Vinos de maceración carbónica 2003
Los vinos de maceración carbónica son muy apreciados en algunas zonas de la geografía española. Esta vez el equipo de Verema.com acompañado del forero Greg hizo frente a 14 vinos jóvenes del 2003, la gran mayoría de ellos elaborados mediante maceración carbónica o mediante procedimientos mixtos que en parte incluyen este método de elaboración.
Tal y como comenta Peynaud la maceración carbónica se basa en la vinificación sin estrujado de las uvas y consiste en poner los racimos (o parte de ellos) enteros en un depósito cerrado y en una atmósfera de gas carbónico. Con ello las uvas que permanecen intactas experimentan una fermentación intracelular o autofermentación. Con esta fermentación intracelular, la firmeza del grano se reduce y pasan los polifenoles desde el hollejo hacia la pulpa que va adquiriendo color y da lugar a un vinos menos tánico y más frutoso. Es una técnicas con larga tradición en la Rioja Alavesa.
Así pues estos vinos tienen una gran intensidad de color y una gran frutosidad, son frescos y no muy tánicos y suelen tener una vida de consumo no muy larga (un año o dos a los sumo) con honrosas excepciones.
Pues bien, si examinamos los resultados de la cata el peso de la tradición acabó dominando y cuatro de los cinco primeros clasificados fueron vinos riojanos con la excepción –curiosamente- del vino más barato entre los catados, el Viñansar que con un precio aproximado de unos 3 € presenta una relación calidad precio prácticamente imbatible.
Los dos vinos vencedores de la cata fueron, en primer lugar un vino de Bodegas Muga, el Eneas, el único de los vinos que superó la barrera del 8 y que demostró una excelente vinificación y una gran materia prima, y casi a la par el Erre Punto, de Bodegas Fernando Remirez de Ganuza, un clásico entre los vinos de maceración carbónica y posiblemente unos de los más consistentes a lo largo de los años. A escasa distancia se situaron los tros dos Riojas más valorados, el Ostatu y el Luberri, de nuevo muy logrados y con un excepcional carácter frutal. A continuación los catadores valoraron un año más el exotismo y originalidad del Monje Hollera, un monovarietal de listán negro, el carácter del Jarrarte, la tipicidad de la monastrell recogida en el siempre fiable Castaño monastrell y la de la Tinta de Toro elaborado por Fariña, que suele ser de los primeros en llegar a las estanterías de las tiendas… el Primero.
El resto de los vinos catados obtuvieron –aunque por poco- menos de 7,5 puntos.
Los tres vinos más caros de los que se cataron fueron el Erre Punto, el Eneas y el Monje Hollera, respectivamente mientras que los tres más baratos fueron el Viñansar, el Cadencias de Vega Esteban y el Luis Alegre.
Hasta muy pronto….
