La cata que vino del frío.
El 5 de noviembre de 2002 nos volvíamos a reunir para una nueva cata de Verema.com. La climatología quiso que está vez no tuviéramos ningún problema en mantener la temperatura de los vinos. En el día más frío –hasta el momento- de este otoño disfrutamos de la vista del mar Mediterráneo en esta cata “a domicilio” donde probamos once vinos tintos de muy diversas zonas geográficas (D.O.C. Rioja, D.O. Penedés, D.O. La Mancha, D.O. Toro, D.O. Binissalem, D.O. Bierzo y un Vino de Mesa de Castilla y León).
Armados como siempre con nuestras copas de cata y estando los vinos a temperatura adecuada se cataron tanto tintos jóvenes como vinos con crianza. Dos vinos nuevos en el mercado destacaron claramente, el Sot Lefriec 1999 (D.O. Penedés) y el Solar de Sael roble 2001 (D.O. Bierzo). El primero pertenece a una nueva bodega, Alemany i Corrió, creada recientemente. Han conseguido hacer un vino muy interesante..... aunque para ser una primera añada sale con un precio muy elevado (en torno a los 60 euros). El vino del Bierzo es un producto de Viñedos y Bodegas Arturo García con una gran relación calidad-precio al salir al mercado a un precio inferior a los 10 euros.
Luego se situó un grupo intermedio de cuatro vinos encabezado por el Facus Tinto Reserva 1999, todos ellos con notas por encima de los 7’5 puntos. Por calidad-precio destaca el Valdelosfrailes Prestigio (alrededor de los 14 €). El más caro de toda la cata ¡unos 90 €! fue el Facus. Finalmente quedaron el resto de vinos, entre los que destacaríamos por su excelente relación calidad-precio a Camparrón Reserva 1998 (por debajo de los 10 €) y Valdetán tinto roble 2000 (por debajo de los 6 €).
Hay que destacar la aparición de una nueva generación de vinos de calidad en zonas tradicionalmente poco reconocidas como Bierzo (en plena ebullición creativa, tal y como hemos visto en catas precedentes), Cigales o Binissalem.
Como suele ser habitual durante la cena seguimos disfrutando de los vinos que más nos habían gustado y, de nuevo, los dos vinos mejor puntuados se confirmaron como los preferidos, resultado que se pudo comprobar aplicando el complejo teorema de la “botella que primero se vacía”. En la cena, por no ser menos, hicimos también una “cata” -en este caso de ahumados Carpier- para que el nivel no bajara y acabamos como casi siempre, con tertulia y unas copitas de cava Agustí Torelló brut nature en lo que constituye una tradición muy “veremera”.
