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Quinta de la Peña La Taberna

A una semana vista de la cata le entregué a Toni, que era el organizador de la cata cena de la Peña La Taberna en su casa, mi aportación: un San Román de 1998 mágnum. Me lo regalaron Toni, Pepe y Gaspar, luego, con quien mejor para catar que con ellos mismos y Nan. Iba a ser una cata vista y los vinos, salvo este San Román que después de ser catado marinará un jabalí de narices, eran cosa de Antonio.

Por fin llegó el gran día: Sábado 18-07-2002. La hora H era a las 21:30.

Por mi parte llevaba una sorpresilla a la reunión. No se trataba de ningún vino fuera de serie pero sí que era un vino especial. Era especial porque lo había realizado un amigo viticultor (no profesional). El caso es que cuando lo probé en casa me gustó, así pregunté  si se podía pedir otra botella y la metería en la cata pero, en este caso, a ciegas.

Tal como llegamos a casa de Toni, primero era de rigor la visita a su preciosa bodega donde guarda los vinos. Es pequeña pero bonita, tan solo tiene que hacer algunas inversiones en renovación de aparatos de frío para la cava pero está impecable igualmente. Allí dimos repaso de los vinos que tiene, comentando la historia de muchos de ellos, como llegaron a sus manos, que periplo de cavas han seguido, etc. Etc. En fin, las historias que todos conocéis alrededor del mundo de los vinos.

Todo estaba listo, las copas (Riedel serie Vinum modelo Syrah), los vinos decantados, las hojas para las notas y el excelente menú que nos preparó, del que os hablaré mas adelante, que era digno de reyes; de hecho, pocos reyes habrán estado en tan buena compañía y con tan fabulosas conversaciones como nosotros esa noche.

Los vinos escogidos fueron:

1º-Marc 2001 (un cosechero de Garnacha 100 % hecho de forma particular y propia pero, eso sí, con todo el cariño del mundo)
2º-Prado Rey Roble.
3º-Roda I 97
4º-San Román 98 Mágnum.
5º-Clos Mogador 99.

El Marc 2001 se presentaba como un vino de con un color cereza, de capa media. En nariz era fresco, con mucha fruta madura, especias y maderas, aunque no muy bien integradas. En boca era agradable, con una acidez muy bien conjuntada, un paso suave y un final interesante. Quizás carezca de estructura. No obstante es un vino sin defectos, fácil de beber y excelente, por ejemplo, para acompañar una buena paella. En general el vino gustó, máxime teniendo en cuenta que quizás la temperatura de servicio era algo alta. En su final, aunque no era largo, pudimos percibir la armonía e ilusión de su productor.

Pasamos al Prado Rey Roble para el cual tenía grandes expectativas ya que el crianza del 1998 es un vino que me encanta. Al final todo quedo en agua de borrajas. El vino en nariz presentaba un fuerte olor a sulfhídrico que ni el más duro de los jarreos tipo pulpo (al más puro estilo Juan Ferrer) logro expulsarlo así que decidimos no entrarlo en cata.

Ahora venia uno de los grandes, la primera estrella, el Roda I 97. Como era de esperar no defraudó a nadie y por nada. Un vino compensado en todos sus aspectos, con algo de fruta, especias, un paso por boca elegante, agradable y redondo. En definitiva, una dulzura totalmente armónica que goza de muchísimos incondicionales ( ...preguntadle a Gonzalo). Este es uno de aquellos vinos de los que podrías estar bebiendo sin parar dentro de una tertulia sosegada. Todo lo que la Peña ha probado de esta bodega nos encanta y demuestra una línea muy clara y segura en su trabajo. Como ya se ha comentado en multitud de ocasiones, optar por RODA es siempre una apuesta segura. No obstante, comparado mentalmente con su hermano mayor (por viejo) el Roda I 1995 que catamos en la Peña tiempo atrás, tenemos que manifestar que nos pareció mejor el 95, más complejo y completo. Pero eso son ya diferencias muy pequeñas que quizás se podrían discernir en una pelea comparativa (sí alguno de la peña toma la indirecta....a mi no me importara pasar por ese trance...je je je).

Llegó el turno del magnum que personalmente estaba esperando con mucha ilusión, el San Román 1998. Decía que lo estaba esperando porque era un vino de aquellos que guardas con la expectativa de una gran ocasión y esta era inmejorable. A parte de esto, los comentarios obtenidos en el foro de este vino eran inmejorables por lo que estábamos todos con nuestros sentidos a punto de estallar en dirección a la copa. El aspecto, impresionante, un color cereza cubierto de capa alta con un movimiento en la misma línea de perfección que la hermosura de su color. Antes de llevar la copa a la nariz un suspiro de reflexión y.... en un instante entramos en el mundo de los sentidos, potente, pero agradable, complejo y sutil es de aquellos vinos en los que no hay ninguna prisa en llevarse a la boca creo que una archiconocida expresión popular que dice “las cosas de palacio van despacio” aquí toma un sentido total, esto es una obra muy bien hecha y no es que merezca tiempo y dedicación si no que de forma natural y sencilla el tiempo desaparece y la dedicación es total. Después, el vino se nos escapa hacia la boca, en nuestro rostro...los ojos cerrados la dedicación es plena y de pronto una ligera sonrisa de satisfacción se escapa a nuestro control ...espontánea, es una bomba potente pero muy bien conjuntada, es un vino lleno, con carácter, con estructura, tiene esqueleto y musculatura es de aquellos vinos que te llenan la boca y te transportan al terruño. Mientas recorre todos los puntos sensitivos de la boca, van apareciendo en tu cabeza, la imagen del viticultor, la vid, la tierra mojada y puedes alcanzar incluso a sentir la pelea del viento iluminada por potentes rayos bajo el estruendo de los truenos en alguno de los días tormentosos que seguro habrá soportado. Ni que decir tiene que gusto y mucho mucho y más aun después de la cata cuando marido con un fabuloso jabalí.

El último vino aparecía en la mesa...... el Clos Mogador 1999. Era difícil salir al campo después del fabuloso San Román pero esta criatura de René Barbier demostró estar capacitada para pelear en cualquier liga. En copa alcanza casi la perfección, y digo casi porque no creo en la perfección absoluta y en esto de los vinos, más aún, la perfección es relativa con los sentidos y sentimientos de cada uno. En nariz, un tumulto de sensaciones que, al igual que el San Román, te transporta a sus orígenes, la vid, la tierra y creo que se puede apreciar hasta los sentimientos de las personas que lo han ayudado a crecer. Cuando lo tienes en boca te viene a la cabeza un caballo elegante musculoso color negro azabache trotando por las inigualables tierras del Priorat. Evidentemente que gustó y mucho. De hecho, fue el vino que más gustó a todos excepto a mí y no es que no me gustara, pues me encantó, pero en las varias ocasiones que he catado este monstruo, al final, siempre quedo con la idea de que me falta mucho por aprender y pienso que me queda lo mejor por descubrir de este vino y esto llegará con el tiempo y la experiencia. Creo que a nuestra peña (somos muy pardillos aún) este vino nos supera por goleada. En cualquier caso joderrr...que bien lo pasamos hablando de ÉL. Como leí en una cata en Verema hace un tiempo, la definición y resumen que más me gusta para este vino es....que.... es un vino....PARA PENSAR.

Después de la cata, deliberaciones y puntuaciones, pasamos a otro fabuloso placer....el buen comer. ¿Y que nos había preparado Toni y Carme (su esposa)?. Pues tomad nota porque fue impresionante:

  • Jabalí con D.O (Finca la Peana, ciudad Real) macerado con finas hiervas.
  • Liebre al chocolate con la misma D.O que el Jabalí.
  • Perdices a la vinagreta, cazadas al igual que todo lo anterior en la finca La Peana Ciudad Real, por Toni Pena (Peña de la Taberna).

Quedamos exhaustos de placer por el buen comer, el buen beber y, como no, de las buenas historias en inmejorable compañía. Creo que el festejo de presentación de Pepe en la Peña de La Taberna estuvo a la altura de lo que él se merece, y bien está decirlo que cualquier excusa es buena para montar un tinglado de estos.

En el apartado de agradecimientos ni que decir tiene que a los anfitriones Carme y Toni que pusieron, su tiempo, la casa, los vinos y, lo más importante, todo su cariño y a los invitados que supimos agradecer tan fenomenal bacanal arrasando con todo ja ja ja. Y es que, creedme, estaba todo.....de muerte.

Un abrazo a todos.


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