Vega Sicilia o los privilegios de la espera

Vega Sicilia o los privilegios de la espera

En un mundo que no puede esperar 24 horas por un paquete trivial, nosotros no teníamos problema con esperar un poco más por un evento en verdad único. Por que si el mundo espera 10 años por un Vega Sicilia 'Único' para ser liberado al mercado, nosotros podíamos alargar nuestra espera.

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Ni con toda la suerte del mundo

Eran casi las 11 de la mañana del sábado 20 de febrero. "¿A que cata vas?", todos preguntábamos a quien tuviéramos a lado nuestro. Cuando la respuesta era "Vega Sicilia", quien la pronunciaba no podía evitar esbozar una sonrisa, casi como un niño que cuenta a sus amigos que pronto, pronto, irá a Disneylandia. Se lo han prometido, su espera no durará mucho más.

Tampoco la nuestra. Todos los asistentes el 9º Encuentro de Verema formábamos, con diligencia, filas para entrar a la cata a la que nos hubiésemos inscrito cada quien. De la fila para la sesión de Vega Sicilia emanaba cierta ansiedad. Queríamos entrar ya al salón, tomar nuestro sitio, reconocer el terreno.

La ansiedad, y también un alto nivel de expectativas, estaban más que justificadas. Por que fue ésta la cata que más rápido se completó en todo el programa del Encuentro. Muchos foreros esperaron e incluso lucharon en vano por conseguir un lugar. Ni siquiera la sesión de grandes vinos andaluces se llenó en tan poco tiempo. Éramos, pues, afortunados.

Curiosamente, yo mismo pensé que quizás hubiera sido "mejor" -trato de evitar la forzosa comparación que implica la palabra- inscribirme a la cata de andaluces. Sin embargo, al darle vuelta un par de veces a la disyuntiva la elección me quedó muy clara: con un poco de suerte podría probar en el futuro algunos, quizás muchos jereces espectaculares. Pero ni con toda la suerte del mundo podría repetir la experiencia de una vertical de cinco cosechas de Vega Sicilia 'Único', más dos añadas de cada uno de Valbuena 5º Año, Alión, y Pintia; todo complementado por la dorada oportunidad de comentar estos grandes vinos con alguno de mis únicos dos lectores de Verema.

Begoña Jovellar dirigía la cata a nombre de la bodega, y en más de una ocasión no ocultó su asombro por lo que estábamos haciendo. "Es que no se pueden comparar estos vinos", dijo. "En la bodega me preguntan, ¿qué hacen en esas catas [de vinos tan diferentes], cómo son?"

En este contexto, el orden en que debían ser catados los vinos era de máxima importancia, no solo para no fatigarse sino también para apreciar los estilos de los vinos, la personalidad de las bodegas y, desde luego, el suelo y su entorno: eso que se denomina terroir y que yo llamo terruño.

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Los estilos

Vega Sicilia 'Único'

El 'Único' es, como bien lo describió Begoña sin andarse por las ramas, un vino que pertenece a la élite de los grandes clásicos españoles. Ningún otro vino de España genera tanto respeto con solo mencionar su nombre. La propia casa se refiere a él como un "vino señorial, como los muebles de época", lo que junto con una capacidad de envejecimiento demostrada mas allá de toda duda lo convierten un vino de auténtico culto, en el mejor sentido de la expresión.

 Valbuena 5º Año

Las modas y manías van y vienen, pero Valbuena siempre ha sido un referente de calidad en la Ribera del Duero. De crianza más breve que el Único y proveniente de viñas algo más jóvenes, la bodega lo define como "un vino de estructura menos robusta que el Único, pero con la complejidad de la asociación vinoso - afrutado".

Alión

Alión, también un Ribera del Duero, es descrito por la bodega como un "un concepto radicalmente distinto al de la tradición vegasiciliana, un vino libre, moderno, atractivo, con fuerza y exhuberancia", amén de que recurre a prácticas enológicas más modernas para crear una acabada expresión de la variedad tinto fino.

Pintia

Acerca de este vino de Toro, Begoña comentó, "A la gente le gusta muchísimo o no le gusta nada. Es un vino de Toro auténtico", que no admite medias tintas. Es también una suerte de laboratorio para el grupo Vega Sicilia, y en general bien podría considerarse la más temeraria empresa de la familia, que busca en Pintia "un vino elegante dentro de la austeridad, que renuncia a las sobre-maduraciones y aromas licorosos".

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La espera no siempre mata

La cata terminó después de casi tres horas. Nosotros seguíamos pasmados, principalmente por esos cinco Vega Sicilia, por todos y cada uno de ellos. Cada quien teníamos también algún favorito entre los Valbuena, Alión y Pintia. Pero, con todo respeto, estos tres grandes caldos eran como exvotos frente a lienzos de Rafael.

Había comenzado la segunda mini-feria del Encuentro y de hecho nos esperaban, allá abajo. Pero para nosotros no habían más vinos que los Vega Sicilia en nuestras copas. Si habíamos esperado tanto para este momento, creo que teniamos algun derecho para conversarlos entre todos y disfrutarlos por unos momentos más. Si se cuenta que incluso el rey de España guarda estricto orden a la hora de realizar su pedido y espera el momento adecuado, entonces la mini-feria, el mundo, podía esperar a que nosotros nosotros termináramos de disfrutar Vega Sicilia - si acaso algo así fuese posible.

Esta es mi apreciación sobre los vinos catados:

Pintia 2007

Musculoso y expresivo, con notas muy primarias a frutos del bosque, hierbas aromáticas y una obvia presencia de la crianza entre tonos de capuccino y vainilla. Los torrefactos se dejan sentir pero no enmascaran la fruta. De ataque enérgico y paladar medio envolvente, tánico pero equilibrado. Sin embargo, en su conjunto el vino carece de encanto, si bien es demasiado joven y tendrá que dar mucho más de sí.

Pintia 2001

La primera añada comercializada de Pintia. Algo de maderas, una carga frutal ligeramente acompotada pero no pastosa, con torrefactos de calidad, especias y cacao, extrovertido y bravucón. Boca de buen ensamble, recorrido tenso, con una fruta generosa mantenida a raya por una firme acidez. De tejido tánico denso y final persistente, el vino ha evolucionado con elegancia manteniendo cierta rusticidad.


Alión 2006

Un vino abierto, expresivo, lleno de matices, con notas a ciruelas negras, arándanos, amables torrefactos, que conforman un perfil quizá muy directo en sus partes pero seductor en su conjunto. De ensamble a gran escala, cargado de dulce fruta y una tanicidad de cashmere. Recorrido opulento, jamás cansino, con una maciza estructura que sin duda le permitirá una muy favorable evolución.


Alión 2000

Tabaco, pólvora, fruta en licor, la crianza bien integrada; pero por alguna razón a mí me ha parecido que no iba a ningún lado. De amplio volumen, se apodera del paladar; hay mucho aquí pero falla en detonar, y en cambio una cierta desintegración de su acidez viene a complicar un poco las cosas. No espero que muchos estén de acuerdo conmigo, pero esta ha sido mi apreciación del vino.


Vega Sicilia 'Valbuena 5º Año' 1998

Después de 12 años apenas presenta evolución en su color; y en nariz exhibe una interesante complejidad, si bien su perfil continúa un tanto primario con notas a fruta negra, especias y una elegante y bien integrada presencia de la crianza flanqueda por toques de tabaco. Su textura en boca es algo austera pero ejerce una gran fascinación por su balance, su amplitud y la tensión en su recorrido. Aunque se disfruta ya, este vino sin duda recompensará a quien sepa esperar.


Vega Sicilia 'Valbuena 5º Año' 2005

Sorpresivamente abierto, con una generosa carga frutal, frescor boscoso y torrefactos que se perciben de gran calidad y buen gusto. Aparecen con el tiempo acentos a hierro y otros minerales. De volumen generoso, de alguna manera su textura no llega a ser de ensamble a gran escala quizá por lo directo que se percibe en su estructura: uno esperaría que fuera un tanto más reservado. De cualquier manera exhibe finas maneras y deberá desarrollar matices en los próximos años.


Vega Sicilia 'Único' 2000

El primero de los Vega Sicilia en la cata. Al llegar a él, se aprecia la lógica de haberlo servido primero entre los Único, aunque después de los Pintia, Alión y Valbuena: hay que llegar preparado no solo para apreciarlo en sí mismo, sino también para darse una idea del cambio en los estilos.
Un monolito en nariz, de gran austeridad pero de esa que enamora y no repele. Con el paso del tiempo se aprecia ebanistería, minerales y una frutosidadl maciza pero sin mucha definición por el momento. De textura amplísima, enorme estructura, no detona sino que más bien se contiene a su mismo en una suerte de implosión. Necesitará una paciencia que se ha de medir en decenios.

 Vega Sicilia 'Único' 1995

El primero de todos (incluidos los Pintia, Aliones y Valbuenas previos) en la cata que tenía verdadero perfume. Hay de todo, fusionado y armonizado, elegante y pulcro. Pero lo mejor es su textura: es cálido, esférico, envolvente, aterciopelado, floral, fresco. Hacia el final de la cata se cerró irremediablemente. Un gesto adusto y taciturno de todos los grandes vinos. Con apenas 15 años, está llamado a ser un clásico; quizá ya lo sea.


Vega Sicilia 'Único' 1983

La mas grata -por inesperada- sorpresa de la cata. En un año mediocre, este vino impone su autoridad. Al grado que los verdores, evidentes en esta añada fría, se han integrado de maravilla, dando forma a un perfil seductor, con casta. En boca es igual: si hay alguna manera de integrar con el tiempo en botella cualquier defecto de juventud, entonces esta es la manera de hacerlo. Incluso su textura recuerda al 1995, si bien es más balsámica y con menos empuje.

 Vega Sicilia 'Único' 1976

Mientras que hacia el final de la cata el 1995 se cerraba, este 1976 se abría, cantaba, se elevaba. Creo que ha sido, con diferencia, el que mejor evolución tuvo durante las casi tres horas que lo sometimos a una disección quirúrgica. Y su perfume... frutos secos, armagnac, anisados. Al paladar era, de nuevo, típico Vega Sicilia: esa redondez, ese recorrido enérgico que no poderoso, que se prolonga hasta un final de escándalo, de elegancia bien perfilada.

Vega Sicilia 'Único' 1967

No vale la pena detenerse a describir la "fruta" o los "matices" de este vino. Porque es un vino inolvidable, de una rara belleza. Sin una sola nota de suciedad o reducción, sino un bouquet elegante, abigarrado, casi barroco con sus notas a amontillado, que no perdió nunca intensidad y gano prestancia a cada minuto. Esbelto, grácil, generoso todavía y, sobre todo, con una tanicidad bella que compensaba la relativa falta de empuje en el final. De hecho, me atrevo a decir que su tejido tánico era el más atractivo de todos los Únicos catados.