscados por los coleccionistas.

Clos Erasmus contiene en su mayoría garnacha, también cabernet sauvignon y un poco de syrah, ninguna excesivamente vieja (unos 12-15 años). Toda la uva procede de las viñas de la propiedad, un total de tres hectáreas, plantadas en diferentes zonas, siempre en ladera de roca pizarrosa. En su elaboración el proceso de crianza en barrica nueva de roble francés es de unos 14 meses. La producción actual es entre 4.000 y 5.000 botellas.

Clos Mogador 1994 tiene una composición varietal aproximada de 40% garnacha, 40% cabernet sauvignon, 20% syrah. El periodo de crianza en barrica es de 14 meses en roble francés nuevo.

Clos Martinet en su añada de 1994 tiene una composición varietal aproximada de 35 % garnacha, 35% Cabernet sauvignon, 20% merlot, 10% Syrah. La crianza se realizó en barricas de roble francés y algo de americano.

Mas de Masos, se elabora a partir de Garnacha Peluda, Garnacha País, Cabernet Sauvignon y Cariñena. De maceración larga y con un envejecimiento del vino realizado en botas nuevas de roble francés durante 12 meses. Celler Capafons-Ossó tiene viñedos en las dos denominaciones de origen vecinas, la D.O. Montsant (Finca Masia Esplanes) y la D.O.Q. Priorat, (Finca Mas de Masos) diferenciadas básicamente por sus suelos, clima, variedades de uva y por temas históricos y geográficos.

Celler Cecilio 1994 es un vino de crianza aún experimental ya que la bodega empezó a comercializarlo formalmente a partir de la añada 1996. Está compuesto por Cariñena, Garnacha y Cabernet Sauvignon. Celler Cecilio está situado en el centro del Priorat, en Gratallops. Se trata de una pequeña familia que gestiona su propia bodega, que elabora vino desde que Cecilio Vicent comenzó la actividad en 1942.

D.O. Montsant (D.O. Tarragona-Falset en el año 1994)

Vall del Calàs (Celler de Capçanes) se apoya fundamentalmente en la variedad Merlot, que representa aproximadamente un 50% del coupage. El resto es 30% Garnacha y 20% Tempranillo. En su elaboración envejece 14 meses en barricas de roble francés allier y (en un 30%) de roble americano.

Castell de Les Pinyeres (Celler Cooperatiu del Masroig) se elabora con la variedades cariñena y Garnacha en un 60% y el restante 40% de Syrah, Ull de llebre (Tempranillo) y Cabernet sauvignon. En su elaboración envejece 11 meses en barricas de roble americano y francés.

AOC Chateauneuf-du-Pape

Chateau Beaucastel Hommage à Jacques Perrin 1994

60% Monastrell, 20% Garnacha, 10% Syrah y 10% Counoise.

Château de Beaucastel es una de las bodegas míticas del Ródano Sur. El Chateau es la joya de la familia Perrin, actualmente representada por los hermanos Jean-Pierre y François Perrin. En total tienen unas 130 hectáreas en la finca, de las cuales están plantadas unas 100, reemplazando cada año una o dos hectáreas de viña vieja por otras nuevas en terreno al que han dejado descansar al menos 10 años. Aunque utilizan las 13 variedades permitidas en Chateauneuf-du-Pape son unos grandes defensores de la monastrell, y en ese sentido sus vinos son atípicos en la zona por el elevado contenido de este varietal respecto a lo habitual en una zona dominada por la garnacha.

Sólo en las mejores añadas producen esta “cuvée” limitada, que normalmente contiene un porcentaje superior de monastrell (salvo en 1998 que contiene una elevada cantidad de garnacha), y está considerado un vino de culto en el ámbito internacional.

¿Por qué la inclusión de este vino en la cata? Porque pensamos que resultaría interesante colocar a ciegas entre el resto de vinos alguno de fuera de la zona, a ser posible que contuviera garnacha. Pensamos en el Ródano Sur, y en algún vino reconocido internacionalmente. La disponibilidad de añadas hizo el resto de la selección.

Los resultados de la cata

La cata se realizó en sala de catas de la “Escola d'Enologia Jaume Ciurana” de Falset, con copas Riedel Syrah, una por cada vino, a ciegas, en perfectas condiciones de luz y temperatura. Todos los vinos habían sido decantados, algunos permanecieron unas dos horas en el decantador hasta el momento de la cata, y otros, a criterio de los organizadores, después de una suave oxigenación fueron devueltos a la botella.

Estos son los resultados de la cata, las medias de las puntuaciones de todos los presentes allí. Cabe destacar la amplia dispersión de preferencias entre los 13 asistentes (bodegueros, restauradores, organización, “foreros” habituales de verema.com, organizadores de verema.com). Hubo alguna puntuación muy sorprendente, que incluso me atrevería a llamar de provocadora, si no en exceso parcial. Es por ello que después ofrecemos otros resultados, aplicando otros criterios distintos que no el de la media entre todos los asistentes. Pero estos fueron los que públicamente se dieron al finalizar la cata (las notas de cata son de los miembros de verema.com presentes):

Clos Martinet 1994

Picota-Rubí, limpio y brillante. En nariz, de intensidad media, hay buena fruta negra acompañada de notas balsámicas, especiadas y de monte bajo (fondo de tomillo bastante intenso). En boca es muy largo, franco, limpio, fresco, profundo, con balsámicos que reaparecen en boca y en el retronasal. Tiene un ligero “toque” astringente al final de la boca.

8,41

L’Ermita 1994

Picota muy cubierto. En nariz presenta puntas de acetato al principio, y aún a pesar de llevar más de horas decantado, se presenta hermético y retraído. El fondo, una fruta de gran concentración, profundo, complejo y elegante. Necesita muchas horas para expresarse. En boca se muestra todavía con un tanino muy vivo, suave pero presente. El recorrido y la elegancia son impresionantes. A pesar de estar poco expresivo en nariz, el paso por boca denota la inmensa calidad, la complejidad y la hondura de este vino.

8,40

Clos Erasmus 1994

Picota cubierto, sin atisbos de evolución en el color. Algo de reducción en nariz al principio ya que se advierte un punto de aromas animales en nariz a copa parada. Pasada esa primera impresión, la copa se inunda de frescura, aromas balsámicos y notas florales de mucha intensidad, con ligeros recuerdos de tostados. En boca posee excelente estructura, con notable acidez, y sensación armoniosa. Equilibrio y recorrido de gran perfección.

8.35

Clos Mogador 1994

Rubí ribete violáceo, muy brillante y limpio. Nariz de intensidad media que se inicia con notas animales sutiles (cuero), inclinándose la balanza posteriormente hacia lo frutal: fruta negra y balsámicos, con tendencia hacia los mentolados y lo medicamentoso. En boca está delicioso, es suave, largo y muy equilibrado, con muy buena acidez todavía, redondo y con final amable.

8,13

Finca Dofí 1994

(Botella magnum) Picota oscuro muy cubierto. Nariz amplia en matices, aunque sin caracteres aromáticos muy perfilados. Hay gran concentración frutal, tierra húmeda, y notas balsámicas que recuerdan a la trementina, pero con sutilidad y sin perturbar. En boca el tanino está todavía presente, dulce pero que se deja notar. No obstante, la sensación global en boca es frutal, de equilibrio y profundidad.

8,04

Celler Cecilio 1994

Picota con ribete algo atejado, no del todo limpio. En nariz es algo licoroso, con buena expresión frutal (fruta roja) de fondo, y un cierto carácter mineral. En general, sensación en nariz de vino evolucionado, algo caído. En boca es amargoso y astringente, de recorrido medio, algo delgado, acidez correcta. Pasó su mejor momento.

7,90

Mas de Masos 1994

Picota granate con buena capa, brillante. En nariz fruta licorosa, ligeras notas animales (cuero bastante sutil), recuerdos anisados, florales y especiados. En boca es bastante largo, tiene acidez, retronasal donde vuelven las notas animales, cuerpo medio y una punta final de amargor. Para beberlo ya.

7,62

Vall del Calàs 1994

Rubí brillante bastante abierto con ribete ligeramente teja. En nariz la intensidad es buena, con matices dulzones de vainilla, fruta algo licorosa, tostados muy suaves y terciarios (cuero viejo) acompañados de una punta de alcohol. En boca se muestra cálido, amargoso, algo astringente, ligero de estructura y con el final un poco alcohólico. Ya no está en su mejor momento.

7,49

Castell de le Pinyeres 1994

Picota de media capa con ribete rubí no demasiado evolucionado. La nariz es muy limpia, de intensidad media, con muy buena expresión frutal (fruta roja) acompañada de aromas que transcurren entre lo balsámico y una ligera nota de hidrocarburo. En boca presenta muy buena acidez, con una entrada fresca, y una estructura muy bien mantenida, sin signos evidentes de cansancio. Recorrido ligero, con un final en el que mantiene un poco de astringencia, un ligero toque secante. Más expresivo en nariz que en boca.

Es más que probable que no mejore, pero está en un momento muy bueno. Una grata sorpresa.

7,27

Chateau Beaucastel Hommage à Jacques Perrin 1994

Picota ribete teja. La nariz de este vino es un caballo indomable, valga la metáfora por esos aromas animales, como si un regimiento de caballería al completo estuviera allí destilado, que abarcan todo el abanico olfativo. No obstante, son aromas limpios, nítidos, que se acompañan de algo de torrefactos, con una previsible excelente evolución general que seguro hubiera llegado algunas horas mas tarde. Recorrido en boca con poderío y calidez, pero muy amable, llenando la boca, largo, sin ninguna arista excepto algo de amargor suave. Un vino diferente al resto de la cata.

7,13

Aún a riesgo de convertir esta crónica de la cata es un estudio estadístico pormenorizado, y por motivos que ya hemos comentado antes, no podemos dejar de reflejar otras dos clasificaciones de la cata.

La primera con las medias acotadas, es decir, eliminando la puntuación más alta y la más baja para cada vino, y evitar sesgos de algún catador. Este es un procedimiento habitual en algunos grupos de cata (por ejemplo en la peña La Verema de Valencia)

Resultados de la cata con las medias acotadas

L'Ermita 1994: 8,6

Clos Martinet 1994: 8,5

Clos Erasmus 1994: 8,5

Clos Mogador 1994: 8,2

Finca Dofí 1994: 8,2

Celler Cecilio 1994: 7,9

Mas de Masos 1994: 7,7

Vall del Calàs 1994: 7,6

Castell de les Pinyeres 1994: 7,3

Chateau Beaucastel 1994: 7,2

Ni por ser más guapos ni más feos, simplemente por entender que tenemos criterios similares y al observar esa enorme disparidad con el resultado global ofrecemos los resultados de la cata según los tres componentes de verema.com que participaron (Iñaki Blasco, Paco Higón y Juan Such):

Resultados de la cata para Verema.com

Chateau Beaucastel 1994: 9,1

L'Ermita 1994: 9,1

Clos Erasmus 1994: 9,0

Finca Dofí 1994: 8,9

Clos Mogador 1994: 8,6

Clos Martinet 1994: 8,4

Castell de les Pinyeres 1994: 7,9

Mas de Masos 1994: 7,8

Vall del Calàs 1994: 7,8

Celler Cecilio 1994: 7,5

La cuestión fundamental que la cata planteaba era comprobar la evolución de estos vinos una vez transcurrido sus primeros diez años de vida. La conclusión general fue que los vinos de 1994 están en perfecto estado de forma, y es más, con excelente acidez, sin síntomas de fatiga, sin aparente evolución en su color, y con taninos vivos en boca. Es verdad, y hay que decirlo, que esta conclusión general aplica fundamentalmente a los vinos de los elaboradores más conocidos de la D.O.Q. Priorat: Josep Lluis Perez (Clos Martinet), Alvaro Palacios (L’Ermita, Finca Dofí), Daphne Glorian (Clos Erasmus), y René Barbier (Clos Mogador), aunque sorprendió muy gratamente un excelente Castell de le Pinyeres 1994.

Podríamos hablar largo y tendido sobre cada uno de ellos, pero ya están ahí las notas de cata para hacernos una idea. La impresión general fue que estaban tímidos en nariz, ¿falta de horas de oxigenación?, ¿es una fase en la evolución de estos vinos?, muy evidente en L’Ermita, y Finca Dofí (el formato magnum de la botella y además abierta la última de todas cuando Joan Asens la trajo a la sala de catas son de por sí bastante motivo) al menos para el que suscribe estas líneas. Tanicidad y acidez vivas en boca, más marcadas obviamente en el Finca Dofí, y con un equilibrio y suavidad que en L’Emita y Clos Erasmus eran signo de identidad y elegancia.

Mención aparte merece lo ocurrido con el Beaucastel Hommage à Jacques Perrin, un vino de estilo absolutamente diferente al resto y que a causa de ello sufrió cierta incomprensión. En los resultados de Verema.com fue el ganador de la cata aunque empatado técnicamente con L’Ermita. Esos poderosos aromas animales, que ojalá hubiéramos podido esperar a ver su evolución, marcaban mucho a este vino. En boca, poderoso y calido, amable, llenando la boca, largo, sin ninguna arista excepto algo de amargor suave. Un gran vino.

Fin de fiesta con magníficas sensaciones y un cierto sentimiento de injusticia hacia todos esos tintos por no haber podido beberlos más despacio, observar mucho mejor su evolución en copa y disfrutar de cada uno de ellos plenamente. Priorat sigue labrándose poco a poco su lugar en el Olimpo de los grandes vinos.


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